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Ferran Lalueza (UOC): “El metaverso desatará a los ‘hooligans’”

El profesor de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya considera que se tendrá que redefinir el modelo de negocio y asegura que se tardará una década para ver dónde habrá negocio.

Ferran Lalueza (UOC): “El metaverso desatará a los ‘hooligans’”
Ferran Lalueza (UOC): “El metaverso desatará a los ‘hooligans’”
"La clave del éxito pasará por la interoperatividad", opina.

M. L-E.

20 ene 2022 - 05:00

El metaverso se calienta. Según Ferran Lalueza, profesor de Ciencias de la Información y de la Comunicación de la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), un espacio virtual puede impulsar los malos comportamientos, sobre todo en un sector que tiene antecedentes de violencia, malas prácticas y racismo. En este sentido, el profesor señala que los hooligans se desatarán más si el deporte no considera moderar estos comportamientos y que hasta personas que nunca actuarían como tal en la vida real, puedan hacerlo en el metaverso. Por otro lado, Laluerza considera que el sector del deporte tendrá que “redefinir su modelo de negocio para buscar un equilibrio entre los beneficios del deporte real y del virtual” y asegura que, quizás, se tardará una década en ver donde se puede generar negocio.

 

P.: ¿Cómo puede el deporte capitalizar el avance del metaverso?

R.: El metaverso puede hacer que la práctica de los eSports se convierta en una experiencia inmersiva. Es uno de los ámbitos donde el deporte lo tiene más fácil porque hay una tendencia.

 

P.: ¿Dónde está el negocio?

R.: Tardaremos años en verlo, puede que una década. Si seguimos la estela del modelo de negocio de Meta y de Facebook, el contenido publicitario será clave, además de la gestión legítima de los datos personales de los usuarios. Sin embargo, pueden entrar muchas variables como algún tipo de cuota para algunas actividades y con determinados gadgets para ciertas plataformas. A veces pensamos que haciendo cosas no damos tanta información como cuando explicamos, pero es lo contrario. Cuando hablamos, controlamos el discurso, pero cuando hacemos, dejamos entrever lo que nos motiva o interesa.

 

 

 

 

 

 

P.: Hace años, Second Life parecía que iba a ser un gran negocio. ¿Por qué ahora sí va a funcionar?

R.: Es una incertidumbre. Meta hizo un anuncio porque vivió unas semanas horribles, pero si no hubiera habido la voluntad de hacer una cortina de humo, no se hubiera hecho.  Lo más lógico hubiera sido esperar porque es algo a largo plazo. Hay que ver si será un éxito. Lo que marcará la diferencia será la evolución tecnológica. Algunos de los problemas que tuvo Second Life fue que se convirtió en un entorno con actuaciones poco éticas y es algo que el metaverso tendrá que afrontar.

 

P.: Los retailers como Nike o Adidas ya cuentan con presencia en distintos metaversos, ¿veremos también partidos de fútbol en estos canales?

R.: Probablemente. Mark Zuckerberg prometió un entorno en el que cada uno encontrará lo que le motive. Un mundo hecho a medida. Se podrá ver un partido de fútbol desde el mismo campo, moviendose entre los jugadores y ofreciendo sensaciones muy atractivas.

 

P.: ¿El metaverso tiene más potencial para vender productos o bien para ofrecer servicios?

R.: Las dos cosas. Se ofrecerá una interacción cercana y se permitirá ahorrar en viajes, alojamientos y dietas. También podrás verte vestido con una determinada pieza de ropa. Habrá un equilibrio entre las dos tendencias.

 

P.: Y el home fitness se podrá beneficiar del metaverso, ¿no?

R.: Permitirá optimizar el tiempo, porque una de las barreras de ir al gimnasio supone un desplazamiento. Además, permitirá coincidir en actividad física con personas que, de manera presencial, no sería posible. También hay un componente tecnológico, y quizás sin tener un gran equipamiento, si está diseñado de la manera adecuada, te puedes ejercitar.

 

 

 

 

 

 

P.: ¿Quién no esté invirtiendo en el metaverso ya llega tarde?

R.: No, porque es una realidad incierta. Hay muchos players en este juego. Estamos muy lejos de la meta. Alguien que pueda establecer alianzas con jugadores clave, podría liderar el juego. La clave del éxito pasará por la interoperatividad. De hecho, Facebook, con una mala reputación, el historial negativo y la cierta antipatía que despierta en muchos actores, no está bien posicionada. Pero alguien que llegue más tarde y conecte con actores tecnológicos y financieros podría terminar liderando el sector.

 

P.: ¿Qué riesgos asumen las empresas en el metaverso? ¿Qué errores hay que evitar?

R.: El sector del deporte tendrá que redefinir su modelo de negocio para buscar un equilibrio entre los beneficios del deporte presencial, que son significantes, y los beneficios idealmente nuevos que pueden conseguir de las nuevas plataformas, con la idea de que uno no se come al otro, de que sumen, y no al revés. Es un riesgo que tendrán que combatir para maximizar beneficios. Por otro lado, un riesgo compartido es el nuevo entorno con el comportamiento indeseable. No estar en un mundo estrictamente real, puede hacer que lo peor de cada uno termine emergiendo.  En un sector donde hay antecedentes de malas prácticas, racismo y violencia, este comportamiento será un reto. Los hooligans se desatarán más si no hay una manera de moderarlo. Y las personas que nunca actuarían como tal en el mundo real, puede que lo hagan

 

P.: ¿Será algo mainstream o para públicos de nicho?

R.: La vocación es mainstream. Pero no empezará de manera masiva. Pasará como con las redes sociales porque los públicos de más edad no querrán quedarse atrás con cosas que marcarán tendencia. La clave del éxito económico radica en toda seguridad en poder masificar teniendo una masa crítica suficiente, tanto publicitaria como de gestión y comercialización de datos personales.

 

P.: ¿Qué sectores lo están haciendo bien?

R.: No se puede señalar a nadie porque no existe como realidad aún. En materia de salud se están incorporando tecnologías con resultados esperanzadores. Pero aún no disponemos de la tecnología. Sólo hay acercamientos parciales.