Entorno

El deporte asume la avalancha de despidos temporales para combatir el Covid-19

Cadenas de fitness, retailers deportivos y clubes asumen que deberán presentar Ertes para no ver comprometida su viabilidad, aunque algunas compañías asumirán el 100% de los salarios pese a la caída de ingresos.

M.M.A/ Á.C.R / P.L.C

17 mar 2020 - 05:00

La industria del deporte está a la espectativa de las medidas económicas y de flexibilización de los Ertes que presentará el Gobierno el martes

 

 

El deporte alcanzó en febrero su mejor índice de empleabilidad del último año tras alcanzar los 225.300 trabajadores. Sin embargo, el agravamiento de la situación económica por el avance del coronavirus y el parón de la actividad que se espera para los próximos días amenaza con romper esta racha al alza. “Estamos a la expectativa del armamento jurídico que nos dé el Gobierno, pero es evidente que vamos a tener que recurrir a los despidos temporales”, admitía ayer a Palco23 el presidente de un equipo de ACB.

 

La incertidumbre y la cautela predominaban ayer entre los empresarios, que no quieren precipitarse hasta saber cuestiones clave: ¿durante cuánto tiempo estará en vigor el estado de alarma? ¿qué compañías podrán acogerse a las ayudas para mitigar el coste laboral de enviar a la gente a casa? “Poco podemos hacer ahora sin saber en qué podemos ampararnos”, admitía otro empresario ayer.

 

“Salvo que las medidas excepcionales que implemente el Gobierno nos ayuden a plantear una alternativa mejor que el Erte, seguiremos adelante con la idea original”, admite el dueño de otra cadena de fitness, quien asume que hoy el escenario que se le abre es un despido temporal para el 100% de su plantilla. “Lamentándolo mucho, es la situación a la que nos vemos abocados y, pensando en nuestros trabajadores, estamos estudiando la forma más conveniente de proceder”, admiten en Supera.

 

 

 

 

La industria deportiva es una de las que más se ha visto perjudicada por la pandemia, pues buena parte de los negocios se han visto obligados a echar el cierre en toda España desde el sábado. Empresas como GO fit han actuado rápido y han confirmado a sus trabajadores que cobrarán el 100% de sus salarios, sea abonándolo de forma directa la empresa o abonando un complemento al importe que perciban durante el tiempo que están afectados por el expediente de regulación temporal de empleo (Erte).

 

“Tenemos varias opciones sobre la mesa y tomaremos una decisión en cuanto las tengamos valoradas. Nuestro objetivo es que les afecte económicamente lo menos posible”, aseguran desde uno de los principales gestores de centros deportivos privados. Es una medida a la que sí se han acogido ya algunos operadores del segmento concesional, como Duet Sports en Cataluña.

 

A la espera de las medidas que apruebe el Gobierno, la Generalitat ya emitió una circular a través del Departamento de Trabajo informando sobre cómo proceder a la hora de acogerse a esta figura. En este sentido, avanzó que filtraría los expedientes según tres tipologías: fuerza mayor evidente, fuerza mayor dudosa y causa diferente a la fuerza mayor.

 

 

 

 

Todas las entidades deportivas sostienen que se encasillan en el primer grupo, pues su actividad ha quedado en suspenso, si bien muchas han mantenido el cobro de la cuota a los abonados y no han planteado sistemas de devolución. En el caso del fútbol, defienden, es porque todavía confían en que podrá finalizarse la temporada, aunque sea más tarde, por lo que podría mitigarse la pérdida de ingresos.

 

“Los futbolistas han transmitido a los clubes que ellos están dispuestos a apretar y reducir los tiempos de recuperación física, con tal de poder terminar la temporada, aunque sea enganchando con 2020-2021”, sostienen desde la Asociación de Futbolistas Españoles (AFE). “Alguno puede pensarlo… pero es dificilísimo”, “la verdad es que no nos hemos planteado esa situación hoy en día”, admitían este fin de semana los responsables de dos equipos de LaLiga.

 

El caso del baloncesto es distinto, puesto que alargar la competición es más difícil porque su calendario sí está muy influido por los campeonatos preolímpicos y la propia celebración de los Juegos de Tokio 2020 si no hay cambios. “No hemos hecho nada aún, pero es evidente que, si las soluciones nos llevan a no competir durante varias semanas, tendremos que presentar un Erte para todo el mundo, tanto jugadores como empleados; si no, económicamente esto es insostenible”, admite el dirigente de un equipo profesional.

 

La preocupación en ACB ya no es sólo económica, sino también deportiva. Muchos jugadores se han marchado a sus respectivos países de origen y el temor es que, aplicada la suspensión del contrato, acaben no volviendo. “Si quedan varias jornadas por disputar y a mí no me regresa ninguno y al otro cinco, ¿qué sucede? ¿No es esto una desventaja competitiva?”, lamenta, sobre la impredecibilidad del futuro que les espera.

 

De ahí que muchos se resistan a aplicar expedientes que afecten a la plantilla de jugadores o jugadoras, si bien hay equipos que no han podido esperar. El Stadium Casablanca Mann-Filter presentó este viernes un ERE temporal a toda su plantilla del club zaragozano, que milita en la Liga Femenina Endesa.

 

 

 

 

Uno de los interrogantes, según expertos laboralistas, es si el argumento de causa mayor se podrá utilizar para enviar a casa tanto a los empleados de los establecimientos cerrados, como los que están en oficinas centrales. De hecho, centrales de compra como Tréndico no tienen previsto presentar Erte en las oficinas que dan servicio a todos sus asociados, quienes sí deberán decidir cómo proceder.

 

Es decir, que dentro de un mismo grupo podrían darse varias decenas de EREs temporales sin que la central pudiera impedirlo, pues Base cuentan con 81 asociados, mientras que Tréndico suma más de 200 miembros, al igual que Atmósfera Sport, cuyo modelo corporativo agrupa a 265 retailers.

 

“Desde la central no nos planteamos realizar un Erte, pero entendemos que cada asociado debe intentar mirar por el futuro de su negocio”, aseguran desde otra de las empresas consultadas. “Nosotros estamos haciendo una labor de asesoramiento y de red de apoyo, gestionando consultas y peticiones, pero estamos en un escenario que cambia cada día y es muy difícil poder hacer previsiones”, destaca.

 

El principal problema: muchos de estos comercios son tiendas ubicadas en pequeños municipios, establecimientos de barrio que se ampararon bajo el paraguas de una central de compras para hacer frente a los cambios en las tendencias de consumo y la ofensiva directa por el consumidor liderada por las grandes marcas. Es decir, cuentan con el apoyo logístico de la matriz, así como con las obligaciones de seguir ciertas directrices, pero aún son los dueños de sus propios negocios. A menudo, propietarios no sólo de una tienda, sino de varias, lo que complica aún más el impacto económico que debe asumir este tipo de empresario.

 

 

 

 

“Ese es nuestro caso, que se basa en un modelo de proximidad y de tiendas en las que a menudo la relación entre empleador y trabajador es muy cercana, porque seguramente el jefe es quien está en su establecimiento trabajando también”, asegura otra de las cadenas consultadas. “No es que sea complicado como central tomar la decisión, porque no nos corresponde, sino para nuestros socios, porque saben que de afrontar un Erte dejan en una situación complicada a muchas familias”, subraya.

 

Esa disparidad en el sector del retail cambia a la hora de acercarse a otras compañías como Sprinter y Decathlon. La filial española del distribuidor galo, por ahora, ha optado por mantener a toda su plantilla con los sueldos habituales en base a las horas de su contrato. Además, sus almacenes continentales, desde donde se reparte a más países de Europa, como el de Getafe (Madrid) y el de Barcelona, permanecen abiertos para garantizar el abastecimiento, aunque con restricciones de dos turnos.

 

Fuentes sindicales, sin embargo, señalan que han recibido notificación sobre la posibilidad de Decathlon de presentar un ERE temporal, aunque "todos están esperando a conocer las medidas económicas de mañana", sostienen. Un paso más allá ha ido Sprinter, que según estas mismas fuentes ha negociado durante toda la mañana de ayer para reestructurar su plantilla, tanto a nivel de tiendas, como logística y de oficinas.

 

 

 

 

"Sprinter ha intentado hacer regulaciones de empleo que no eran por causa mayor, sino organizativa", sostienen las fuentes consultadas. "Se ha planteado un Erte en los términos establecidos por el Consejo de Ministros para las tiendas y otro, de carácter organizativo, para los trabajadores de oficinas y almacén", indican. Finalmente, esta medida no se llevará a cabo, y toda su plantilla quedará sujeta a un ERE temporal, aunque los sindicatos advierten: "Hay que vigilar que no se den este tipo de prácticas y se ajusten a las condiciones pactadas".


Esta situación laboral no es nueva, a tenor de los datos de la Seguridad Social. Después de tres años consecutivos de caídas interanuales en el número de trabajadores afectados, en 2019 se disparó la cifra de personas que fueron despedidas. En concreto, 289 profesionales sufrieron un ERE en este sector, un 42,9% más que el año anterior.

 

Por tipo de procedimiento, la suspensión de contrato fue la que alcanzó a más trabajadores, con 260 personas afectadas, un 71% más que el año anterior. Los despidos colectivos, por su parte, afectaron a 204 profesionales, mientras que el número de reducciones de jornada cayeron un 51%, hasta implicar a 25 trabajadores.