Entorno

El deporte se enfrenta a la demografía: ¿hay negocio en un país de seniors?

La industria afronta la definición de ofertas, tanto de práctica de ejercicio como de consumo de eventos, para un país donde el ratio de mayores de 64 años sobre menores de 16 ha pasado del 114% al 123% entre 2015 y 2019.

M.M.A.

12 dic 2019 - 04:56

El deporte se enfrenta a la demografía: ¿hay negocio en un país de seniors?

 

 

La alta competición vive volcada en los últimos meses con el rediseño de una oferta de contenidos capaz de seducir a los más jóvenes, mientras el fitness replantea la concepción de sus centros para dar cabida a un público cada vez más adulto. El primer segmento de la población debe asegurar la continuidad de productos como LaLiga o la NBA en el mundo del entretenimiento, pero el segundo va camino de convertirse en el mayor mercado. Al menos en España, donde el índice de envejecimiento ha pasado del 114,7% en 2015 al 122,97% en 2019. Dicho de otra forma: por cada 100 menores de 16 años, en el país hay 122 mayores de 65, según el Instituto Nacional de Estadística (INE).

 

El envejecimiento de la sociedad española difiere mucho en función de las comunidades, pues este índice alcanza máximos en Asturias, con un 218,6%, mientras que en Murcia, Ceuta y Melilla se sitúa por debajo del 90%, por lo que son los tres únicos territorios donde hay más adolescentes y niños que personas de la tercera edad. En Andalucía se roza prácticamente la paridad, con un 101%, mientras que Madrid está en el 108% y Cataluña y Canarias rondan el 115%.

 

El aumento de la población senior es una combinación de factores, pues se ha visto favorecido por el aumento de la longevidad y por el continuo decrecimiento de la tasa de natalidad. En la primera mitad de 2019 se registraron 170.074 nacimientos, un 6,2% menos que el mismo periodo del año anterior y la cifra más baja de los últimos veinte años, mientras que la esperanza de vida al nacer ha sumado un año desde 2012, con 83,19 años.

 

 

 

 

El envejecimiento de la población ha provocado que las compañías de esta industria del fitness vean al usuario veterano como un target cada vez más importante. Solo el 26% de las personas mayores de 55 años hacía deporte al menos una vez a la semana en España, según los últimos datos de la Encuesta de Hábitos Deportivos, que data de 2015.

 

Las cadenas de gimnasios quieren aprovechar la oportunidad para incrementar su masa social y, por ende, su negocio, pero eso también está obligando a habilitar espacios específicos para este perfil de cliente. Un ejemplo es CET10, que en su mayor instalación deportiva de Barcelona ha creado una zona de equipamiento de musculación conectado y dirigido a los abonados más veteranos. Allí hay máquinas de cardio enfocadas al entrenamiento de poca intensidad y, a continuación, las máquinas de peso dirigido, con poleas y el peso libre.

 

La nueva pirámide demográfica también puede impactar en los tradicionales clubes sociales, pues el concepto familiar cada vez tiene menos peso, a tenor de las estadísticas de natalidad, pero también de nupcialidad. Los matrimonios, por su parte, también se situaron a la baja en España entre enero y junio. En el primer semestre no sólo se concibieron menos bebés, sino que también cayó a su nivel más bajo desde 2015 el número de enlaces, con 71.980.

 

Aun así, los españoles gastaron 5.557 millones de euros en 2018 en deporte, el segundo mejor registro de la década, pese al descenso del 2,6% que sufrió respecto a 2017. Traducido en cifras, la ciudadanía invirtió mil millones de euros más que hace una década, con un gasto medio de 120 euros por persona, según los últimos datos suministrados por el Instituto Nacional de Estadística (INE).

 

 

 

 

En términos de consumo, la longevidad de la población juega a favor del deporte tradicional, cuyos aficionados acostumbran a tener una media de edad superior a la de nuevos fenómenos como los eSports. Hoy, la media de edad en España es de 43,39 años, que en el caso de los hombres baja a 42,09 años y para las mujeres asciende a 44,64 años. Justo la franja en la que se mueve el grueso de los abonados a equipos de fútbol y baloncesto.

 

Pero la evolución demográfica no sólo incide en el consumo y la práctica deportiva, sino que a medio plazo afecta de forma directa a los equipos que compiten en la élite. A menor volumen de población juvenil, más dificultades para disponer de un mercado natural en el que captar talento para formarlo y algún día nutrir al primer equipo. Y es que la España vaciada al final también puede dejar desiertos gradas y vestuarios.