Entorno

Nuevo ‘player’ en el ‘real estate’: los eSports apuestan por el ladrillo

Clubes, competiciones y compañías de equipamiento aumentan su inversión en el inmobiliario español para capitalizar el boom de los deportes electrónicos. 

Marta Tamayo

16 abr 2021 - 04:56

Nuevo ‘player’ en el ‘real estate’: los eSports apuestan por el ladrillo

 

Los eSports se suman a la partida del real estate español. Cuando el mundo cerró sus puertas en marzo del pasado año para hacer frente a la pandemia, las pantallas se encendieron y el entretenimiento digital cogió aún más fuerza. De aquel aumento de audiencia potencial, los eSports se llevaron su parte. La Liga de Videojuegos Profesional (LVP) aumentó sus espectadores el pasado año un 43%, hasta 56 millones y esperan seguir creciendo a doble dígito este año. Capitalizar el boom digital también pasa por el ladrillo.

 

Por ello, las inversiones de actores de los eSports han ido en aumento. “Los eSports no han parado de crecer en los últimos años en España, dando lugar al nacimiento de nuevas organizaciones o empresas vinculadas a este ecosistema, y al crecimiento ya existentes”, sostiene Jordi Soler, consejero delegado de la Liga Profesional de Videjuegos, perteneciente a Grupo Mediapro.

 

“En muchos casos necesitan espacios físicos para desarrollar su actividad de forma óptima, por lo que creemos que la inversión en inmuebles irá en aumento”, sostiene Soler. “La tendencia mayoritaria en España es que los equipos tengan su propio estadio, donde se disputan los partidos oficiales, y una gaming house en la que viven todos juntos y en la que disponen de espacios de trabajo para preparar los partidos”, agrega el directivo.

 

Uno de estos equipos es Vodafone Giants, filial de Good Games Group. El club de eSports inició en Málaga el pasado noviembre la construcción del que será el centro de deporte electrónico del sur de Europa. En el espacio entrenarán sus jugadores, ofrecerá competiciones en directo con público y permitirá celebrar convenciones y cursos de formación, así como la creación y edición de contenido audiovisual gamer.

 

 

 

El complejo cuenta con más de 800 metros cuadrados de superficie y también albergará las oficinas centrales del grupo. “El cuartel general será nuestro buque insignia, uno de los centros más importantes de Europa, y a partir de ahí proyectaremos nuevos modelos”, apunta Virigina Calvo, copropietaria y responsable de relaciones institucionales de Good Game Group.

 

Otros de los equipos que plantea una inversión en real estate es Emonkeyz. La compañía tiene una gaming house en Mollet (Barcelona) con siete habitaciones para jugar y oficinas en Sant Feliu de Llobregat (Barcelona). A largo plazo, la compañía prevé abrir nuevas instalaciones. El equipo Dux también prevé la apertura de un hub dedicado a la creación de contenidos en Madrid y su expansión a Latinoamérica.

 

Para alojar las finales de las grandes competiciones que pueden atraer a miles de espectadores, países como Estados Unidos o China están optando por la construcción de grandes arenas a modo de estadio. La compañía de Exhibition Place levantará un pabellón que ya ha sido bautizado como “la catedral” de los eSports. El proyecto está valorado en 500 millones de dólares y podrá alojar hasta 7.000 personas, aunque el espacio no estará destinado solamente a competiciones de eSports, sino que albergará todo tipo de entretenimiento.

 

La construcción de espacios exclusivamente para eSports no creo que perdure”, admite Sergi Mesonero, catedrático en eSports Internacionales por la Universidad Católica de Murcia (Ucam). “Las competiciones están hechas para verse online, algo que se ha asentado mucho más con la pandemia”, añade. Para el catedrático, estos espacios deben abrirse a realizar otro tipo de eventos, aunque se abanderen como precursores de los eSports. 

 

 

“Tradicionalmente, en Europa se suelen adaptar espacios multiusos para la celebración de grandes acontecimientos y es lo que hacemos en la Liga de Videojuegos Profesional para la celebración de finales de la Superliga en el Bilbao Arena, con más de 3.200 espectadores en 2018, y en la Cartuja Center de Sevilla, con más de 2.000 espectadores en 2019”, explica Soler.

 

Aunque la construcción de grandes arenas en Europa se encuentre lejos las de Asia o Norteamérica, en España ya hay iniciativas orientadas a la construcción de espacios que pueden ver luz, según el directivo de la LVP. “Estos espacios todavía los vemos como algo a largo plazo, pero los veremos”, añaden desde el club Vodafone Giants.

 

Aunque la inversión no va sólo destinada a los profesionales del sector, muchas de las instalaciones buscan captar a los seguidores del fenómeno. Una de las compañías que se ha lanzado a por este público es Asobu. La empresa catalana de entretenimiento abrirá dos locales en los centros comerciales Xanadú de Madrid y Som Multiespai de Barcelona, por lo que abrió una ronda de financiación de 650.000 euros.

 

La compañía, que inició sus operaciones con la apertura de un centro de 400 metros cuadrados en las instalaciones del Club Natació Sabadell, prevé cruzar el charco y abrir entre cinco y seis centros en Latinoamérica. Los centros van dirigidos a los seguidores del deporte electrónico que busquen mejorar su experiencia. “Este tipo de espacios son los que más pueden escalar en su crecimiento porque ofrecen la experiencia de jugar con un equipamiento mucho más profesional”, explica Mesonero.

 

Para el catedrático, las compañías de equipamiento serán las que liderarán la inversión en real estate de los eSports. Muchos de estos actores pueden provenir del sector inmobiliario, que busquen nuevas formas de sacar partido a sus espacios.

 

Otro de los proyectos que apuestan por sacar rendimientos de los inmuebles a través de los eSports es Gaming Residences. La start up ha juntado uno de los alternativos de modo del real estate con los deportes electrónicos y prevé abrir la primera residencia de estudiantes dirigida a jugadores de eSports de España. El inmueble está situado en el número 81 de la Avenida Valdemarín, en el barrio de Aravaca de Madrid y tiene una superficie de 3.500 metros cuadrados.