Entorno

Economía circular, igualdad y eficiencia: el deporte salta al campo de la sostenibilidad

El Comité Olímpico Español (COE), que cada año reduce en 150 toneladas sus emisiones de CO2, insta al mundo del deporte a trabajar en los objetivos de desarrollo sostenible (ODS).

Patricia López

25 nov 2019 - 04:55

Congresos Sostenibilidad

 

 

Citius altius fortus. Más alto, más rápido y más fuerte. Esa fue la frase que pronunció el barón Pierre de Coubertin en la inauguración de los primeros Juegos Olímpicos de la Era Moderna que fundó en 1896. El lema apela a ser mejor, y ese mismo mensaje es el que ahora quiere abrazar el deporte olímpico para colgarse la medalla de la sostenibilidad.

 

“El reto no es crecer de manera banal, sino hacer un ejercicio serio de autocontención, harmonía y desarrollo sostenible”, resume Antonio Lucio, miembro de la comisión de sostenibilidad del Comité Olímpico Español (COE) y profesor en la Escuela de Organización Industrial (EOI).

 

Ese es uno de los desafíos del sector privado, según describieron los potentes que participaron el pasado viernes en el primer Congreso de Sostenibilidad, organizado por COE, la asociación de federaciones deportivas (Adesp) y la Federación Española de Municipios y Provincias (Femp).

 

Marta Tomás, directora de márketing y desarrollo del Pacto Mundial de las Naciones Unidas, aseguró que las organizaciones deben ser abiertas de miras en esta materia. “Recuerdo que el COE nos propuso un plan centrado en sostenibilidad y medioambiente, pero también trabajamos con ellos en cuestiones de gestión e igualdad”, señaló, en referencia a que este ámbito abarca aspectos que trascienden a las acciones ecofriendly.

 

 

 

 

El COE ha seguido los pasos del Comité Olímpico Internacional (COI), que ha puesto el desarrollo sostenible en un lugar destacable de su operativa, y prueba de ello es la introducción de requisitos de sostenibilidad en los pliegos para adjudicarse una sede olímpica. “Ahora somos más estrictos y exigimos que toda instalación que se construya sea sostenible, y el mejor ejemplo es París 2024, que será la primera ciudad olímpica neutral en emisiones de carbono”, comentó Julie Duffus, directora de sostenibilidad de la gestora de los Juegos.

 

La eficiencia energética y la movilidad son dos cuestiones clave para las organizaciones deportivas en este ámbito, y desde el COE afirman que “tener alianzas con socios en esta línea es vital y puede inspirar a otras entidades fuera del ámbito del deporte”, según Isabel García, presidenta de la comisión de Mujer e Igualdad de Género. Un ejemplo de ello son los acuerdos con Toyota o Iberdrola, que proveen vehículos híbridos y energía renovable. “Hemos reducido en 150 toneladas anuales las emisiones de CO2”, apuntó la directiva en la citada jornada.

 

Sin embargo, aún queda mucho por hacer. “En torno al 70% de la energía que se consume en España es de origen fósil, y eso nos crea una dependencia del exterior”, criticó Gregorio Álvarez, presidente de Grupo Ibereólica Renovables, que también es socios del COE. “Ahora ya sí hay una apuesta decidida por estas energías, que se producen donde se consumen, es barata y no contaminante”.

 

Juan Luis Aguirrezábal, responsable de marca, publicidad y patrocinios de Iberdrola, incidió en que en las entidades “tiene que haber líderes con compromiso medioambiental y de igualdad” para que los ODS en las compañías sean una realidad. En el caso de la energética, se ha convertido en el principal impulsor de la igualdad en el deporte, como patrocinador de 16 federaciones.

 

Dar una segunda vida a los artículos que se utilizan en la práctica deportiva y en la gestión de este tipo de entidades es otro de los objetivos, motivo por el que entidades como el COE, el CD Leganés o el Real Celta han firmado acuerdos con Ecoembes para fomentar la economía circular y el reciclaje. “Somos deportes sostenible, hemos llegado a acuerdo con entidades públicas y privadas para trabajar en esa dirección”, afirmó Alejandro Blanco, presidente del COE.

 

Ese es el camino que ha iniciado el organismo y que quiere exportar al resto de federaciones españolas, que son quienes se postulan para organizar competiciones internacionales. Es ahí donde se quiere posicionar el deporte español, como un país que organiza los eventos deportivos más sostenibles.

 

 

El deporte echa el freno a las emisiones de gases de efecto invernadero

 

Con el fin de reducir sus externalidades y desarrollar procesos productivos menos agresivos con el medioambiente, las empresas han avanzado en esa dirección, incluidas las organizaciones deportivas. Y prueba de ello es que las compañías de la industria del deporte y el entretenimiento emitieron 38.200 toneladas de gases de efecto invernadero en 2018, el registro más bajo desde que el Instituto Nacional de Estadística (INE) empezó a medir el impacto medioambiental en 2008.

 

Los datos de 2018 no sólo mejoran en un 1,5% el registro de 2017; también demuestran que la emisión de gases de efecto invernadero a la atmósfera por parte de esta industria se ha reducido un 15,8% en once años. Sin embargo, el ritmo de Deducción es menor al del total la economía española, que emitió 340,6 millones de toneladas en 2018, un 22,6% menos que en 2008.