Entorno

La Liga: más de 1.300 millones en plusvalías por traspasos para apuntalar su saneamiento

Por cuarta vez en seis años, los clubes de Primera han ingresado más de lo que han gastado en fichajes, con un saldo neto de 105,9 millones y la Premier como gran financiador. Un dinero clave para la reestructuración y las inversiones de muchos clubes.

Marc Menchén

4 sep 2017 - 05:00

La Liga: más de 1.300 millones en plusvalías por traspasos para apuntalar su saneamiento

 

El plan de saneamiento que emprendió el fútbol español en 2012 se ha basado en buena parte en el ajuste de gasto, pero también en las plusvalías por traspasos para equilibrar paulatinamente la cuenta de resultados. Una fórmula que ha ido a más, al ritmo del aumento del precio de los traspasos, un mercado que sólo entre las cinco grandes ligas, junto a la de Portugal, ha movido 4.220 millones de euros. Un constante flujo de jugadores y dinero del que se ha servido la Liga Santander, la única que ha obtenido un saldo neto positivo este verano entre ingresos y gastos, con 105,89 millones de euros

 

La necesidad de contención fue primero para reducir pasivos y sanear los balances, pero ahora está sirviendo también para poder acometer inversiones importantes para el futuro de muchos, como son ciudades deportivas en las que seguir formando talento o nuevos estadios con los que mejorar la experiencia y elevar la facturación por matchday. Esta circunstancia también explica la contención en el gasto de los clubes españoles, que desde 2011-2012 han acumulado unas plusvalías por traspasos de 1.258,3 millones de euros. Unas cifras que irán a más con las cuentas del curso pasado y el actual.

 

Los registros de los participantes en la élite del fútbol español en el verano de 2017 contrastan incluso con los de la Ligue-1, que, pese a haber sido tradicionalmente un país exportador de talento arroja un déficit de 127,12 millones de euros, según datos recopilados por Palco23 a partir del portal especializado Transfermarkt. Su situación se debe al elevado volumen de inversiones del Paris Saint-Germain (PSG), que este año ha firmado el traspaso más caro de la historia al pagar 222 millones de euros al FC Barcelona por Neymar. Además, ha logrado diferir a 2018-2019 los 180 millones en que se ha tasado el traspaso de Kylian Mbappé, que de momento llegará cedido por el AS Monaco. Circunstancia que ya ha llevado a la Uefa a abrir una investigación de oficio.

 

 

El conjunto del Principado, que en su día ya fue sancionado por incumplir el fair play financiero, ha sido uno de los grandes vencedores de este verano, después de dar un giro a su política deportiva y apostar por jóvenes talentos en lugar de jugadores de renombre con un alto coste. Con 77 millones de saldo neto en términos de tesorería (se desconoce a nivel contable las amortizaciones pendientes), el vigente campeón de la Ligue-1 es de los que mejor se ha beneficiado del momento alcista de los precios, en un mercado donde más que nueva inversión se ha producido un constante movimiento de piezas, y en consecuencia de dinero, a raíz de las grandes operaciones ejecutadas en la Premier League, que concentra siete de los diez traspasos más caros.

 

Tras el cierre de la ventana estival, tan sólo Villarreal, Alavés, Valencia, Celta, RC Deportivo y CD Leganés han gastado este verano más de lo que han ingresado por traspasos en España, en algunos casos tras temporadas de acumular importantes excedentes, como el submarino amarillo o el cuadro vigués, o tras apuntalar su economía una vez conseguida la permanencia, como los vitorianos o los pepineros. Por el contrario, el Real Madrid se ha convertido en el que mejor ha aprovechado la situación del mercado para hacer caja y esperar.

 

Esperar, a que la ley de la oferta y la demanda rebaje los precios de adquisición o a que surja alguna oportunidad como en su día supuso la compra de Marco Asensio por 4,5 millones de euros o los 5 millones del central Jesús Vallejo. Adquisiciones con cierto riesgo si a futuro no cuajan en el primer equipo (con el balear ya se han despejado todas las dudas), pero que permiten al club destinar a las plusvalías por traspasos a otras inversiones que a corto plazo no generarán rendimiento deportivo, pero que a medio plazo son clave para el plan de negocio, como la reforma del Santiago Bernabéu.

 

 

La entidad presidida por Florentino Pérez logró el pasado 30 de mayo que por fin se aprobara el plan urbanístico que le permitirá invertir 400 millones de euros en la modernización del estadio, de manera que las obras empezarán en la primera mitad de 2018, por lo que la necesidad de tesorería para acometer los primeros pagos será importante. Y el colchón ya lo ha hecho, con los casi 130 millones de euros que han dejado las salidas de Álvaro Morata, Danilo, James Rodríguez o Mariano. Por el contrario, la inversión se ha limitado a 56 millones entre Theo Hernández y Dani Ceballos.

 

En una situación similar se encuentra el Barça, a la espera de desencallar administrativamente el Espai Barça, que costará 600 millones, y que finalmente ha decidido realizar una única gran incorporación en este mercado tras la salida de Neymar. El club ha aprovechado esos 222 millones para cerrar en positivo pese a haber realizado el mayor fichaje de su historia con Dembelé, que ha costado 105 millones, y reforzar otras líneas con Paulinho (40 millones, la mayor venta del fútbol chino), Nélson Semedo (30 millones) y Gerard Deulofeu (12 millones).

 

Aun así, está por ver si esa contención, buscada o no, en la política deportiva, no les pasará factura en lo institucional. “La principal línea maestra de actuación era la de no poner en riesgo el patrimonio y la viabilidad económica del club”, señaló este sábado el director de deportes profesionales del Barça, Albert Soler. Además, se defendió con que “podríamos estar presentando dos jugadores por valor de 270 millones, y hubiéramos cometido una irresponsabilidad. Eso sí que hubiera sido motivo para dimitir”.

 

Es un equilibrio que la mayoría de equipos de Primera han tenido que hacer en los últimos años, ya fuera para amortizar deuda con la Agencia Tributaria y la banca; ganar oxígeno mientras ponían en orden sus finanzas, o mantener su proyecto deportivo mientras se ejecutaban inversiones patrimoniales. Y aquí, una importante aliada ha sido sobre todo la Premier League, criticada por su rol central en la inflación de precios, pero también la que ha realizado la mayor transferencia de recursos a los equipos españoles. En algunos casos, sin mucho acierto, como demuestran los regresos, por importes muy inferiores, de Lucas Pérez al Dépor o Nolito al Sevilla FC.

 

Los conjuntos británicos han sido un año más los grandes dinamizadores del mercado, pese a que casi la mitad de la competición está en pérdidas. Desde 2012-2013, han gastado 3.758,3 millones más de lo que han ingresado por traspasos, primero al calor de inversores a los que no les importaba soportar pérdidas, como los dueños del Chelsea FC y el Manchester City, y ahora animados por sus lucrativos contratos de televisión. En 2017-2018, sólo Tottenham Hotspur, Arsenal, Stoke City, Swansea y Burnley han logrado un saldo neto positivo, en un país que claramente ejemplifica la teoría aguas debajo del mundo de los fichajes.

 

Los grandes movimientos de City, United o Liverpool han dado pie a que, en un segundo nivel, entidades como Everton, Leicester o Swansea hayan podido salir al mercado con importantes cuantías económicas, especialmente comprando a sus propios rivales, pero también en España. Esta teoría también se ha dado nuevamente en Alemania, con Bayern de Múnich y Borussia Dortmund como principales agitadores del negocio de compraventa de jugadores en la Bundesliga. En la Serie A, al tradicional scouting de la Juventus se han unido este año los relanzados con capital chino AC Milan e Inter, mientras que la AS Roma, ya con Monchi al frente de la parcela deportiva, se ha beneficiado del dispendio british.

 

El debate continuará en los próximos meses sobre los posibles límites a la inversión, debido a la disparidad de ingresos que existe entre las grandes ligas. El último informe de Deloitte revela que, al margen de los traspasos la Premier League factura casi un 75% más que La Liga o la Bundesliga, lo que de entrada le da margen para ofrecer salarios más altos a los futbolistas para que fuercen su salida y, en el caso de España, poder pagar sin problemas cláusulas de rescisión que antaño podían parecer un obstáculo y hoy en Inglaterra aprecian razonables. ¿Se abrirá el debate en La Liga sobre la necesidad de eliminar este derecho laboral?