Entorno

Fifpro, antigüedad y silencios: Rubiales diseña ayudas a medida para AFE

La Federación convocó subvenciones por 1,3 millones de euros en la que los criterios subjetivos dejaban claramente en fuera de juego a Futbolistas ON y UGT, los dos últimos sindicatos que han llegado al sector.

M.Menchén

18 feb 2019 - 05:00

Fifpro, antigüedad y silencios: Rubiales diseña ayudas a medida para AFE

 

 

Nunca antes un dirigente sindical dio el salto al otro lado de la mesa, pero no es lo único que distingue a Luis Rubiales. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) desarrolló toda su carrera en los despachos en la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), y en su primera convocatoria de subvenciones no se ha olvidado de ellos. Los pliegos a los que ha accedido Palco23 revelan un traje a medida para esta representación sindical, introduciendo criterios adicionales a los que en su día fijó el Gobierno para sus ayudas y que dejan en fuera de fuego a otras asociaciones como Futbolistas ON o UGT.

 

La convocatoria se realizó el pasado 14 de enero, con un importe total de 1,3 millones de euros para apoyar la internacionalización de los sindicatos de futbolistas profesionales y sus programas de empleabilidad y defensa del colectivo, entre otros. De este importe, un millón de euros es para asociaciones de futbolistas, otros 200.000 euros para las promovidas por jugadores de fútbol sala y otros 100.000 euros más para jugadoras de esta disciplina indoor. ¿El problema? No se hizo comunicación pública alguna como con el resto de concursos de la Federación y sólo se concedieron siete días hábiles para presentarse. Nadie avisó.

 

Y aquí es donde llega la polémica. A los requisitos generales que cualquier entidad debe cumplir para optar a subvenciones, la Rfef introdujo requisitos específicos que empezaban por exigir una afiliación mínima del 20% “de la totalidad los futbolistas masculinos y femeninos con licencia federativa profesional que participen en competición de ámbito estatal y en categoría absoluta”. Una definición distinta a la del CSD, que abría la representatividad a todo el fútbol, y que dejaba al margen a las asociaciones que han surgido apoyando a los jugadores de las categorías más bajas.

 

 

 

 

No es una cuestión casual, pues UGT aún no tiene representación pese a estar en la mesa negociadora del convenio de fútbol femenino y Futbolistas ON ha irrumpido en el sector trabajando las bases de Segunda B y Tercera División, que en muchos casos no tienen la condición de profesional. Según datos del CSD, que en sus convocatorias no limita el apoyo a contar con jugadores de Primera o Segunda, AFE contaba con 4.881 afiliados con licencia para competir a nivel nacional en 2017-2018, por los 2.128 de Futbolistas ON.

 

“Es un porcentaje de afiliación excesivo, dado que los porcentajes de representación para considerar que un sindicato es suficientemente representativo están entre un 5% y 10%”, señala un experto laboralista. También critican que en ningún caso se hace referencia a la presentación de programas concretos para optar a las ayudas.

 

La discriminación a estos dos sindicatos, o facilidades para que AFE monopolice todas las ayudas, no acaban ahí. Cumplidos los dos primeros puntos, el importe definitivo a repartir si hay más de dos asociaciones vuelve a evidenciar un intento de dejar al margen a los sindicatos surgidos más recientemente. De hecho, de los cincuenta puntos que como máximo podía obtener una asociación, había diez que estaban ligados a cada año de antigüedad.

 

No es una cuestión menor, pues este punto daba a AFE diez puntos, mientras que habría dejado a UGT y Futbolistas ON con un solo punto, sin especificar por qué se valora la antigüedad en lugar de los proyectos que se proponen para utilizar los fondos. Lo mismo sucede con la decisión de otorgar seis puntos más a las entidades afiliadas a organizaciones internacionales reconocidas por Fifa, básicamente Fifpro, cuando la actividad de los sindicatos se circunscribe a España y su homologación la certifica el Ministerio de Trabajo y no una entidad privada.

 

 

 

 

Las ayudas también dan todo el valor a los futbolistas profesionales y minusvaloran a los semiprofesionales, el colectivo al que Rubiales insiste en que es su prioridad cuando pide restar poder a LaLiga. Por el contrario, a la hora de conceder estas subvenciones decidió dar seis puntos a los sindicatos que tuvieran afiliados que en 2018 fueran convocados con la Selección absoluta masculina y otros seis puntos por hacerlo con la femenina. Y las elecciones sindicales en el fútbol profesional no están previstas hasta finales de 2018-2019.

 

Además, los sindicatos con socios compitiendo en Primera División masculina y femenina recibirían otros cinco puntos, por los cuatro puntos en el caso de Segunda División,  tres puntos en Segunda B y un punto en Tercera. “Discriminan entre afiliados y desprecian a futbolistas profesionales que viven una situación precaria”, critica otro abogado, que se cuestiona la lógica de no valorar por igual a todo un colectivo.

 

Fuentes consultadas por este diario señalan que el importe sacado a concurso coincide con el que la Rfef históricamente había destinado a AFE a través de la disputa de un partido amistoso que siempre se disputaba entre febrero y marzo. Sin embargo, este 2019 no está calendarizado que se vaya a poder disputar, y las próximas citas de la Selección, que serán contra Noruega y Malta, forman parte de los clasificatorios para la Uefa Euro 2020 que se disputa el próximo año.

 

 

 

 

Este es un nuevo episodio de la lucha que AFE ha emprendido para frenar la competencia que le puede suponer la aparición de nuevos sindicatos, después de cuatro décadas en las que había monopolizado la representación del colectivo. De hecho, durante meses ha renunciado a participar en la mesa de negociación con LaLiga y Futbolistas ON para debatir mejoras en el convenio colectivo. La Audiencia Nacional falló a su favor y declaró el 9 de enero la nulidad de la comisión negociadora al tratarse de un convenio aún vigente y no denunciado.

 

El apoyo entre la Rfef y AFE ha sido recíproco, y el sindicato que hoy preside David Aganzo es el único que se negó a apoyar públicamente la petición de la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (Acff) de asumir la gestión de la Liga Iberdrola. El objetivo de los equipos es acelerar la explotación comercial del torneo para poder asumir las reivindicaciones salariales de las jugadoras, pero sólo UGT y Futbolistas ON apoyaron la propuesta frente al silencio de AFE.

 

El sindicato aún mayoritario es cierto que cuenta con el amplio apoyo de los principales jugadores españoles y la mayoría de vestuarios. Aun así, LaLiga sí ha optado por abrir sus puertas al resto de organizaciones sindicales, y ya ha anunciado que incluirá a Futbolistas ON en el reparto de ayudas al asociacionismo a cuenta de los derechos de televisión. Se trata de diez millones de euros, un importe sustancial como para abrir un nuevo episodio en la lucha de poder donde se ha instalado el fútbol español.