Entorno

La Catalana de tenis reduce su deuda hasta 2,8 millones y prevé superávit en 2020

La federación presidida por Jordi Tamayo, que ya se ha desprendido de todos los activos que tenía en clubes de tenis, tiene una hoja de ruta centrada en aumentar las licencias y los torneos para el público amateur.

P. López

3 ene 2020 - 04:58

La FCT prevé facturar 923.542 euros a través de las licencias, que de cumplir la previsión supondrán un 43,8% del presupuesto de 2020

 

 

La Federación Catalana de Tenis (FCT) continúa reduciendo su deuda. La entidad, que en junio de 2017 tenía un pasivo de 6,1 millones de euros, ha reducido hasta 2,8 millones los compromisos pendientes de pago a bancos y proveedores en 2019. La clave ha sido la desinversión en activos, lo que a su vez le ha permitido reducir la plantilla y, por ende, los gastos en personal, que han sido subrogados por las compañías que ahora operan esos centros.

 

En concreto, la deuda se ha rebajado con la venta del Complejo Deportivo Municipal de Tennis (Cornellá) y la desinversión en el Tennis de L’Hospitalet, dos operaciones con las que cobró 2,5 millones de euros, como ya adelantó Palco23. A estos dos proyectos se sumó la no renovación de la explotación del Tennis Vall d’Hebron, ahora gestionado por la Unió de Federación Catalanes (Ufec).

 

Como resultado, la entidad ha pasado de contar con 110 empleados fijos y discontinuos a 25 trabajadores. En 2020, la Federación prevé destinar 920.500 euros al pago de nóminas, por los 2,2 millones de euros que se abonó en 2017.

 

 

 

 

El organismo ha presupuestado unos ingresos de 2,1 millones y unos gastos de 1,8 millones de euros para 2020, con un superávit de 318.000 euros. “Todos los resultados positivos que obtengamos irán a pagar la deuda y, una vez liquidada, el 30% de ese beneficio se quedará en caja; sólo podremos utilizarlo si los clubes nos dan el visto bueno”, explica a este diario Jordi Tamayo, presidente del organismo.

 

Este es uno de los mecanismos de control aprobados por la entidad, con el objetivo de que la FCT no vuelva a asumir los niveles de deuda que tuvo en la etapa anterior. “Tenemos el compromiso con los clubes afiliados de que, si en dos años no liquidamos la deuda que genere este directiva, los asociados tienen el poder de relevarnos”, comenta. Esta fórmula se aplicará a cualquier equipo gestor de ka federación a partir de ahora. El tercer mecanismo de control ha sido la aprobación de un código ético que proteja la institución.

 

Tamayo defiende que el organismo debe volver a “focalizarse en su core business” para obtener los 2,1 millones de ingresos previstos para 2020, en un momento en que la Federación ya no explota complejos deportivos. “Nos volcaremos en el aumento de licencias, en crear más torneos y competiciones amateur para centrarnos en el nicho de mercado que nos interesa, la base”.

 

La idea es que la entidad facture 923.542 euros a través de las licencias, que de cumplir la previsión supondrán un 43,8% del presupuesto. En torno a 500.000 euros procederán del cobro del canon de campeonatos y pistas, mientras que las subvenciones públicas y privadas permitirán unos ingresos de 415.000 euros. El patrocinio, por su parte, aportará otros 44.100 euros.

 

La federación cerró 2018 con aproximadamente 24.000 licencias federativas, el 30% del total de fichas de tenis que hay en España. No deja de ser una cifra muy alejada de las 42.000 inscripciones que llegó a tener el organismo, motivo por el que Tamayo aspira a hacer el tenis más accesible a la población y, especialmente, aumentar la práctica desde la base.