Entorno

La industria del deporte en España supera los 13.000 millones en ingresos y mantiene el empleo al alza

La estructura del sector continúa evidenciando una alta temporalidad y poca retención de los trabajadores más experimentados. Por sectores, clubes y gimnasios continúan creciendo frente al freno de los retailers.

Marc Menchén

29 may 2019 - 05:00

La estructura del sector continúa evidenciando una alta temporalidad y poca retención de los trabajadores más experimentados. Por sectores, clubes y gimnasios continúan creciendo frente al freno de los retailers.

 

 

El deporte se ha convertido en un eje estratégico de España, que ve en sus competiciones una herramienta de promoción de la marca del país, pero también un generador de negocio a través de múltiples actividades. El Gobierno por primera vez ha decidido dimensionar económicamente esa aportación, que en términos de volumen de negocio directo asciende a 13.429 millones de euros. Ahora bien, las estadísticas públicas aún revelan importantes desafíos, como el tamaño de las empresas y la prolongación de la carrera profesional de las plantillas, de las más jóvenes de todo el Estado.

 

La aportación económica más importante corresponde a los clubes deportivos, liderados por LaLiga, pero en los que se incluyen también varios equipos de ACB y Asobal, entre otros. Su negocio en 2016 ascendió a 4.557 millones de euros, según la Estadística Estructural de Empresas que elabora el Instituto Nacional de Estadísticas (INE). A los clubes profesionales hay que añadir los 2.192,22 millones de los gestores de instalaciones deportivas y los 663,35 millones de los gimnasios, dos epígrafes que engloban al fitness.

 

Estos tres subsectores generaron conjuntamente 8.494 millones de euros, si se incluyen el resto de actividades deportivas que no es ninguna de las tres anteriores. A continuación aparecen los comercios de artículos deportivos, que facturaron 4.713,1 millones de euros, mientras que los fabricantes especializados, ya sean de bicicletas o prendas técnicas, generaron 221,93 millones en 2016, según los últimos datos disponibles.

 

 

 

 

La información recopilada en el Anuario de Estadísticas Deportivas 2019, que elabora el Consejo Superior de Deportes (CSD) revela varias tendencias dentro de los distintos segmentos de actividad, con los retailers especializados en deporte como los más perjudicados por la evolución del consumo. El número de empresas dedicadas a la distribución de artículos deportivos acumula seis años consecutivos reduciendo su tamaño, pasando de 7.253 a 5.990 mercantiles entre 2013 y 2018.

 

Su descenso interanual del 5% interanual contrasta con el fuerte avance que experimentó el número de fabricantes. Este subgrupo de actividad aumentó su tejido empresarial un 20,3%, hasta 261 sociedades, gracias al continuado incremento de compañías que buscan hacerse un hueco en el mercado, ya sea con marcas de bicicletas o prendas para la práctica deportiva.

 

Ahora bien, el grueso de la industria lo forman las empresas dedicadas a actividades deportivas en general, tales como la gestión de instalaciones, los clubes deportivos convertidos en sociedades anónimas o la explotación de gimnasios. En este caso, el crecimiento fue del 2,2% en 2018, en el que se consolidó la senda alcista que se empezó a trazar hace una década.

 

Donde el sector sí demuestra paralelismos con el conjunto de la economía es en la distribución geográfico de todo este entramado de empresas. En concreto, más de la mitad se concentran en las comunidades autónomas de Andalucía, con un 14,7% del total, Cataluña (17,3%), Comunidad Valenciana (10,4%) y Comunidad de Madrid (15%).

 

Uno de los aspectos positivos del informe es que se ha aumentado el número de compañías con más de cincuenta trabajadores, muestra de que se están reforzando las estructuras dentro de una industria cada vez convergente con la del ocio y el entretenimiento. Las organizaciones con más de 100 asalariados se mantuvo estable en 201 casos, pero pasó de 176 a 180 el número de empresas con entre 50 y 99 empleados, y de 2.510 a 2.550 el número de empresas con entre 10 y 49 efectivos.

 

 

 

 

Por el contrario, se redujo de 2.073 a 2.053 las organizaciones con entre seis y nueve trabajadores, y de 14.716 a 14.676 aquellas con un máximo de cinco personas. También había un total de 14.869 sociedades sin trabajadores adscritos al cierre de 2018, presumiblemente aquellas que actúan como hólding o unipersonales, que equivalían al 43,1% de toda la industria del último año. Puede parecer un porcentaje elevado, pero cabe destacar que este tipo de mercantiles representaron el 55,5% de todas las existentes en España.

 

En este punto hay que recordar la importancia del voluntariado, especialmente en el tejido asociativo formado por los 67.512 clubs deportivos que no están constituidos como empresas. Muchos entrenadores cobran dietas puntuales por su labor de formación de equipos de cantera, una cuestión que la Seguridad Social ha buscado regularizar forzando a que todas estas personas estén dadas de alta como cotizantes, aunque su retribución mensual no alcance los 100 euros.

 

Si bien la composición de empresas por tamaño no dista mucho de la del conjunto del país, el estudio sí indica fuertes diferencias en el mercado laboral, algunas positivas y otras no tanto. “El 90% del empleo vinculado al deporte es asalariado, cifra superior a la observada en el total”, señala el CSD, quien matiza: “Presenta tasas de temporalidad y de empleo a tiempo parcial más elevadas a las registradas en el total de empleo”. En total, 214.000 personas, apenas un 1% adicional respecto a 2017.

 

 

 

 

De hecho, el 41,7% de los asalariados en la industria del deporte tiene contratos temporales, un porcentaje que prácticamente dobla al del conjunto del Estado. Lo mismo sucede con el empleo a tiempo parcial, que representa el 43,5% y nuevamente duplica las tasas de todo el país. Es una cuestión que operadores de gimnasios tratan de resolver con los itinerarios laborales de sus técnicos, mientras que en deportes como el fútbol se está tratando de dar la jornada completa en las competiciones de mujeres, por ejemplo.


Es una cuestión importante para garantizar una carrera profesional más allá de la resistencia física de estos profesionales, que por razones obvias no pueden mantener la intensidad competitiva o de impartición de clases dirigidas a ciertas edades. De momento es algo que no se está consiguiendo, según se desprende de las estadísticas oficiales.

 

Las diferencias más significativas respecto al empleo total se registran por tramos de edad, con una proporción superior de jóvenes de 16 a 24 años (19,7%, frente al 5,1% observado en el conjunto del empleo), y de personas de 25 a 34 años (32,1% frente al 19,6% observado en el total”, señala el CSD. Es más, las personas de más de 45 años apenas representan una cuarta parte de toda la fuerza laboral de la industria del deporte.

 

Y eso que se trata de un sector que destaca por la alta cualificación de sus profesionales. “Se caracteriza también por una mayor formación académica superior a la media, presentando tasas de educación superior más elevadas que las observadas en el conjunto nacional, 51,6% frente al 42,9%”, señala el informe.