Entorno

García (Mapfre Behavioral Fund): “La dinámica del fútbol potencia el comportamiento irracional del mercado”

El gestor de fondos de inversiones de Mapfre AM explica las razones que avalan invertir en los clubes de fútbol que cotizan en bolsa, donde cree que a medio y largo plazo habrá más equipos.

M.Menchén

5 sep 2019 - 04:58

García (Mapfre Behavioral Fund): “La dinámica del fútbol potencia el comportamiento irracional del mercado”

 

 

La Juventus anuncia el fichaje de Cristiano Ronaldo y la acción se dispara. El Ajax pasa a semifinales de Champions League, y su cotización se revaloriza. El Manchester United pierde tres partidos y los títulos quedan por los suelos. El comportamiento de los clubes de fútbol en bolsa no siempre está ligado a la realidad de su negocio, un contexto en el que se ha acostumbrado a mover Luis García, gestor de fondos de inversiones de Mapfre AM y responsable de Mapfre Behavioral Fund. El fondo ha decidido invertir en el Olympique de Lyon, y defiende que hay más equipos cuyos fundamentales reflejan que hay potencial de crecimiento. 

 

 

Pregunta: Ajax y Juventus han demostrado que invertir en clubes de fútbol en bolsa es una montaña rusa, ¿a qué atribuye que sean valores tan volátiles?

Respuesta: En primer lugar, es importante comentar que se trata de un tipo de inversión a la que nos aproximamos con mucha prudencia y buscando exclusivamente a equipos gestores responsables. A día de hoy, sólo invertimos en el Olympique de Lyon y éste representa una posición no muy grande (2,5%) en el fondo, ya que es una compañía de pequeña capitalización y no queremos tener ningún problema de liquidez. A corto plazo, el mercado bursátil se comporta a menudo de manera irracional. Eso sucede en todos los sectores, pero la dinámica del fútbol potencia este comportamiento. En periodos cortos de tiempo, el último resultado o el estado de ánimo de la afición tienen más influencia sobre el precio de la acción que los verdaderos fundamentos económicos del negocio.

 

P: ¿Y su apuesta cuál es?

R: Nosotros no invertimos mirando al corto plazo, ni apostando a cuál va a ser el resultado deportivo en una determinada temporada, ni tratando de predecir cómo va a reaccionar el precio de la acción si un equipo pasa de ronda en una competición. Nosotros invertimos mirando al largo plazo y ahí los fundamentales económicos de los negocios tienden a imponerse. El hecho de que las acciones de los equipos de fútbol sean muy volátiles no hace sino aumentar las posibilidades para encontrar buenos precios de entrada si uno hace un análisis riguroso y controla sus emociones.

 

 

 

 

P: En un negocio marcado por el cortoplacismo de los resultados, ¿qué fundamentales valoráis los analistas para decidir en qué equipos es interesante invertir?

R: Los mismos que buscamos en otras compañías. En el Mapfre AM Behavioral Fund tratamos de encontrar negocios interesantes a buenos precios. Lo especial de esta inversión está más en la mala percepción (justificada en algunos casos) que históricamente tienen los gestores de los clubes. Muchos de ellos no se han dedicado a tomar decisiones con criterios empresariales. Pero esto está cambiando mucho y muy rápido en los últimos años. En general, los elementos que más peso tienen en la rentabilidad de un club son los ingresos por televisión, los premios económicos que otorga la Uefa y el dinero generado por los traspasos.

 

P: Las fuentes de ingresos no han evolucionado mucho, ¿qué otras líneas de negocio perciben que se están desarrollando con fuerza?

R: Para las finanzas de un club es muy importante comprar barato y vender caro. Igual que tratamos de hacer nosotros en la bolsa. Además, varios equipos se están dando cuenta de lo importante que es contar con un estadio en propiedad para generar nuevos ingresos.

 

P: Muchos equipos han perdido valor en el último año. ¿Lo atribuyen a la situación general de los mercados o la incertidumbre específica que hay en el fútbol por el futuro formato de las competiciones?

R: Es importante aclarar que lo que han perdido esos equipos en el último año no es valor, sino precio. Como dice Buffett, “precio es lo que pagas, valor es lo que recibes”. Paradójicamente, mientras que las cotizaciones de algunos clubes de fútbol han caído, creo que existen casos de equipos que han dado pasos importantes para aumentar su valor económico, que es lo que debería de guiar a los inversores.

 

P: ¿Cuáles son esos diamantes en bruto?

R: Algunos ejemplos son los del Benfica o el Ajax, que han realizado ventas de jugadores por importes que, sumados a otros elementos como los premios por competiciones europeas, hacen que su valor intrínseco haya incrementado en los últimos meses en nuestra opinión. Otro caso a destacar es el de la AS Roma, que parece que finalmente va a poder poner en marcha su nuevo estadio. Si esto sucede, marcará un punto y aparte en la gestión económica del club.

 

 

 

 

P: ¿Qué valor es el que más les ha sorprendido dentro de la industria del fútbol?

R: A día de hoy y en el punto en el que se encuentra nuestro análisis, sólo hemos invertido en el Olympique de Lyon. Es un club bien gestionado por Jean-Michel Aulas, quien además tiene un porcentaje elevado de las acciones, y cuenta con un estadio multifuncional en propiedad. Esto último le permite organizar eventos y generar ingresos estables que no dependen de los resultados deportivos. Al precio actual de la acción, pensamos que sólo estamos pagando por ese negocio inmobiliario y nos estamos llevando gratis el negocio de contenidos: merchandising, ingresos de televisión, premios por competiciones europeas, traspasos de jugadores, etcétera. Hemos estudiado otros clubes, pero por el momento no nos hemos decidido a invertir.

 

P: ¿Y se han atrevido con otros segmentos de la industria deportiva?

R: Gestionamos el dinero de nuestros clientes, el nuestro propio, el de familiares… Por lo que no incluimos ninguna empresa en la cartera hasta que nuestro nivel de convicción es muy alto. Sí que invertimos ya en otras empresas de la industria del deporte como Technogym, The Gym Group o Adidas, que junto al OL suponen más de un 10% del fondo.

 

P: A diferencia de otros negocios, ¿aquí los inversores se mueven nuevamente más por la marca que por la evolución real del negocio de cada equipo?

R: En nuestra opinión, la marca es una parte del valor económico de los clubes, pero no lo es todo. La gestión que se hace de esa marca es crucial y el mundo del fútbol es un buen ejemplo. Existen clubes con mucho prestigio que, sin embargo, pierden dinero todos los años y están muy endeudados. En el Mapfre AM Behavioral Fund preferimos invertir en empresas con poca deuda o incluso con caja neta, si es posible. Nos permite dormir más tranquilos. Es difícil que una compañía sin deuda quiebre y perdamos todo el capital invertido. Encontrar equipos gestores que miren por el interés de sus accionistas y realicen una correcta asignación del capital es clave.

 

 

 

 

P: La espiral de gasto en salarios deportivos está reduciendo los niveles de rentabilidad de los grandes clubes, ¿eso hace más atractiva la inversión en equipos de menos renombre?

R: Los grandes clubes están muy presionados para gastar en nuevos jugadores todo lo que ingresan a través de los traspasos. De esta manera, es más difícil que se genere valor. Sin embargo, equipos de menos renombre pueden permitirse vender a sus estrellas y sustituirlas por menos dinero fichando a jugadores con potencial de revalorización. En este sentido, somos conscientes de que el Olympique de Lyon considera los beneficios por traspasos como un elemento recurrente de su margen operativo. Basta con mirar los números de los últimos años para ver que efectivamente es así. Herramientas como la Inteligencia Artificial pueden ayudar en esta tarea. Quizás el Benfica sea el club cotizado que más desarrollado tiene este aspecto.

 

P: ¿Por qué cree que no hay más equipos de fútbol que buscan obtener liquidez en los mercados?

R: Creo que es una tendencia que cambiará en los próximos años. Hace no mucho tiempo había propietarios que se acercaban al fútbol con distintas motivaciones que no siempre tenían que ver con la rentabilidad económica. Por tanto, quizás no estaban dispuestos a asumir las exigencias de transparencia que implica el que las acciones de una compañía pasen a cotizar en Bolsa. Pero el negocio del fútbol está creciendo y se está profesionalizando a un buen ritmo y el mercado bursátil es una fuente de recursos financieros que puede resultar muy interesante frente a otras alternativas. No me sorprendería ver a nuevos clubes saliendo a cotizar, también en España.

 

P: No todos los clubes que cotizan en bolsa están en disposición de repartir dividendos. ¿Esto será permanente en el tiempo o se normalizará esta política de retribución al accionista?

R: Probablemente, eso es algo que veremos cambiar. En los últimos años, por ejemplo, el Olympique de Lyon ha preferido ir pagando la deuda de su estadio y a nosotros nos parece la decisión más sensata. Al contrario de la creencia general, muchas veces las mejores inversiones no son las que pagan más dividendos. Depende de cada caso particular determinar cuál es la asignación óptima del capital disponible. Sin embargo, sí es cierto que, en el mundo del fútbol, una vez que se tiene un estadio en propiedad y se compite al máximo nivel, es difícil volver a invertir el dinero en el negocio generando valor para los accionistas. Por tanto, en general, el reparto de dividendos sí es algo a valorar a la hora de tomar la decisión de invertir en un determinado equipo.