Entorno

La ‘mancha negra’ del Mundial: La Fifa se prepara para dejar en ‘fuera de juego’ el doping

El Mundial de fútbol de Rusia arranca en dos días, influenciado, en parte, por el escándalo de dopaje que involucró a deportistas rusos en los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi 2014. La Fifa destina anualmente 25,5 millones de euros a combatir el dopaje.

Alberto Escobar

12 jun 2018 - 04:57

Las pruebas antidoping realizadas por la Fifa representan un coste medio de 850 euros

 

 

Faltan dos días para que arranque el Mundial de Rusia 2018. Más allá de los 32 países que acuden a esta gran cita futbolística, más allá de lo que suceda sobre el verde, de ver quién reinará en el deporte rey durante los próximos cuatro años, las dudas sobre el juego limpio y los valores del deporte se ponen en entredicho como consecuencia del doping. Mientras tanto,  la Fifa se prepara para que el espectáculo no se vea empañado.

 

La elección de Rusia para albergar este Mundial ha dejado alguna que otra duda, sobre todo después de que el informe de la Agencia Mundial Antidoping (AMA) de Richard McLaren señalara que un sistema apoyado por el país ocultaba las pruebas positivas recogidas en los Juegos Olímpicos de invierno de Sochi 2014. Más de 1.000 atletas se vieron involucrados y, según el mismo informe, el fútbol era uno de los treinta deportes sospechosos de dopaje.

 

El trabajo de la Fifa para erradicar y dejar en fuera de juego al deportista tramposo, al que decide doparse, no es nuevo. De hecho, la federación futbolística introdujo los controles antidopaje en la década de los sesenta. Según la Fifa, cada una de sus pruebas antidoping representan un coste medio de 1.000 dólares (850  euros) y anualmente se destinan treinta millones de dólares (25,5 millones de euros) a estos procedimientos.

 

 

 

 

 

 

La Fifa cuenta con un centro de evaluación e investigación médica y una comisión de medicina, y es esta última la responsable de que la federación lleve a cabo los controles de dopaje en sus competencias.

 

Lo que ocurrirá en Rusia será un control exhaustivo a los futbolistas. Gianni Infantino, presidente de la Fifa, informó recientemente que cada jugador de las 32 selecciones mundialistas será sometido a pruebas fuera y dentro del torneo. Las muestras tomadas durante el campeonato serán analizadas por los laboratorios de la Agencia Mundial Antidopaje (Wada, por sus siglas en inglés) fuera de Rusia.

 

 

Las sustancias prohibidas más utilizadas en el deporte

 

La lista de sustancias prohibidas en el deporte más utilizadas divide a los agentes en tres categorías distintas: métodos prohibidos siempre, sustancias prohibidas en competición y aquellas prohibidas en algunas disciplinas. El primer apartado reparte los componentes en distintas subdivisiones: no aprobadas, agentes anabolizantes, hormonas peptídicas, factores de crecimiento, sustancias afines y miméticos, moduladores hormonales y metabólicos y diuréticos y agentes enmascarantes.

 

Los métodos prohibidos son la manipulación de sangre, manipulación química y física y dopaje genético. Las sustancias prohibidas en competición son estimulantes, narcóticos, canabinoides y glucocorticoides. Las más utilizadas son el estanozolol, seguido de la norandrosterona  y el EPO. Las primeras dos son esteroides que aumentan la masa y fuerza muscular. El Epo, por su parte, se utiliza mucho en las pruebas ciclistas y aumenta la resistencia y capacidad para respirar del deportista.

 

 

Algunos de los laboratorios afectados

 

La mancha del dopaje ha salpicado, ya sea de forma directa o indirecta a laboratorios farmacéuticos. Uno de los casos más conocidos es el de la tenista rusa María Sharapova y su positivo por meldonium, producto del laboratorio Grindex, en 2016. Esta sustancia incrementa la resistencia y la habilidad de recuperación tras el esfuerzo físico, por lo que beneficia el rendimiento del deportista.

 

Al parecer, la tenista lo tomó durante varios años, aludiendo que sufría “problemas físicos” y que hizo uso del mismo por “prescripción del médico de cabecera”. La AMA introdujo el meldonium a principios de 2016 en su listado de sustancias prohibidas y Sharapova fue alertada de su positivo en un control realizado en el Open de Australia a finales de enero de 2016.

 

El laboratorio detrás de esta sustancia es Grindex, de origen letón. El fármaco, nacido en los años setenta, puede usarse de forma inyectable o en cápsulas y su mecanismo de acción se basa en reducir la concentración de L-carnitina en el tejido cardiaco reduciendo a la vez el metabolismo de ácidos grasos. Sharapova tuvo que hacer frente a una sanción de dos años por este caso particular.

 

 

 

 

Otro de los laboratorios salpicados por el dopaje es Balco. En junio de 2003 la Agencia Antidopaje de Estados Unidos (Usada, por sus siglas en inglés) recibió una llamada anónima que acusaba a un grupo de atletas de utilizar un nuevo producto dopante, identificado como THG (esteroide sintético), dirigido por este laboratorio.

 

La investigación provocó la sanción de la velocista Marion Jones, que ganó cinco medallas (tres de oro) en los Juegos Olímpicos de Sídney 2000 y que tuvo que cumplir una condena de seis meses de prisión por perjurio. El padre de su hijo, el velocista Tim Montgomery, que tuvo en su poder el récord del mundo de 100 metros, fue suspendido por dos años en 2005 y puso fin a su carrera. Victor Conte, expropietario del laboratorio, fue condenado en 2005 a cuatro meses de prisión y cuatro años de arresto domiciliario.

 

Uno de los casos más reconocidos en el mundo del fútbol y el dopaje es el del astro argentino Diego Maradona en el Mundial de Estados Unidos de 1944. El pelusa, como también se le conoce, fue suspendido durante 18 meses por el consumo de efedrina, que actúa de forma similar a la anfetamina. Maradona también fue sancionado durante quince meses, en 1991, después de que se le detectara cocaína en su muestra cuando jugaba en el conjunto italiano del Nápoles.