Entorno

Entre la ‘moda’ y la supervivencia: el deporte se entrega a la sostenibilidad

Las iniciativas para cuidar el medio ambiente se han convertido en una de los pilares centrales de las principales compañías del deporte, ya sea por conectar con los valores de las nuevas generaciones o por aliviar el coste de las instalaciones.  

Álvaro Carretero

24 sep 2019 - 04:58

Las iniciativas para cuidar el medio ambiente se han convertido en una de las partes centrales de las principales compañías del deporte, ya sea por conectar con los valores de las nuevas generaciones o por aliviar el coste de las instalaciones.

 

 

En los próximos años, los aficionados del deporte base catalán podrán sentarse en las butacas del Camp Nou. El club blaugrana donará sus gradas a entidades deportivas y escuelas como parte de un plan de sostenibilidad que incluye hasta el 80% de los materiales del campo. Las movilizaciones por el clima han evidenciado la necesidad de encontrar soluciones a un problema global que no puede ser abordado únicamente desde los entornos locales. Si bien en los últimos dos años gran parte del la industria del deporte ya ha cerrado iniciativas puntuales, se espera que sea a partir de la próxima década cuando se convierta en uno de los ejes de todas las compañías, que deberán adaptar con ello sus modelos de negocio.

 

Ahora bien, dentro de la industria deportiva no todos los sectores pueden afrontarlo por igual. Mientras las cadenas de gimnasios, como mucho, pueden incidir en los consumos energéticos de sus centros, los clubes y ligas profesionales aportan un valor añadido al ejercer como referentes sociales. El Barça ha sido el último en sumar esfuerzos, aunque es el Comité Olímpico Internacional (COI) el que pretende ser el abanderado.

 

El organismo internacional sólo contemplará candidaturas con planes específicos de reutilización a largo plazo de las instalaciones que se construyan. De hecho, su nueva sede ha sido premiada con uno de los máximos galardones más prestigiosos en materia de sostenibilidad y el objetivo es volver a ser un player geopolítico relevante a través de la misma.

 

 

 

 

El modelo del COI ya ha sido replicado por otras instalaciones municipales y privadas, que quieren aplicar el denominado green concept. “Uno de los retos más importantes que tiene planteado en la actualidad el urbanismo es el desarrollo territorial y urbano sostenible; es decir, el de seguir contribuyendo al progreso sin olvidar los requerimientos y la triple dimensión (económica, social y ambiental) de la sostenibilidad”, señalan desde el Ministerio de Fomento, sobre las tres vertientes que hay que tener en cuenta a la hora de analizar estos proyectos, que por su relevancia mediática pueden ser claves.

 

No es casual que en la lista de compromisos que muchos clubes asumen con la Administración para desencallar sus respectivos proyectos se incluyan inversiones que favorecen al conjunto de la sociedad. El Real Madrid construirá una ciudad logística bajo el Santiago Bernabéu para reducir el tráfico de proveedores por la calle y el FC Barcelona abrirá los aledaños del Camp Nou para que haya nuevos jardines y zonas peatonales para el barrio. Son los estadios del futuro, preparados para afrontar los grandes retos del futuro a nivel climático, sin perder el componente de funcionalidad social.

 

Sin embargo, el deporte profesional aún está a la cola en materia de avances sostenibles y es el retail deportivo el que ha asumido el liderazgo. En especial, los fabricantes y distribuidores de artículos dedicados a las disciplinas al aire libre. “Los que practicamos estas disciplinas tenemos una mayor conciencia ecológica por nuestra proximidad con la naturaleza”, aseguró Frank Geisler, miembro del consejo de administración de Intersport.

 

 

 

 

Tal es la influencia que ha adquirido la sostenibilidad que incluso la feria Outdoor by Ispo hizo de ella el eslogan central de este año. “El inicio de una nueva era”, aseguraba la organización, tratando de asociar directamente el papel de este sector con la naturaleza. El reto: aportar un valor añadido para reconquistar a un consumidor que cada vez está más próximo al concepto de moda deportiva.

 

Ahora bien, el sector aún se halla dividido entre dos modelos distintos. Por un lado, compañías como Buff o Ternua, que han transformado toda su cadena de producción para que sea plenamente sostenible. “Queremos desarrollar nuevas formas de fabricación que no sólo se apliquen a los artículos, sino a todos los criterios que rigen la empresa”, aseguran desde la empresa catalana.

 

Otras, como Decathlon, han trazado un ambicioso plan para reducir las emisiones tanto en su cadena de producción como en el consumo energético de las tiendas. Por otro lado, empresas como Adidas han abordado la materia con una perspectiva diferente. Su campaña a favor de la restricción del uso de plásticos para salvar los océanos ha generado un gran impacto mediático, al igual que el modelo de zapatillas reciclables, con el que esperan incidir en cuestiones como el residuo cero. Sin embargo, su modelo de producción, más próximo al fast fashion, aún dista de poder considerarse sostenible.

 

 

 

 

Su campaña responde a la puesta en valor que ha hecho el consumidor de los artículos considerados como sostenibles. Según un informe elaborado por Ispo, “un 75% de los compradores de artículos deportivos se fijarán con más detalle en la composición y características de los artículos”.

 

Es decir, que ya no sólo se valora la calidad del producto en sí, sino también factores como la durabilidad, la procedencia de los materiales e, incluso, que sean fabricados en condiciones éticas de trabajo. Ahora son los propios usuarios los que mueven ficha y quienes deberán elegir si asumir el incremento en el coste que conlleva fabricar estos productos o perpetúan el mismo ciclo.