Entorno

Del poderío del fútbol a la dependencia del piragüismo: ¿qué deportes dependen más de lo público?

Las federaciones deportivas manejaron ingresos por 350 millones de euros en 2018, el 22,4% de los cuales fueron aportados por el CSD y el COE. La crisis económica ha obligado al deporte a reducir la dependencia de las subvenciones, que hace una década representaban el 30,5% del presupuesto.

Patricia López

4 nov 2019 - 05:00

De la autarquía del fútbol a la dependencia del piragüismo: ¿qué deportes dependen más de lo público?

 

 

Desde el Comité Olímpico Español hasta las federaciones deportivas, pasando por los atletas de élite. Todos afirman que el deporte español es de los que más rentabiliza la inversión pública y privada que recibe, pues consigue más éxitos deportivos que países con más recursos. Pero, ¿cuánto dinero obtiene el deporte español y cómo se estructura esa financiación? En 2018, las federaciones españolas presupuestaron un total de 351,04 millones de euros y el 77,7% de esos recursos los generaron los propios organismos mediante el cobro de licencias federativas, la organización de competiciones y los ingresos comerciales.

 

Es decir, que el 22,4% restante procedió de las subvenciones del Gobierno y del Plan ADO, un porcentaje que hace una década era del 30,5%, según los datos del Consejo Superior de Deportes (CSD) a los que ha accedido este diario. La ayuda de la Secretaría de Deporte es la más relevante, y no se ha mantenido estable a lo largo de la última década, alcanzando máximos en 2016 con una aportación del 34,4% del presupuesto de las federaciones por coincidir con los Juegos de Río de Janeiro. En 2013, año de recortes en la Administración, se registró el mínimo, con un 13,87%.

 

La tendencia general es que las federaciones han reducido el grado de dependencia de las administraciones públicas en los últimos diez años. Ha sido un periodo en el que han tenido que agudizar el ingenio para incrementar sus ingresos, ya que en época de crisis tuvieron dificultades para firmar patrocinios, y las administraciones redujeron su apoyo para priorizar la reducción del déficit público y cumplir con las exigencias de Bruselas. Pese a estas dificultades, las federaciones han incrementado un 24,5% su presupuesto respecto a 2009, justo el año en que los efectos de la crisis empezaron a notarse en España.

 

 

 

 

La capacidad de autosuficiencia de las federaciones varía en función de la disciplinañ y está muy ligada al impacto mediático de cada una. La Real Federación Española de Fútbol (Rfef) genera el 96% de sus ingresos gracias a los pagos que recibe de LaLiga, Uefa y Fifa, así como Adidas. Por el contrario, la de piragüismo sólo cubre con su actividad el 13,2% de su presupuesto. El resto depende de las ayudas del CSD (80,3%) y de las becas ADO y ADOP (6,6%).

 

Pese a que la mayoría de su negocio lo genera por sus propios medios, la Rfef es la federación que más dinero recibe del CSD, con 6,5 millones de euros en 2018. Esta partida procede del 1,5% de los ingresos de la venta de los derechos audiovisuales de LaLiga, y el ente regulador del fútbol destina ese  importe la protección social en el fútbol femenino y aficionado.

 

Tras el fútbol, las federaciones que más cubren su presupuesto con recursos propios son la de golf, con el 91,8% de los ingresos; el automovilismo, con el 89,9%; el tenis, con el 84,6% de los ingresos totales, y el baloncesto, con el 83,6%. Es decir, que aquellas disciplinas con mayor penetración en la sociedad tienen más capacidad para generar ingresos comerciales, de ticketing y por el cobro de licencias.

 

 

 

 

Las federaciones cuyo presupuesto depende en gran medida de las subvenciones no suelen superar el millón de euros de ingresos totales y, entre las que rebasan ese umbral, las más dependientes de la Administración junto al piragüismo son el remo, con el 85%; la vela, con el 74%, y los deportes de invierno, con el 67,3%.

 

Respecto a hace una década, el piragüismo ha rebajado en veinte puntos porcentuales su dependencia de las subvenciones, aunque continúa siendo una de las que más necesita recursos públicos para desarrollar su actividad. Vela y remo también se han apalancado más en su capacidad para sobrevivir, mientras que la federación de deportes de invierno ha incrementado en dos puntos porcentuales el peso de las ayudas del Gobierno en su presupuesto.

 

La información facilitada por el CSD en base a los presupuestos de cada ente regulador refleja que entre 2009 y 2018 las subvenciones a federaciones se redujeron un 5,3% y, pese a esa caída, la previsión de ingresos totales aumentó un 24,5%. Es una cifra que pone de referencia que estos organismos se han esforzado para incrementar su facturación, aunque la evolución no ha sido coral.

 

 

Por ejemplo, el automovilismo y el golf han recortado un 43,4% de  su facturación en diez años, una caída que no sólo responde a los recortes gubernamentales, sino a que en 2018 generaron la mitad de ingresos propios que diez años atrás. En aquel momento, el tenis generaba unas ventas de 12,1 millones, cinco millones más que en 2018.

 

El contrapunto es el fútbol, que ha ganado un 88,7% de presupuesto desde 2009, hasta 168,5 millones, gracias en gran medida al impacto comercial de haber ganado el Mundial en 2010 y la Eurocopa en 2012 y LaLiga. El balonmano es otro ejemplo, pues sus ingresos totales se han elevado un 39% y, teniendo en cuenta únicamente sus recursos propios, el avance ha sido del 80%. ¿El motivo? Los resultados deportivos y su política comercial la han convertido en la federación española con más patrocinadores.

 

El triatlón es el ejemplo de que el incremento de la práctica deportiva supone un alza en el negocio. La popularidad de esta disciplina se ha traducido en un incremento del 34,8% en su presupuesto, en un ciclo en que casi se han triplicado las licencias en España. Otro ejemplo es el rugby, que ha elevado un 40% su previsión de ingresos en la última década, aunque el 37% del presupuesto lo aporta el CSD.

 

No son pocos los presidentes de federaciones que admiten que, sin ayudas públicas, su disciplina no es sostenible por sí sola, algo que sí han conseguido el fútbol y el baloncesto, los dos deportes más practicados del país. Seducir a los deportistas y atraer al sector de la población que no hace deporte se antoja vital para seguir reduciendo la dependencia hacia las subvenciones, aunque el camino hacia ese destino es largo e incluso los directivos de las federaciones reconocen que es difícil transitarlo.