El fútbol internacional señala a Arabsat por la promoción de la piratería en Oriente Medio

El fútbol internacional redobla la presión sobre Arabia Saudí y el resto de países miembro de la Liga Árabe. La coalición encabezada por Fifa y Uefa, y de la que también forman parte las grandes ligas europeas, ha publicado un informe que prueba que Arabsat, empresa pública de satélites con sede en Riad, ha facilitado la infraestructura para las retransmisiones ilegales de beoutQ. El daño más directo ha sido para la catarí beIN Sports, que cifró en 1.000 millones de dólares el coste de la piratería en Oriente Medio.

El estudio elaborado por MarkMonitor revela que la cobertura del canal ilegal no se limitaba a Arabia Saudí, sino que se extendía a toda la región. El análisis prueba que cualquier particular podía hacerse con un decodificador de forma sencilla en tiendas físicas e Internet, que después recibían la señal a través de los satélites de Arabsat. Entre los perjudicados de estas prácticas también está Telefónica y parte de su catálogo de contenidos audiovisuales en España.

El comunicado, que también está firmado por Bundesliga, LaLiga, Serie A, Ligue-1 y Premier League, denuncia que sus derechos de propiedad intelectual “han sido violados de forma sistemática y generalizada por el operador pirata conocido como beoutQ”. Y ahora disponen de las pruebas que confirman que los gobiernos estatales de estos países, encabezados por Arabia Saudí, miraron hacia otro lado durante mucho tiempo. Hace unas semanas, incluso denunciaron la obstrucción judicial del país cuando intentaron presentar una demanda.

“Nos hemos sentido frustrados en nuestros intentos de presentar una reclamación formal de derechos de autor contra beoutQ en el Reino de Arabia Saudí y, aunque hemos recibido informes de que las transmisiones de beoutQ están actualmente interrumpidas, hacemos un llamamiento a Arabsat y a todos los demás proveedores de satélites para que dejen de proporcionar (y de aquí en adelante acepten abstenerse de hacerlo) una plataforma para la piratería”, concluye el comunicado. No es una petición menor, pues la continuidad de esas emisiones ilegales pone en riesgo el valor de los derechos audiovisuales en una de las regiones con mayor potencial de crecimiento.

El estudio, de 158 páginas, se ha hecho público “para ofrecer transparencia sobre los hechos del caso y demostrar la seriedad con la que nosotros, como titulares de derechos globales, vemos este asunto”. De momento no se explicitan posibles sanciones deportivas al país, que desde hace meses busca posicionarse como destino futbolístico, pero el mensaje es claro: “Cortar su acceso a los servicios de transmisión sería un paso importante en la lucha para detener a beoutQ. Todos, individual y colectivamente, seguimos comprometidos en poner fin a la piratería deportiva internacional”.