Entorno

Pablo Cazorla (Unir): “Un club se arriesga a que el jugador se vaya libre si le recorta el sueldo sin pactar”

El coordinador del máster en Derecho deportivo de la Unir y responsable de práctica jurídico-laboral de Cazorla Abogados señala que el deporte profesional se encamina hacia una alta conflictividad laboral por los recortes salariales y señala la negociación como la única vía.

M. Romero

5 nov 2020 - 04:48

Pablo Cazorla (Unir): “Un club se arriesga a que el jugador se vaya libre si le recorta el sueldo sin pactar”

 

 

 

Un recorte salarial sin ser pactado puede ser, más que la salvación, la ruina de un club de fútbol. Así lo apunta el coordinador del máster en Derecho deportivo de la Universidad Internacional de La Rioja y responsable de práctica jurídico-laboral de Cazorla Abogados, Pablo Cazorla, que apunta que los jugadores profesionales tienen la potestad de romper su contrato si el club les recorta el salario de forma unilateral. En un momento en el que la pandemia ha obligado a los clubes a sacar la tijera, el abogado señala que la conflictividad laboral irá cada vez más al alza teniendo en cuenta que se trata de una situación nunca antes vista.

 

Pregunta: Los recortes salariales serán algo mucho más habitual en el fútbol y el deporte profesional en general. ¿Cómo cree que responderán los jugadores ante estos recortes?

Respuesta: Va a haber mucha conflictividad porque los jugadores no saben las condiciones sustanciales de sus contratos. Dependerá de si los jugadores entienden que deben rebajarse los sueldos para mantener a flote el club.

 

P.: ¿Habrá muchos casos en los juzgados a corto plazo?

R.: Los cambios en cuestiones salariales son lícitos, pero hay que negociarlos. Ahora bien, desde el punto de vista judicial no lo sé, porque dependerá de cómo sean las negociaciones.

 

P.: Ha dicho que los jugadores no conocen de forma sustancial sus contratos. ¿No es algo raro que un trabajador no conozca sus condiciones laborales?

R.: Absolutamente. El fútbol es un trabajo que desempeña un profesional como cualquier otro, pero vive en una excepcionalidad permanente recogida en el Real Decreto 1.006. Y, ciertamente, la referencia que puede tener un deportista no es tan sencilla de adquirir como cuando tienes un contrato ordinario.

 

 

 

 

P.: ¿Por qué?

R.: Es más fácil entenderse entre trabajadores que cobran lo mismo y más o menos tienen las mismas condiciones, que un trabajador que tiene una regulación especial. Al final, los futbolistas o deportistas profesionales se centran en jugar y no en la naturaleza jurídica.

 

P.: ¿Recuerda algún momento en la historia actual del deporte profesional en la que también se avecinaran conflictos laborales?

R.: Estamos en una situación excepcional. Nunca hemos visto que los ingresos se recorten de tal manera para que los clubes no puedan pagar. Además, un club se arriesga a que el jugador se vaya libre si le recorta el sueldo sin negociar.

 

P.: Por lo tanto, ¿el jugador tiene potestad de romper unilateralmente su contrato?

R.: Efectivamente. En este caso se aplica el propio estatuto de los trabajadores y esto se recoge en el artículo 50, por lo que recortar sin antes pactar supone un riesgo que el club decide asumir. 

 

P.: ¿Habrá grandes cambios en el futuro en cuanto a condiciones laborales?

R.: A largo plazo no lo sé, pero a corto y medio plazo las cosas van a cambiar. Los clubes tendrán que adaptarse a la realidad que estamos viviendo y esto va a afectar a la estructura real de los clubes, tanto en trabajadores deportivos como en no deportivos.

 

 

 

 

P.: ¿Habrá una mayor regulación? 

R.: La propia naturaleza del trabajo que desempeñan son circunstancias completamente distintas. Los partidos se juegan en días festivos, hay menores trabajando de noche… La realidad del futbol hace que todo sea muy complicado. Hay que entender que nada tiene que ver un futbolista con un trabajador normal por el negocio en el que trabajan.

 

P.: Entonces, ¿es necesario actualizar esta legislación?

R.: Han pasado casi cuarenta años, inevitablemente hay muchas circunstancias que hay que modificar. Aunque los propios hechos demuestran que casi siempre se regula después de que las cosas sucedan.

 

P.: ¿La Ley del Deporte también debería ser modificada?

R.: Está claro, es un texto redactado en 1990.

 

 

 

 

P.: A efectos prácticos, ¿qué implica ser considerado profesional?

R.: El ciudadano medio entiende la profesionalidad del deporte como aquel a un medio de vida. En España el deporte está tipificado por ley y todo aquello que no sea Primera o Segunda División de fútbol masculino o la ACB no son profesionales. Por otro lado, tenemos los deportes profesionalizados. Pero a efectos prácticos lo que te permite ser profesional es el hecho de que puedes gestionar tu propia liga siendo esta competencia delegada por la federación.

 

R.: ¿Tiene sentido hoy en día los convenios colectivos en deportes no profesionales por ley?

P.: Sí, son la primera piedra con el objetivo de llevar a cabo la profesionalización. A partir de aquí podemos negociar. Es un mecanismo importante de presión. Ahora hay unos mínimos.