Entorno

De LaLiga a la Premier: ¿cómo es la relación de las grandes ligas con sus federaciones?

El fútbol profesional español es el que más aporta en términos porcentuales al fútbol modesto y las federaciones de entre las cinco grandes ligas, con 43 millones de euros si se deja al margen la Copa del Rey.

Marc Menchén

30 abr 2019 - 05:00

LaLiga destinará este año aproximadamente 64,49 millones de euros a la Federación

 

 

El conflicto entre la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) y LaLiga se ha evidenciado como una lucha de competencias, pero uno de los mensajes más utilizado en esta campaña es cuánto paga quién y si es suficiente o no. Y lo cierto es que, comparado con el resto de grandes ligas, la española es una de las que más aporta al desarrollo del fútbol aficionado y la financiación de sus federaciones, tanto en términos porcentuales como absolutos, según los datos recabados por Palco23.

 

LaLiga destinará este año aproximadamente 64,49 millones de euros a la Federación y el fútbol modesto, un importe que en términos comparativos con el resto de ligas analizadas baja a 43 millones. La razón es que no se contabilizan para el cálculo los 5,68 millones que se abonarán por la prestación de servicios, ni los 15,79 millones fruto de la comercialización de las retransmisiones de la Copa del Rey. Y aun así, continúa siendo de las mayores aportaciones que se realizan.

 

El debate está en si corresponde un agradecimiento o no por este apoyo a la promoción, algo que podría producirse de existir una buena sintonía institucional. Sin embargo, la asamblea extraordinaria de ayer evidenció que no. “LaLiga no es la NBA, está supeditada a la Rfef”, recordó el presidente del regulador, Luis Rubiales, para defender que la asociación del fútbol profesional no puede ir por libre y que sus grandes decisiones deben pasar por sus manos, como horarios, derechos de televisión o comercialización de activos.

 

 

 

 

Es una apropiación que no se da en otros países del entorno, como Reino Unido o Francia, donde el negocio vinculado al fútbol profesional está en manos de los clubes y no existe tal tensión institucional. Y eso que la solidaridad es muy inferior a la que en 2015 se estableció mediante el Real Decreto-Ley que regula la comercialización centralizada de las retransmisiones.

 

Ese cambio en la gestión de LaLiga ha propiciado el mayor salto económico del fútbol en España. Sólo en 2018-2019, la gestora de LaLiga Santander y LaLiga 1|2|3 abonará 15,63 millones de euros para el desarrollo del fútbol aficionado, equivalente al 1% de toda la factura audiovisual; a este importe hay que sumarle otros 7,8 millones que distribuyen a través del Consejo Superior de Deportes (CSD) para el pago de las cuotas a la Seguridad Social en Segunda División B y la Liga Iberdrola.

 

A estos pagos vinculados a la televisión hay que añadir otros 15,59 millones asociados al convenio de coordinación que debe renovarse antes de junio y otros dos millones de euros que concede a la Asociación de Clubes de Fútbol Femenino (Acff) para apoyar la profesionalización de las estructuras de los participantes en la Liga Iberdrola. Un importe que ayer Rubiales llegó a considerar insuficiente, si bien tendió la mano a negociar.

 

 

 

 

“La situación no es fácil y no vamos a buscar la confrontación. Hemos planteado una redacción cómoda y abstracta, en la que no nos sintamos dueños ni nosotros ni ellos, para que encontremos un lugar de paz y podamos avanzar tres, cuatro, cinco años más”, apuntó ayer Rubiales en asamblea extraordinaria. El problema, no obstante, es que lo hizo tras aprobar la reforma de Supercopa y Copa del Rey sin el apoyo de los clubes profesionales, y tras varias semanas poniendo en duda sobre quién es el titular de la explotación comercial de LaLiga.

 

La entidad presidida por Javier Tebas ha solicitado al CSD que considere como profesionales ambas competiciones, de manera que pueda abrirse un escenario como el que existe en otros países del entorno. En Francia y Alemania, la Ligue-1 y la Bundesliga gestionan las dos primeras ligas domésticas y la Supercopa, y en el caso francés se añade la Copa de la Liga. En Italia, la Serie A se encarga de la Primera División, la Coppa Italia y la Supercopa, mientras que la Premier League sólo se encarga de la liga regular.

 

Estas diferencias marcan también cuánto aporta cada uno a sus respectivas federaciones, cuyo principal cometido es el desarrollo de la base y la generación de dinero a través de la Selección. Y sobre todo, donde predomina una mayor colaboración, si bien en otras etapas se produjeron igualmente focos de tensión por el control de los principales activos económicos.

 

 

 

 

La Premier League se gestiona de forma autónoma desde 1992, cuando los principales clubes decidieron separarse de la English Football League (EFL) para disponer de una mayor autonomía en la gestión respecto a la organización, también privada, que coordina a los clubes de las cuatro categorías inferiores. De hecho, allí la supeditación de las competiciones a la Football Association (FA) se limita a las normas de juego, y no al negocio.

 

Premier, EFL y FA son propietarios a partes iguales de la empresa que proporciona los árbitros a las categorías que gestiona, mientras que liga y federación también son dueños al 50% de Football DataCo, que explota comercialmente los datos.

 

A partir de ahí, el apoyo al fútbol aficionado se canaliza a través de Football Foundation, entidad sin ánimo de lucro donde todos estos entes participan para financiar proyectos finalistas que promuevan la base. En 2017-2018, la Premier abonó 17,3 millones de libras (20 millones de euros) a estos programas y otros 25 millones de libras (28,9 millones) para clubes de Tercera y Cuarta División, según sus cuentas. Aquí no se incluyen los 100 millones de libras (116 millones) que se pagan en concepto de ayudas al descenso.

 

Es decir, que la competición británica no realiza ningún pago directo a la FA para que después distribuya entre el fútbol aficionado, como sí se produce en el resto de las cinco grandes ligas. De ahí que su porcentaje de asignación de recursos al desarrollo de la base sólo equivalga al 1,3% de todos sus ingresos, frente al 2,3% que concede LaLiga en términos homogéneos.

 

Es un apoyo que aun así supera al que realiza la Bundesliga, que apenas concede el 0,5% de todo su negocio a la Federación de Fútbol de Alemania (DFB, por sus siglas originales). El caso germano es muy singular, pues aquí los pagos se producen en ambos sentidos, dejando la aportación anual en apenas unos nueve millones de euros durante la última temporada.

 

 

 

 

En 2017-2018, la gestora de las dos divisiones del fútbol profesional abonó 2,5 millones para el fútbol amateur, un millón más para la formación de las categorías inferiores de la Selección y otros 26 millones de euros, equivalentes a un 3% de sus ingresos comerciales. La Federación, por su parte, que se encarga de la Copa DFB, devuelve un máximo de 20 millones anuales, equivalente a hasta el 30% del rendimiento que genera la explotación de la Selección absoluta.

 

La situación difiere en Francia e Italia, donde los pagos son porcentualmente superiores a cambio de un mayor nivel de competencias. El caso más claro es el de la Ligue-1, que 2018-2019 habrá abonado en torno al 2,5% de sus ingresos a la Federación Francesa de Fútbol (FFF), apenas dos décimas más que LaLiga a la Rfef, si bien es a cambio de tener en su poder la gestión de Copa de la Liga y Supercopa, que en conjunto facturan más de 25 millones de euros.

 

La gestora de la Ligue-1 y la Ligue-2 está obligada a abonar un mínimo de 14,2 millones de euros en caso de que ese 2,5% no alcanzara esa cifra, si bien el dinero se transfiere automáticamente al equivalente a la Segunda B y el resto del fútbol aficionado. Esta cifra se complementa con lo que pueda generarse mediante las apuestas deportivas.

 

En Italia, la Serie A sólo gestiona Primera División, Copa y Supercopa, ya que Segunda corresponde a la Serie B, que opera como gestora independiente. En su caso, y a cambio de todos estos derechos comerciales, abona un 4% de todos sus ingresos a la Federación (Figc), con 32,3 millones para Segunda B y fútbol amateur (3%) y otros 10,77 millones (1%) para la gestión del regulador.