Entorno

La industria deportiva advierte del impacto negativo del último ciclo electoral

El 42% de las organizaciones consideraba que los resultados de las últimas elecciones locales y autonómicas tendrían un impacto desfavorable en su negocio, por un 12% que anticipaba un impacto favorable.

Palco23

22 nov 2019 - 04:53

La industria deportiva advierte del impacto negativo del último ciclo electoral

 

 

La primavera electoral de 2019 y el anuncio de unas segundas elecciones generales en un mismo año no han convencido a la industria del deporte, como tampoco sus resultados. Antes de que se conociera la nueva correlación de fuerzas en el Congreso de los Diputados tras el 10 de noviembre, el 42% de las organizaciones deportivas anticipaba que el mapa electoral fruto de las últimas elecciones, tanto locales como autonómicas, tendría un impacto desfavorable en su negocio.

 

No es un aspecto menor, pues se trata de un sector muy vinculado a la Administración, que en muchas ocasiones decide quién gestiona determinadas instalaciones deportivas, si aporta recursos para captar citas internacionales o firmar contratos de patrocinio. Y sólo un 12% de las entidades confía en que los resultados de las urnas son favorables para el negocio, según la tercera edición del Barómetro del Negocio del Deporte, un informe elaborado por Palco23 y que cuenta con el patrocinio de Openbravo. Por el contrario, un 46% espera que no haya consecuencias en un sentido u otro.

 

Los últimos meses han evidenciado la importancia de la política en la evolución de la economía, y no sólo por las decisiones legislativas, sino por procesos como la salida de Reino Unido de la Unión Europea (UE) o la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Son frentes no resueltos, pero que no evitan que un 29% de la industria del deporte augure que la economía española e internacional pasará por un ciclo de estabilidad a medio y largo plazo. Eso sí, un 71% estima que el mundo experimentará ciclos más cortos de expansión, estabilidad y recesión, en un escenario de reconfiguración de las relaciones geopolíticas.

 

 

 

 

 

En el caso de España, un 36% de la industria deportiva advierte de un empeoramiento moderado de la situación económica, el doble que hace un año y muy por encima del 6% que suscribía esta afirmación en 2017. De hecho, sólo un 3% percibe una mejora clara y baja del 54% al 41% quienes perciben signos de mejora, en línea con las advertencias lanzadas sobre el enfriamiento desde organismos como el Banco de España o el Fondo Monetario Internacional (FMI).

 

En cuanto al contexto internacional, en un año se ha más que triplicado el porcentaje de organizaciones que perciben que la situación fuera de España empeora moderadamente, alcanzando el 42% del total. Además, emerge un 3% que considera que el deterioro de la situación económica en todo el mundo es sustancial. Por el contrario, hay un 5% que continúa pensando que hay una mejora clara, mientras que quienes perciben signos de mejora caen a la mitad y se sitúan en el 28%.

 

Si hay aspectos que mantienen cierto optimismo en el conjunto de la industria son las propias dinámicas de su negocio. Sin ir más lejos, un 53% de las compañías consideran que en 2019 se está produciendo un claro aumento de la práctica deportiva en España, lo que supone un aumento de seis puntos porcentuales y se acerca a máximos desde 2017, cuando un 57% contestaba afirmativamente. Otro 46% de operadores que percibe signos de mejora en la penetración de la actividad física.

 

En términos de consumo, un 32% considera que claramente sí se está produciendo un incremento de la inversión de los hogares en la compra de artículos para la práctica deportiva. Se trata de una caída de un punto porcentual en comparación con 2018, pero absorbida por los que son más comedidos y señalan que sí se aprecian signos de mejora, un colectivo que ahora representa el 65%.

 

En total, el 73% de las organizaciones vinculadas a este sector, desde clubes a retailers, pasando por gimnasios y federaciones, considera que el gasto medio por cliente en 2018 fue superior al del ejercicio previo, lo que representa una mejora de siete puntos porcentuales. No obstante, los altos ritmos de crecimiento del consumo han dado paso a una percepción de aumento del gasto, aunque más contenido.