Entorno

Unión Europea: bastión de la exportación deportiva en una década de incertidumbre

Las ventas de artículos deportivos a los socios comunitarios se han convertido en un seguro para la industria, que muchas veces se beneficia del papel tractor de eventos como LaLiga o el World Padel Tour. El ritmo de crecimiento de 2018 fue del 5,7%, cuando el avance interanual entre 2014 y 2017 había estado por encima del 11% cada año.

Álvaro Carretero

25 feb 2019 - 05:00

Las ventas al extranjero se han disparado hasta rozar los 800 millones de euros en 2018. Ahora bien, los últimos doce meses han enviado las primeras señales de desaceleración en un contexto de incertidumbre global. El ritmo de crecimiento de 2018 fue del 5,7%, cuando el avance interanual entre 2014 y 2017 había estado por encima del 11% cada año. Las ventas de artículos deportivos a los socios comunitarios se han convertido en un seguro para la industria, que muchas veces se beneficia del papel tractor de eventos como LaLiga o el World Padel Tour. El ritmo de crecimiento de 2018 fue del 5,7%, cuando el avance interanual entre 2014 y 2017 había estado por encima del 11% cada año.

 

 

Joma en Reino Unido e Italia, Pádel Nuestro en Francia o Portugal, BH Fitness en Latinoamérica y Orbea en Asia. Estos son solo algunos de los ejemplos de marcas y fabricantes que llevan años trabajando el mercado internacional y que, con el estallido de la crisis, se vieron obligados a reforzar su ofensiva exterior. En la última década, las exportaciones de artículos deportivos casi han duplicado sus ventas, hasta alcanzar 795,5 millones de euros, un crecimiento del 5,7% respecto al último año.

 

Las exportaciones de productos deportivos alcanzó 419,7 millones de euros en 2009, la cifra más baja de la última década. Desde entonces, el ritmo de crecimiento ha crecido año a año, aunque se ralentizó en los últimos doce meses. Entre 2014 y 2017 las ventas al exterior avanzaban a ritmo de dobles dígitos, por encima del 11%. Entre las causas que ayudan a explicar esta desaceleración están factores sociopolíticos que han ido lastrando al conjunto de la economía, como la guerra comercial entre Estados Unidos y China o el Brexit.

 

El principal bastión de la exportación deportiva española era, y sigue siendo, la Unión Europea (UE). La exportación de artículos deportivos hacia los países comunitarios en 2018 representó el 80,8% del total, con 643 millones de euros, un aumento de siete puntos porcentuales en comparación con 2009, cuando las exportaciones al grupo de los 27 suponían un 73,15% del total.

 

Ahora bien, ¿qué ha cambiado en estos últimos diez años en la exportación deportiva? Francia continúa siendo el principal socio español, una apuesta que ha ido a más, pasando de 123,4 millones de euros en 2009 a 271,6 millones de euros en 2018. Italia, por su parte, ha triplicado su inversión en productos deportivos 'made in Spain' y ha desplazado a Portugal como segundo país del ránking, con 136,7 millones en 2018.

 

 

 

 

El país transalpino, pese a su situación socioeconómica, se ha convertido en uno de los principales mercados emergentes en deportes como el pádel, donde han pasado de contar con 200 pistas de juego a tener 800 en apenas dos años, o las disciplinas outdoor, en las que aún está por debajo de la media europea, pero abre un campo de oportunidades a fabricantes y distribuidores. Allí Joma ha abierto mercado en la Serie A y Starvie ha lanzado sus nuevas palas subiéndose al carro del pádel. 

 

Las exportaciones deportivas hacia Portugal continúan con la tendencia alcista en 2018, con 105 millones de euros, un 31% más que hace una década. No obstante, la recesión económica del último lustro había reducido casi a la mitad la inversión en productos deportivos españoles. Actualmente, fabricantes como BH o Pádel Nuestro, entre otros, han fijado al país luso como uno de sus nichos de mercado debido al repunte de su economía y a su presupuesto deportivo.

 

Reino Unido, ahora pendiente de las negociaciones para salir de la UE, ha multiplicado por seis la compra de material deportivo en estos últimos diez años, hasta 73,5 millones de euros en 2018. Esta apuesta convierte a las islas en el quinto mayor importador de este tipo de productos. Un caso similar al de Alemania, que en 2009 era el quinto país al que se dirigían los artículos deportivos de España y, actualmente, ocupa la cuarta posición, con 74,6 millones de euros, casi cuatro veces más.

 

Otros socios comunitarios como Polonia han despegado como uno de los países más atractivos para el deporte español, con 52,2 millones de euros. Se trata de un ascenso fulgurante como sexto cliente de las empresas nacionales, por delante de Estados Unidos y sólo por detrás de los socios tradicionales de España. Antes de entrar en esta década las exportaciones hacia el país báltico no superaban los 5,7 millones de euros, siendo el decimocuarto en la lista.

 

 

 

 

Andorra (26,7 millones de euros), Bélgica (26,7 millones de euros) y Países Bajos (21,2 millones de euros), conforman otros de los principales focos europeos para las exportaciones deportivas de España en la última década. Rumanía, sin embargo, ni siquiera aparecía entre los veinte países a los que más exportaba España sus productos deportivos, mientras que en 2018 es el duodécimo mercado, una cifra que se espera que aumente con el salto a su mercado de fabricantes como Jim Sports.

 

Entre los cambios más significativos que encontramos en la década está también el crecimiento de las exportaciones en Estados Unidos, que aumentaron en 24 millones de euros, hasta alcanzar 27,9 millones de euros en 2018, el séptimo mercado receptor de artículos deportivos de España. China, Japón, Arabia Saudí y Turquía también han crecido de forma proporcional al despegue de las ventas al exterior, aunque el porcentaje hacia estos países en relación al total apenas ha variado desde 2009.

 

El caso de Japón es diferente, ya que pasó de ser el sexto mercado receptor de productos deportivos de España en 2009, con 16,8 millones de euros, a reducir a la mitad su inversión. Las dificultades el país nipón para refinanciar su deuda han tenido un efecto en la economía global, cerrando el grifo de las exportaciones.

 

Por producto, el sector de artículos para la cultura física volvió a liderar el comercio exterior, con 429 millones de euros, casi el triple que hace una década. Apoyados en el sector del fitness, fabricantes y distribuidores españoles han convertido a España es una potencia exportadora con rumbo a países como Estados Unidos, Latinoamérica y países europeos como Francia, Italia o Suecia. En este segmento encontramos, por ejemplo, a BH, Thomas Wellness o Poolbiking.

 

 

 

 

La exportación de la mayoría de las categorías deportivas, no obstante, decreció en 2018, especialmente en el calzado de esquí, cuyas ventas al extranjero se han desplomado en un 70,6% en la última década, hasta 200.000 euros, al igual que sucede con las embarcaciones de recreo, cuya facturación exterior ha caído un 58% en los últimos diez años, hasta 6,2 millones en 2018.

 

El calzado de tenis, baloncesto y otros deportes, por el contrario, sigue abriendo fronteras y se situó en 100,9 millones de euros el año pasado, más del doble en comparación a hace diez años. La expansión internacional de marcas y fabricantes, como Joma, Kelme o Luanvi, buscando nuevos clientes frente a la crisis económica española, así como el desarrollo de nuevas disciplinas deportivas a nivel mundial  ha favorecido que el ritmo de crecimiento en este tipo de productos.

 

Con todo, España no es un país con saldo exterior positivo. En 2018, la compra de material deportivo creció un 2,87%, hasta 1874,4 millones de euros. La balanza comercial, obtenida de la resta entre exportaciones e importaciones volvió a ser negativa, con 1.078,96 millones de euros. Sólo las importaciones desde China, equivalentes a 599 millones de euros, superaron el volumen de ventas de los siguientes cuatro países a los que más compra España (Bélgica, Marruecos, Italia y Países Bajos). Esto también se debe a que muchas de las compañías españolas aún producen parte de sus colecciones en Asia. 

 

 

 

 

Destaca principalmente el crecimiento de Bélgica, que en 2008 apenas exportaba a España artículos deportivos por un total de 8 millones de euros y en 2018 superan los 170 millones de euros. También en Marruecos, donde España ha aumentado en más de 100 millones la compra de artículos deportivos en la última década, hasta 147,8 millones de euros. La tendencia se corresponde con el volumen de importaciones a nivel general provenientes del país africano, que en los últimos años ha desarrollado sus industrias y ha logrado atraer a grandes marcas de todos los sectores, entre los que se encuentran la producción de calzado y moda deportiva.

 

En el conjunto de la economía española, las exportaciones en 2018 crecieron un 3,2%, situándose también por debajo de la subida registrada en 2017, del 8,9%. El total de las ventas españolas al exterior en el último año ascendió a 285.023,9 millones de euros, marcando otro máximo en su serie histórica.