Entorno

2017: El olimpismo se aprieta el cinturón de la sostenibilidad

El Comité Olímpico Internacional (COI) ha adjudicado las sedes de las ediciones de 2024 y 2028 a la vez para asegurarse de que las ciudades organizadoras sean de primer nivel.

Patricia López

28 dic 2017 - 04:57

El 93% de las instalaciones de París 2024 están construidas o serán temporales, por el 97% de los centros de Los Ángeles 2028

 

 

Por primera vez en la historia, el COI ha adjudicado dos sedes olímpicas de una tacada, con la elección de París y Los Ángeles como organizadoras de los Juegos de 2024 y 2028. Detrás de esta decisión está el anhelo de garantizar dos ediciones exitosas, en un momento en que cada vez hay más voces que critican estos certámenes por considerarlos una fuente de excesivo gasto de dinero público. De ahí que el organismo haya premiado la sostenibilidad y la contención de costes. ¿El objetivo? Que cada sede cree un legado olímpico como el que logró Barcelona 1992.

 

Los Juegos Olímpicos suelen ser un motor de construcción de infraestructuras y legado económico y turístico para las ciudades que reciben la antorcha. Ese, al menos, es el objetivo del Comité Olímpico Internacional (COI) y de la inmensa mayoría de sedes que presentan su candidatura, aunque no siempre ha sido así. De ahí que, por primera vez en la historia, se haya adjudicado a la vez las sedes de 2024 y 2028: en busca de cierta garantía de éxito y sostenibilidad, París y Los Ángeles albergarán sendas citas.

 

El COI ha cambiado de parecer tras años apostando por los proyectos más ambiciosos y futuristas, debido a la crisis económica, y en gran medida, por el fracaso post-olimpiada de proyectos como Atenas 2004 y Río de Janeiro 2016, en los que se ejecutaron obras que, tras los Juegos, cayeron en el desuso y el abandono.

 

 

 

 

Si el éxito de Barcelona 1992 estuvo en las inversiones realizadas en infraestructuras y en el uso que posteriormente se ha hecho de las mismas, en las ediciones posteriores no fue así. Eso es algo que el organismo se ha propuesto atajar, especialmente después de haber concedido los Juegos de 2020 a Tokio. La capital japonesa ganó siendo la ciudad que más instalaciones tenía por construir, y presentó un proyecto transformador, caro y moderno que sedujo al jurado. Actualmente, su comité olímpico ha rebajado el presupuesto en varias ocasiones.

 

París 2024 y Los Ángeles 2028 son el ejemplo del cambio de paradigma. ¿Por qué se ha apostado por asignar las dos sedes a la vez? En primer lugar, porque no quería dejar escapar la oportunidad de asegurar que dos capitales mundiales quisieran albergar los Juegos. Sobre todo en un clima de creciente debate acerca de la sostenibilidad de la cita y la rentabilidad de la misma, que ha provocado que Roma, Hamburgo y Budapest abandonaran la carrera.

 

En segundo lugar, porque ambas ciudades pueden presumir de contar con la mayoría de instalaciones deportivas necesarias para albergar una cita de estas características, lo que ayuda a reducir costes. Además, dichas instalaciones ya están en uso, por lo que se garantiza que no quedarán abandonadas. Durante los últimos años este ha sido un eje estratégico del comité olímpico, que en 2013 elaboró un documento con recomendaciones a las futuras candidaturas, donde se aportan ideas para el abandono de los complejos una vez la antorcha olímpica cambie de sede.

 

Cambio de paradigma olímpico

 

Pero, ¿cómo es el proyecto olímpico de París y Los Ángeles que tanto ha seducido a Thomas Bach? La capital francesa, que en 2024 cumplirá el centenario de los primeros Juegos que albergó, cuenta con un amplio parque de instalaciones construidas que ha provocado que el 93% de los complejos necesarios ya estén operativos o sean temporales, por lo que se reduce el riesgo de abandono.

 

Con todo, se construirá un centro acuático y el París Arena II, que albergará partidos de baloncesto y la lucha libre, y se renovará la zona que acoge el Roland Garros. Asimismo, se construirán instalaciones de entrenamiento y una villa olímpica, que cuando finalice la cita se convertirá en vivienda. En total se ha proyectado una inversión en instalaciones de 3.186 millones de dólares, y aproximadamente el 50% estará financiado por la Administración.

 

La candidatura también se ha apoyado en el transporte público para mostrar su faceta más sostenible. Todos los centros deportivos se encuentran a menos de 400 metros de una parada de Metro y Bus, y el servicio será gratuito para todos aquellos aficionados que asistan a alguna prueba.

 

 

 

 

Por otro lado, también se está intentando conectar con el público joven, motivo por el que se ha lanzado el programa Año del Olimpismo para promover el deporte y captar a 7 millones de personas. Eso sí, uno de los desafíos que París se ha marcado es mejorar la calidad del agua del río Sena, donde, a falta de mar, realizará las pruebas acuáticas del triatlón y el maratón. Es un reto que Los Ángeles no tendrá que afrontar, ya que algunas de las competiciones acuáticas se celebrarán en playas californianas de Santa Mónica.

 

¿Qué propuesta ha diseñado Los Ángeles que tanto ha satisfecho al COI? “Ha presentado una potente candidatura que tiene en cuenta las prioridades de sostenibilidad de la Agenda Olímpica 2020”, indica Bach, presidente el COI. De hecho, a once años de que se celebren los Juegos en esta ciudad, el 97% de los espacios necesarios ya están construidas o serán temporales. El 3% restante corresponde a la construcción de dos estadios y los estudios televisivos y las oficinas de la NBC.

 

 

 

No será necesario construir villa olímpica, ya que la residencia de deportistas será la Universidad de UCLA, y la ciudad cuenta con un amplio legado olímpico tras haber albergado los Juegos en 1932 y 1984. Además, la candidatura ha garantizado que 23 de los 31 complejos donde se celebrarán las pruebas están a menos de 30 minutos de la villa.

 

Una de las fortalezas del proyecto es que la construcción y rehabilitación de las instalaciones se realizará con capital privado y a través del presupuesto de 5.325 millones de dólares del Comité de Organización de los Juegos Olímpicos (Ocog), por lo que la Administración no tendrá que financiarlas.

 

Las otras claves de la elección de Los Ángeles son las políticas de sostenibilidad y medio ambiente, que se ejecutarán a través de la construcción de zonas verdes y de recreo en la ciudad, así como la promoción del uso del transporte público para reducir la contaminación. De hecho, los aficionados que tengan entrada para algún evento deportivo podrán viajar de manera gratuita. En concreto, la ciudad invertirá 88.000 millones de dólares en infraestructuras de transporte hasta 2028.

 

El apoyo popular, clave para la confianza

 

En cuarto lugar, la ciudad se ha propuesto incrementar la práctica deportiva en la sociedad, especialmente entre la juventud; de ahí que haya desarrollado un programa de deporte juvenil al que se destinarán 16 millones de dólares. Además, el Ayuntamiento de la ciudad aprobó por unanimidad la candidatura, y se realizó una consulta a los ciudadanos para preguntarles si querían albergar la cita olímpica, con un resultado favorable del 83%.

 

Para el COI, el apoyo social al proyecto era vital, en parte porque el organismo considera que su compromiso y el fomento de la práctica de la actividad física entre los más jóvenes contribuirán a crear un legado mayor para las próximas generaciones que asegure el uso y la rentabilidad de las instalaciones en un futuro. ¿Lograrán París y Los Ángeles superar las expectativas y construir un legado olímpico digno de recordar?