Entorno

Feijoo (FER): “Nos hemos cargado la oportunidad de tener una ventana en la televisión”

Alfonso Feijoo, presidente de la Federación Española de Rugby (FER), se presentará como candidato a la reelección en las próximas elecciones, con el reto de encarrilar la relación con los clubes y recuperar la visibilidad a través de las plataformas audiovisuales.

Álvaro Carretero

19 dic 2019 - 04:58

Alfonso Feijoo, presidente de la Federación Española de Rugby (FER), se presentará como candidato a la reelección en las próximas elecciones, con el reto de encarrilar la relación con los clubes y recuperar la visibilidad a través de las plataformas audiovisuales.

 

 

El rugby español volvió a ser sostenible tras cinco años de ajustes económicos. La Federación Española de Rugby (FER), presidida por Alfonso Feijoo, logró saldar sus obligaciones financieras con el Consejo Superior de Deportes (CSD) y World Rugby tres años antes de lo previsto. Ahora, el organismo se enfrenta a unas nuevas elecciones, por las que tendrán que pasar todas las federaciones que se encuentren en año olímpico.

 

Se abre una nueva etapa, que Feijoo espera liderar si sale reelegido como presidente. Los retos no son pequeños: modernizar la estructura de la federación, trazar un plan estratégico conjunto para impulsar el rugby desde la base, alcanzar un acuerdo con los clubes en la División de Honor y aprovechar el tirón de World Rugby para que España meta la cabeza a nivel internacional. 

 

Pregunta: ¿En qué situación diría que se encuentra el rugby actualmente respecto a cuando llegó? 

 

Respuesta: La federación la encontramos en una bancarrota total, no sólo en lo económico, sino en lo deportivo. En aquel momento se habían roto las negociaciones con los clubes franceses por una nueva normativa que les hacía elegir si jugar en una liga o en otra, había un déficit de más de dos millones de euros y un deporte muy castigado por la gestión de la anterior directiva. Nosotros tuvimos que volver a entablar conversaciones con los equipos, nombramos un embajador en Francia, conseguimos que las instituciones nos acogieran, aunque no nos patrocinasen, y firmar más convenios con las empresas. 

 

 

 

 

P.: ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrenta el rugby en la actualidad?

 

R.: Después del varapalo que nos llevamos con la no clasificación para el Mundial de Japón, el objetivo es lograr la clasificación para París con el combinado masculino y Nueva Zelanda en 2021, en el caso de las chicas. Es muy importante, porque estar en el Mundial supone un escaparate muy importante a muy bajo coste, pues gran parte del gasto lo asume World Rugby. A otros niveles, creo que los principales retos pasan por organizar más eventos de alto nivel, como el Mundial sub-20 de Villajoyosa, y seguir empujando en todas las direcciones. 

 

P.: ¿Hasta qué punto influye el déficit económico que arrastraba la FER a la hora de no poder realizar este tipo de proyectos? 

 

R.: Siempre hay muchas ideas que nos gustaría desarrollar, pero el primer objetivo era amortizar toda la deuda que teníamos. Nos gustaría incorporar más personas y renovar la estructura de la federación, pero sin volvernos locos. Hay que ser cautos, establecer un control económico y no caer en los errores del pasado. 

 

P.: Ahora, con las manos desatadas económicamente, ¿cuáles serán las líneas maestras de la federación a corto y medio plazo? 

 

R.: Debemos seguir las líneas del plan estratégico elaborado en el 2017, del que ya hemos cumplido la mitad de los cinco años previstos y que estamos revisando junto a World Rugby para actualizarlo hasta 2023. Otro de los planteamientos importantes que tendremos que desarrollar es mantener el nivel de la competición para captar nuevos patrocinadores y trabajar para aumentar el número de fichas, que en este tiempo han crecido mucho gracias a la labor de los clubes y sus escuelas, pero también a la labor de la federación a través de la televisión y otros programas de formación. 

 

 

 

 

P.: Habla de la parte profesional, pero ¿cómo se puede dinamizar el rugby entre las bases? 

 

R.: El cometido de la federación española es la alta competición, que es para lo que nos llegan la mayoría de las subvenciones que recibimos de World Rugby y la Administración. Hay deportes que no necesitan hacer ese trabajo en la base y se dedican sólo a las selecciones nacionales, pero como el rugby es un deporte incipiente, nosotros sí destinamos parte del presupuesto a la formación a través de programas en los colegios, de competiciones en otras categorías, de la formación de entrenadores y árbitros… Evidentemente, siempre es mejorable, pero creo que teniendo en cuenta de dónde venimos, ha sido un buen trabajo. 

 

P.: Otro de los frentes abiertos es la relación con los clubes. ¿Qué papel deben jugar en este ecosistema?  

 

R.: Para la federación, los clubes son la parte fundamental. En España mucho más si cabe, porque en otros mercados más desarrollados gran parte de los costes de formación los asume la propia estructura o incluso la Administración, pero aquí no tenemos ese nivel de desarrollo. Son los equipos los que llevan ese peso y les ayudamos en lo que podemos, aunque no es nuestra obligación. Aparte, está el papel que juega la asociación de clubes, que es importante. 

 

P.: ¿Qué incentivos se puede dar a los clubes para apostar por la formación cuando apenas pueden generar recursos propios y son estructuras no profesionalizadas? 

 

R.: Llevamos años de retraso en ese sentido. Hay que seguir trabajando para que puedan profesionalizarse, pero debemos ir de la mano. Si no se respetan los acuerdos con los patrocinadores se pierden oportunidades, como la de la televisión, y sin plataformas audiovisuales no hay visibilidad, y nos la hemos cargado. 

 

P.: ¿Cómo se puede recuperar esa ventana hacia el aficionado? 

R.: De momento, lo estamos evaluando. Hay que tomar decisiones y en su día se tomó una arriesgada, que ha derivado en el peor escenario posible: perder la televisión. Hay que ir hacia otras plataformas para acercarnos de nuevo, pero aún estamos en un punto muy complicado, en el que espero que hayamos aprendido de la experiencia que hemos tenido.