Entorno

Lehman Brothers vs Covid-19: ¿alterará la crisis la lógica del negocio del fútbol?

Los expertos asumen que este verano caerá la inversión en fichajes, pero asumen que se recuperará y el gran cambio vendrá por una mayor supervisión financiera. Algunas voces proponen un fondo de rescate con los derechos de televisión.

Marc Menchén

1 abr 2020 - 05:00

Lehman Brothers vs Covid-19: ¿alterará la crisis la lógica del negocio del fútbol?

 

 

Estadios vacíos, apagón televisivo y cada vez con menos margen para evitar que 2019-2020 se solape con 2020-2021. La industria del fútbol continúa analizando escenarios que le permitan salvar económicamente la temporada en la peor crisis que ha sufrido en décadas. Ahora bien, los expertos rechazan la idea de que vaya a producirse un gran vuelco en la lógica del negocio como esperan algunos. “Habrá un bache temporal, pero difícilmente cambiarán las dinámicas”, admite el primer ejecutivo de unas de las principales organizaciones deportivas.

 

La historia avala la información, pues ni la debacle de Lehman Brothers en 2008 había podido frenar a un deporte que con el tiempo se ha erigido en una de las fuentes de entretenimiento más lucrativas. De hecho, y pese al contexto de recesión global, el fútbol europeo logró facturar un 9% más en 2009 y gastó 2.115 millones de euros en fichajes, con un saldo comercial negativo de 447 millones de euros, según datos de la Uefa.

 

Eso sí, entonces los números rojos se dispararon un 40% y alcanzaron los 1.163 millones de euros. Eran los tiempos de reconstrucción vía multimillonarios de equipos como el Chelsea FC, el Manchester City o buena parte de Rusia, y ahí es donde los analistas sí prevén que puede llegar el gran cambio. “La Uefa tiene la oportunidad de reequilibrar y endurecer los controles de salud económica”, apunta un asesor de clubes, que prefiere hablar bajo anonimato.

 

 

 

 

Porque todos sí coinciden en que se producirá un bache después de una década en la que la facturación del fútbol en el Viejo Continente siempre ha crecido a un ritmo superior al de la economía europea. Eso sí, también creció siempre más el gasto que los ingresos asociados a los fichajes, siempre un paso por delante de los propios ingresos.

 

“Nos enfrentaremos a un verano atípico, en el que todos tendrán que ajustarse por la pérdida de ingresos que habrá, pero en una temporada se puede absorber el 80% del impacto si se acaban salvando los derechos de televisión”, asegura un ex alto cargo de con experiencia en la gestión de equipos de fútbol. “A corto plazo habrá impacto, porque obligará a los clubes a adaptarse a la situación real del mercado; esto tenderá a reducir el precio de traspasos y salarios”, ahonda Julio Senn, socio del despacho Senn Ferrero. 

 

Para esta transición, la Ligue-1 ya trabaja en un crédito de hasta 250 millones de eurospara que sus clubes sorteen los problemas de tesorería que puedan tener, mientras que los equipos de Champions en Bundesliga han cedido 20 millones de sus derechos de televisión para evitar la quiebra de los más modestos. 

 

 

 

 

Actualmente, LaLiga es la única gestora de fútbol profesional que exige validar a priori los presupuestos de los equipos y establece límites de gasto en función de los ingresos. De este modo, la asociación presidida por Javier Tebas tiene la capacidad de poder forzar a todos los equipos a que en 2020-2021, y en 2021-2022 si hace falta, el foco se ponga en reequilibrar las cuentas tras el bache previsto para este año. El mismo será mayor o menor en función de los ajustes salariales que se planteen.

 

El problema se producirá si la laxitud en otros países acaba dejando desprotegidos a los equipos españoles, en caso de que se vean forzados a dar salida a futbolistas y rebajar su capacidad de gasto salarial frente a otras ligas. “Es el momento de que la Uefa sea más exigente con el fair play financiero”, aspira el director de un club de LaLiga Santander.

 

Las normas europeas de control económico ya tienen en cuenta escenarios de pérdidas por causa mayor, pero el interrogante es si, más allá de la flexibilidad en el corto plazo, abogará por introducir mayor supervisión y límites claros a la inversión. Sería el paso definitivo a un sistema que ha permitido dejar atrás unas pérdidas acumuladas de 8.544 millones de euros entre 2008 y 2016, para alcanzar la rentabilidad desde entonces.

 

Los informes de la Uefa dejan claro que el peso del gasto en salarios ha sido bastante estable durante la última década, moviéndose en una horquilla de entre el 61,3% y el 63,9% de los ingresos totales. Eso sí, en términos absolutos ha supuesto pasar de 7.253 millones en 2008 a 13.472 millones de euros en 2018, según los datos que maneja la confederación.

 

Es la mayor partida de gasto que tienen los clubes, y la primera que han ido a tocar todos los que no quieren esperar a saber cuándo se podrá retomar la actividad. La Juventus se ahorrará 90 millones de euroscon el acuerdo alcanzado con la plantilla, mientras que el FC Barcelona estima un ahorro de 16 millones de eurospor cada mes de inactividad. En la Premier League su busca un acuerdo globalque sitúe la rebaja salarial en hasta un 50% de los sueldos durante el parón.

 

 

 

 

La Fifa está procurando liderar la corrección que reclama el mercado. “Está intentando alcanzar ese acuerdo para que los clubes reduzcan sus cargas salariales, así que veremos si realmente supone una limitación impuesta por el organizador y no por los clubes”, sostiene Senn, quien advierte del reto que supondrá encajar una idea como esta en la legislación nacional de cada país.

 

La idea no es del todo nueva, pues ya la reclamó hace un año el consejero delegado del Atlético de Madrid, Miguel Ángel Gil Marín. “¿Para qué sirve facturar más si ese dinero sirve para que un jugador en lugar de dos Lamborghini tenga cinco en su garaje y su agente en lugar de dos casas, tenga cuatro y una finca?”, lamentó el directivo, partidario de convertir en norma la recomendación de que la masa salarial de los clubes (nóminas y amortizaciones de fichajes) no supere el 70% de los ingresos.

 

De hecho, la regulación es hoy el único elemento que podría contener la espiral de gasto de los últimos años, y Julio Senn asume que “a medio plazo, si todo vuelve a funcionar de modo razonable como estaba funcionando, volveríamos a la realidad”. “No va a haber un gran cambio a largo plazo; una vez se recupere la economía volveremos a la misma foto”, comparte Ignacio Legido socio-director de BDO.

 

Legido, que presidía la AD Alcorcón hasta su venta el pasado verano, señala que lo que sí podría empezar a verse a corto plazo son cambios en los contratos. Más allá de la corrección de salarios, temporal o permanente según cada club, el abogado considera que “los contratos que se firmen a futuro empezarán a regular cuestiones de situaciones extremas”. Es algo que, por ejemplo, sí contempla el convenio colectivo de la NBA, que establece rebajas de en torno al 1% del sueldo por partido no disputado por causas de fuerza mayor.

 

 

 

 

Hay quienes van un paso más allá y, al igual que con la banca, proponen crear un fondo de rescate con los ingresos de la televisión. “Sería seguir un poco el modelo de la NBA, y lo que permitiría es que, dotándolo con el 1% de los ingresos de cada año, el sistema en su conjunto tenga un cojín para afrontar crisis imprevistas como esta”, señala un alto cargo conocedor de las conversaciones entre Uefa y ligas. De triunfar la idea, el fondo captaría cada año unos 79 millones anuales.

 

En cuanto al mercado de traspasos, la Fifa ya inició hace unos meses la mayor reforma de los últimos tiempos, con tal de corregir las ineficiencias que se han venido produciendo desde que la Ley Bosman cambió por completo las reglas. “Este año tendremos una legislación clara sobre los flujos monetarios de los traspasos, acorde con lo que pide la Unión Europea, el mundo político y económico, y los aficionados”, señaló días atrás el presidente del regulador mundial de este deporte, Gianni Infantino, en una entrevista en La Gazzetta dello Sport.

 

Los expertos señalan que es muy complicado que pueda controlarse la inversión anual en fichajes, más allá del mencionado tope del 70%. Lo que sí descartan por completo es que se pueda pasar a un modelo como el de la NBA, que se basa en el intercambio de jugadores, de forma que no hay transacciones económicas entre los equipos. “La lista de litigios denunciando que se les priva de obtener rendimientos con sus activos no se acabaría nunca”, comparten los expertos.

 

 

 

 

Cuestión aparte son los intermediarios, un actor que irrumpió con fuerza en la industria cuando la Ley Bosman abrió la puerta a que un jugador quedara libre al finalizar contrato, obligando a los clubes a intentar hacer caja antes de que eso sucediera. Así se explica que los ingresos netos y las amortizaciones de inmovilizado de los clubes europeos por traspasos se haya doblado en una década, hasta 4.999 millones y 4.555 millones de euros, respectivamente.

 

Y esa es una reforma que ya estaba en marcha, pero que podría acelerarse en el contexto actual, pues los agentes han fomentado las subastas al alza en los fichajes e inflado precios con comisiones fuera de toda lógica.

 

Las agencias de representación, técnicamente conocidos como intermediarios, se embolsaron 653,9 millones de dólares (590 millones de euros) en 2019. Un récord que ya triplica las rentas que obtenían en 2015, según las estadísticas de la Fifa, que propone limitar las comisiones a un 10% del total de cada operación. “El fútbol no puede ser un Lejano Oeste donde no existen las reglas”, advirtió Infantino. Y lo comparte el sector, que ya piensa en si la verdadera reordenación del sistema la provocará su futuro audiovisual.