Entorno

Luis Perales: “Antes de la pandemia el deporte era algo importante; ahora es esencial”

El consultor independiente de proyectos deportivos, turísticos y de ocio apuesta por proyectos que guarden correlación con el territorio en el que se ubiquen para que todos los actores implicados obtengan rédito de ello.

A.F.O.

20 may 2021 - 04:51

Luis Perales: “Antes de la pandemia el deporte era algo importante; ahora es esencial”

 

 

Madrid 2020, Zaragoza 2022, Jaca 2010 o Sevilla 2008 son algunas de las candidaturas olímpicas en las que ha trabajado Luis Perales, un ejecutivo que ha desarrollado prácticamente toda su carrera profesional en la realización de proyectos deportivos. Tras participar en un total de seis candidaturas olímpicas españolas y la puesta en marcha de Aramón, la sociedad que gestiona las estaciones de esquí de Aragón, el consultor está llevando a cabo el desarrollo de un proyecto para convertir Gijón en la ciudad del surf, “un deporte que, desde un punto de vista transversal y multidisciplinar, es una excelente oportunidad de futuro para Gijón y todo Asturias”, explica Perales.

 

Pregunta: ¿Qué papel puede jugar el deporte en la reactivación de la economía tras el Covid-19?

Respuesta: Como tal, ha sido durante el propio Covid-19 un elemento transversal. La suspensión de las competiciones, los Juegos Olímpicos o la vuelta del deporte profesional han generado gran repercusión entre la población. Además, se ha notado durante este último año que la gente quería hacer deporte, no sólo por su bienestar físico, si no por una comodidad personal. Como consecuencia, ha habido un crecimiento notorio del consumo de material deportivo, tanto cuando estábamos confinados como cuando dejamos de estarlo. Antes de la pandemia el deporte era algo importante; ahora es esencial.

 

P.: ¿Qué importancia puede tener particularmente en ámbitos locales?

R.: Hay prácticas deportivas que tienen mayor o menor incidencia económica en algunas regiones, como puede ser el caso de la montaña y el esquí, que es el principal sustento de estos territorios. Otros, en cambio, se diversifican y complementan para crear un ecosistema donde confluyan distintos deportes y exista cantera en varios ámbitos: fútbol, baloncesto, escalada o surf, entre otros.

 

P.: ¿Cómo serán los eventos deportivos tras la pandemia? ¿Qué cambios duraderos implicará el Covid-19?

R.: Los grandes eventos deportivos venían sufriendo una crisis en los últimos años en el mundo occidental. Es cierto que su celebración puede ser muy rica y beneficiosa en lugares determinados, pero hay otros donde es una molestia. Por ejemplo, los Juegos Olímpicos: planteado en Sídney, es un acierto por la diversidad de espacios donde se pueden llevar a cabo las distintas disciplinas deportivas y su población acogería con los brazos abiertos un evento de estas características. Por ende, una macrourbe como Nueva York podría ser todo lo contrario, una ciudad que congrega millones de personas y que supondría un problema a nivel de infraestructuras y movimiento para llevar a cabo un evento de semejantes características, que debería una repercusión mundial y, por distintos factores, no los podría tener. Dependiendo de las zonas, la inversión en infraestructuras puede adelantar en siete años un trabajo que se hace en sesenta.

 

P.: ¿Cómo evalúa el sector desde el punto de visto de su atractivo para atraer inversiones?

R.: Hay modelos deportivos que por sí mismos pueden atraer y generar inversiones por sí solas. Si los proyectos se organizan de forma correcta, se pueden recuperar actividades que han quedado en desuso y generar una nueva ilusión a través del deporte, en el que el motor principal sea la práctica deportiva, pero que englobe otros ámbitos, como la salud, la educación o la innovación. En este sentido, tras la evolución de un deporte como el surf y sus connotaciones, se podría llevar a cabo una estrategia para hacer crecer Gijón y Asturias junto con la población y sus especialidades.

 

 


 

P.: ¿Qué papel deben tener las administraciones públicas en el impulso del sector y los eventos deportivos?

R.: Deben convertirse en la locomotora que ponga en marcha el tren de los eventos. Las administraciones son las responsables de marcar los caminos de las empresas y facilitar que la actividad privada pueda desarrollar su actividad e invertir en el deporte. Por ejemplo, la recuperación de Bilbao se ha llevado a cabo a través y en torno al Guggenheim. Pese a estar en manos privadas, comenzó siendo impulsado por las autoridades públicas de la comunidad autónoma del País Vasco. El efecto Guggenheim ha dado un impulso a la ciudad, que ha llevado a cabo remodelaciones en situaciones geográficas en torno a la zona donde se sitúa el museo.

 

P.: ¿Cómo afecta el actual clima político en el impulso de grandes proyectos deportivos? ¿Es imaginable hoy una cooperación como la que hubo en Barcelona en 1992?

R.: No se deben politizar los proyectos deportivos; aun así, las adjudicaciones de este tipo de eventos depende de las personas que están al frente de las administraciones. Hay personas que actúan más allá de los condicionantes de sus respectivos partidos políticos porque eran sabedores de las consecuencias que comportarían la celebración de algunos eventos en sus respectivas ciudades, comportando una época de bonanza. Otros, en cambio, han sido más conservadores y, para no llevar a cabo una gestión controvertida, no han querido apostar por depende de qué actividades deportivas.

 

P.: ¿Hay buena predisposición desde el ámbito local a la hora de apoyar proyectos y eventos deportivos?

R.: En algunas zonas sí, en otras no. Algunos lugares están muy condicionados por ciertos tipos de corrientes políticas o de pensamiento y, por ello, romper con los esquemas establecidos suele verse con malos ojos. Por ejemplo, hace diez años, ¿quién se iba a aventurar a invertir en centros y pistas de pádel? Hoy en día, nadie duda en ello y, si se puede, las administraciones locales apostarán por ello porque son conocedores de que, tras el confinamiento, el boom de este deporte tiene un retorno inmediato.