Entorno

Las exportaciones de esquí desaceleran en 2018 tras crecer un 67,6% en la última década

El despegue de los deportes de nieve y la presencia de marcas como Rossignol han marcado el desarrollo del sector, cuyas ventas han caído un 2,5%, hasta 51,2 millones de euros debido a las condiciones meteorológicas y nuevas tendencias como el alquiler.

Álvaro Carretero

13 may 2019 - 04:58

El despegue de los deportes de nieve y la presencia de marcas como Rossignol han marcado el desarrollo del sector, cuyas ventas han caído un 2,5% en el último año debido a las condiciones meteorológicas y nuevas tendencias como el alquiler.

 

 

De aquel Mundial suspendido en Sierra Nevada en 1995 a la medalla olímpica de Regino Hernández en 2018. El esquí español es de las disciplinas que menos preseas ha aportado al medallero y, pese al aumento de su popularidad entre la población, la estacionalidad es el factor que determina la práctica de esta modalidad. De hecho, en la última década, las exportaciones han aumentado un 67,6%, y en 2018 se situaron en 51,2 millones de euros.

 

Sin embargo, las ventas cayeron por primera vez desde 2012 después de haber alcanzado el el mejor resultado de la década en 2017. Esta desaceleración se explica debido a la irrupción de nuevas tendencias como el alquiler de equipamiento deportivo y a la ausencia de grandes fabricantes españoles, que invierten sus recursos en el textil en lugar de las tablas de snowboard o los esquís.

 

Para compañías como Atomic, el renting ya representa el 30% de sus ventas y su estrategia a corto y medio plazo se basa en potenciar este tipo de iniciativas. “El alquiler es el único sector que está creciendo, ya que las ventas se han estancado e incluso están cayendo, especialmente en las tablas y los esquís”, afirma Víctor Castellón, director de la filial española a Palco23.

 

 

 

 

Pese a esta caída en las ventas de equipamiento de esquí, la facturación de Atomic aumentó un 12% gracias a las exportaciones, al igual que ha sucedido con Rossignol, el principal fabricante de esquís del territorio español.

 

La marca francesa cuenta con una fábrica en el municipio barcelonés de Artés, la mayor de Europa en su género y la principal instalación del grupo en el mundo. El centro catalán, construido en 1971, distribuye artículos al resto de filiales europeas del grupo, además de abastecer a las diferentes cadenas de distribución con las que trabaja. Actualmente, más del 90% de la facturación de la filial española provienen de las exportaciones.

 

Pese a que España cuenta con una amplia comunidad de esquiadores y 31 estaciones, el sector apenas tiene margen de crecimiento. Las estaciones tienen que recurrir a nieve artificial para prolongar su temporada deportiva y no pueden competir con los grandes puertos de Europa, como Suiza, Austria y Francia, que cuentan con condiciones climatológicas más favorables para la práctica de estas disciplinas.

 

 

 

 

De hecho, Francia es el principal destino al que se dirigen las exportaciones españolas de esquí. El país galo es el socio más relevante y copa el 80% de las ventas al extranjero, con 40,8 millones de euros. Andorra se sitúa en segundo lugar, con una inversión de seis millones de euros en material de deportes de nieve que proviene de España.

 

Esta tendencia se ha prolongado a lo largo de toda la década, ya que el resto de países europeos, como Portugal, Italia, Alemania y Reino Unido, los principales compradores de material deportivo de España, no superan el millón de euros en la compra de artículos de esquí. Aún falta conocer si esta inversión seguirá cayendo en los próximos años mientras el sector se reconvierte y busca alternativas para paliar la caída en las ventas.