Entorno

El futuro del fútbol, entre el alma europea y el negocio americano

Marc Menchén

7 jun 2016 - 05:00

La creación de una gran liga europea de fútbol es uno de los debates que próximamente deberá afrontar el conjunto de la industria en el Viejo Continente. En el FC Barcelona son conscientes de ello, y ayer aprovecharon la cuarta edición de los Diálogos Académicos Ernest Lluch de Economía y Fútbol para debatir sobre qué impacto podría tener una iniciativa de este tipo, que en esencia sería replicar el concepto estadounidense de torneo cerrado y priorización de la rentabilidad económica por encima de los méritos deportivos.

 

"¿Cuántas veces han visto un Barça-Manchester en los últimos diez años? ¿Cuántos no querrían verlo cada año?", se cuestionó Stefan Késenne, catedrático de Economía de la Universidad de Amberes, sobre la viabilidad comercial que tendría una competición de este tipo. Además, para reforzar su propuesta, recordó que en el deporte es de los pocos ámbitos en los que apenas se ha avanzado en cuanto a integración europea, impidiendo que un equipo de un país pueda operar en otro.

 

En su opinión, esta fórmula serviría para ayudar a grandes equipos históricos que han perdido fuelle por competir en torneos de mercados menores, como el Ajax en Holanda, el Anderlecht en Bélgica o los equipos de Portugal. "Los equipos top de países pequeños sólo han ganado una Champions League de los últimos años", ejemplificó sobre las consecuencias del actual modelo, en el que los ingresos por televisión son determinantes y están muy influenciados por el tamaño de cada país.

 

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Casi un centenar de personas acudieron a este foro anual sobre economía y fútbol. /FC Barcelona

 

Simon Kuper, periodista del Financial Times, no dudó del negocio que podría generar esta visión del fútbol en Europa, con dos competiciones de equipos principales que convivirían con las ligas domésticas. Sin embargo, advirtió de dos puntos en contra de esta concepción: la primera, que muchos aficionados ven en la tradición el verdadero motor del filón comercial; la segunda, que la Premier League y sus grandes equipos difícilmente renunciarán a un producto que mundialmente está consolidado y genera más negocio que cualquier otro torneo deportivo.

 

Manel Arroyo, vicepresidente de marketing y medios del Barça, admitió que los clubes van a tener que debatir mucho sobre el futuro de la Champions League. Eso sí, advirtió que no será nada inmediato, que no tiene muchos visos de prosperar estos cantos de crear una NBA del fútbol y que, sobre todo, los primeros cambios podrían venir por la vía de los horarios. "La liga doméstica no puede desaparecer, pero no podemos quedarnos felices y confortables con los ingresos que llegan de la Champions. Sus partidos en Asia no existen, porque son de madrugada", apuntó, abriendo la puerta a que algunos encuentros se disputen en fin de semana.

 

Las consecuencias que tendría la priorización del negocio comercial por encima de mantener la esencia del deporte afectaría a clubes más modestos como la SD Eibar o el Real Zaragoza, dos equipos de la clase media española. El expresidente del club armero, Alex Aranzábal, recordó la complejidad de cuadrar las cuentas en este segmento, donde hay que buscar el "equilibrio entre el alma/relato/identidad/valores, que son fundamentales para el proyecto futbolístico, con la gestión empresarial. El déficit cero nos lo tatuamos", enfatizó.

 

Se trata de unos criterios que le han valido el reconocimiento del IESE, por la singularidad de un modelo, el del Eibar, que chocaba con lo que había sido la tónica habitual. Un ejemplo, el del conjunto maño, cuyo exdirector entre 2006 y 2009, Eduardo Bandrés, admitió los problemas que entonces planteaba la ausencia de control económico por parte de La Liga y la dependencia del propietario de turno. En su intervención, y a partir de su experiencia, de lo que quiso advertir es que el problema del fútbol español estará ahora en Segunda División, con los descendidos de Primera con una ayuda importante.

 

Toda una serie de retos por resolver, sobre los que La Liga al menos tiene un punto a su favor. Justo ahora empieza a disponer de recursos para invertir y en un solo año se ha conseguido crecer a un ritmo muy alto. Porque si hay algo que en el fútbol español ha calado es el mensaje que lanzó ayer la vicepresidenta económica blaugrana, Susana Monje: "Sin economía y una buena gestión tampoco hay fútbol", recordó.