Entorno

José Hidalgo (Adesp): “El deporte era una herramienta inutilizada hasta la pandemia”

Las federaciones deportivas españolas incrementaron el número de licencias el año de la pandemia tras ver los privilegios que otorgaba pertenecer a una federación. El presidente de Adesp aboga por superar ese número en el futuro.

José Hidalgo (Adesp): “El deporte era una herramienta inutilizada hasta la pandemia”
José Hidalgo (Adesp): “El deporte era una herramienta inutilizada hasta la pandemia”
Las federaciones deben cuidar a estos héroes para crecer a nivel interno y externo

Palco23

2 mar 2022 - 05:00

El deporte se encuentra inmerso en una fase de recuperación tras la crisis generada por la pandemia del Covid-19. José Hidalgo, presidente de la Asociación del Deporte Español (Adesp), considera que España necesita aprender de otros países como Francia e Italia, donde la inversión en la profesionalización del sector deportivo es cuatro veces mayor y, como consecuencia, la probabilidad de éxito es mayor en grandes eventos deportivos.

 

Pregunta: ¿Cómo calificaría la situación actual del negocio del deporte tras el impacto de la pandemia?

Respuesta: Es difícil de calificar con un solo término. Por un lado, estamos en la fase de la recuperación y de reinvención. Ha habido un impacto muy duro en el sector, siendo el primero de ellos tras la salida del confinamiento domiciliario. Después han venido otros que han clarificado el gran impacto y la dimensión que tenía en la economía del deporte: el empleo, la salud y en tantas otras cosas. Todo ello ha traído una reinvención.

 

P.: En esta línea de reinvención, ¿las perspectivas a largo plazo para el deporte federado son mejores o peores que antes del Covid-19?

R.: Van a ser mejores. Aún estamos en esa fase de amortiguar el impacto e ir saliendo de forma progresiva. Esta pandemia nos ha permitido tener conciencia del valor que tenía el deporte, dándonos la posibilidad de la transversalidad que supone el deporte. El deporte es industria y turismo; nos ha dimensionado a un nivel que la propia pandemia nos ha obligado a acelerar.

 

P.: ¿Cómo ha impactado en el deporte federado el aumento de la práctica deportiva?

R.: En un principio sirvió para empoderar el deporte. Cuando se permitió volver a salir a la calle, el valor de una licencia federativa prevalecía para poder ir a entrenar o para salir de los términos municipales, eso fue algo que se puso en valor. Hubo algunos deportes que incluso en esos momentos aumentaron el número de licencias, porque era una forma de poder coger y tener acceso a otro tipo de movilidad que nos permitía el deporte.

 

P.: ¿Cómo se puede hacer ahora para mantener y aumentar el número de licencias?

R.: Hemos vivido muy endogámicamente, ya que vivíamos de cara a los centros de alto rendimiento y la competición. También había empleo, industria y todo tipo de eventos. De golpe, todo ello se ha acelerado y debíamos tener un proyecto para la mejora de la calidad de vida de las personas, la explotación del turismo o la salud. Siempre he creído que el deporte era una herramienta que se encontraba inutilizado, y que la pandemia ha servido para poner en valor.

 

 

 

 

P.: También se debe seguir impulsando el deporte base…

R.: Es algo que hacía falta repensar. Con la nueva Ley del Deporte, creo que se estratifico lo que eran las competencias. El uso del propio deporte ha sido la visión de que todos debemos estar interconectados. Los casos de éxito más relevantes en otros países marcaban que los modelos tenían una coordinación en todos los ámbitos deportivos desde la base. Hay varias cuestiones que están encima de la mesa, aunque nos influye que el deporte escolar viva al lado del deporte federado. Los niños están en las escuelas, y el deporte comienza allí.

 

P.: ¿Cómo valora el rol de las administraciones durante la pandemia?

R.: Todos creíamos que teníamos una solución, si bien tomar decisiones en aquel momento era complicado sin ningún precedente anterior. Me gusta resaltar que el deporte generó un protocolo de recuperación para las competiciones, con una normativa igual para todo el mundo que debía salir del consenso. Fuimos capaces de llegar a un acuerdo a través del organismo que lideró todo aquello, el Consejo Superior de Deportes (CSD) y las federaciones deportivas y privadas. No fue el mejor, pero sí aquel que nos ha permitido seguir evolucionando.

 

P.: ¿De qué forma cree que han actuado las administraciones después de la pandemia?

R.: No le estamos dando suficiente valor a que España ha puesto en el deporte una de las palancas para recuperarse de la crisis del Covid-19. Hay que alabar que todos los grupos políticos se han puesto de acuerdo para declarar el deporte como bien de interés general y esencial. En este camino se han avanzado pasos que en el futuro se valorarán en su justa medida.

 

P.: ¿Qué se le demanda a la nueva Ley del Deporte?

R.: En todos los casos, cuando hemos hecho una propuesta hemos sido escuchados. Debe ser una ley que se anticipe, porque va a solucionar más los temas que nos envuelvan hoy en día que aquellos que puedan ocurrir dentro de veinte años. Es importante que tengamos la perspectiva de que debe servirnos para ahora y los próximos años. Desde Adesp hemos tenido una cuestión a la que apelamos, y es que debe de avanzarse hacia un modelo de consenso en el deporte español: el alto rendimiento no puede estar desligado de la base, ya que debe haber una interconexión. El 7% de los españoles tiene una licencia federativa, cuando la media en Europa alcanza el 20%.

 

P.: ¿Cree que el deporte debe ser más independiente del dinero público?

R.: Necesitamos una ley que recoja una verdadera condición de patrocinio y dote de herramientas para crecer al deporte. En los modelos de éxito que hemos estudiado conviven en armonía el ámbito público y el privado y una financiación del Gobierno.

 

 

 

 

P.: La mayoría de las federaciones tienen dependencia de la administración. ¿Cómo se puede cambiar este modelo?

R.: Debe existir una ley de patrocinios que se acoja a la realidad del deporte español, ya que la Ley de Mecenazgo está pensada para un modelo cultural y no para el deportivo. Además de seguridad, la ley de patrocinio debe dar al sector lugar no sólo al gran patrocinador, si no hacer un hueco para las pequeñas empresas que quieren posicionarse junto al deporte base. Nuestra propuesta se asemeja al modelo francés, donde existe la posibilidad de realizar pequeñas donaciones y en donde hay pymes que invierten 500 euros en lacrosse de su pueblo y que seguirían teniendo un alto impacto.

 

P.: ¿Cómo deben transformarse las federaciones deportivas españolas? ¿Falta profesionalización?

R.: El modelo de gestión español es muy particular. Es un modelo basado en el voluntariado, ya que la mayoría son monitores que en su tiempo libre está llevando a cabo entrenamientos. Habría que potenciar ese modelo y mejorarlo con los años. Lo que no hay actualmente es profesionalización, porque no existen los recursos necesarios. Italia o Francia nos cuadruplican en presupuesto, y es una lástima que nuestros profesionales no puedan dedicar todo su tiempo en ello porque no perciben los recursos suficientes.

 

P.: ¿De qué forma pueden hacer más atractivo el deporte las federaciones?

R.: Otra de las cosas que hemos aprendido es la relación entre el deporte y los patrocinadores. Hay una cosa que es la responsabilidad social deportiva, que es que las empresas quieren invertir en generar proyectos que sinergien los valores de la compañía con el deportista o el deporte. Hoy en día ya no tiene valor que puedas lucir una insignia en el pecho, si no que Javier Gómez Noya o Mario Mola puedan transmitir los mismos valores que las empresas que los patrocinan.

 

P.: Muchos deportes dependen de grandes figuras para aumentar sus audiencias. ¿Es la única manera de promover que se sigan deportes más allá de fútbol y baloncesto?

R.: Es muy relevante tener grandes figuras sea el deporte que sea. Son catalizadores, son los que te cuentan una historia y han arrastrado la afición a un deporte. Aun así, las federaciones deben cuidar a estos héroes para crecer a nivel interno y externo, que arrastran a entornos sociales enteros. Ya nadie quiere ver un partido de noventa minutos y el cuarto periodo es el más visto en un encuentro de baloncesto. En este sentido, debemos gestionar y hacer más espectacular nuestro deporte para que todo el mundo pueda entenderlo.