Entorno

De afiliados a LaLiga: ¿cómo se financia el sindicalismo del fútbol?

AFE se financia en un 75% con las aportaciones que hace LaLiga a cuenta de los derechos de televisión, cifra que complementa con patrocinios propios y los pagos de sus afiliados. Futbolistas ON, por su parte, de momento sobrevive de las cuotas, el patrocinio de beIN y los recursos de sus fundadores.

M.Menchén

19 feb 2019 - 04:59

De cuotas a licencias: ¿cómo se financia el sindicalismo del fútbol español?

 

 

La mayoría de sindicatos mayoritarios en España se financian principalmente por las cuotas que pagan todos sus afiliados. En el caso de UGT representan el 64% del total, mientras que para CCOO supone el 58%, pero en el mundo del fútbol es muy distinto. La Asociación de Futbolistas Españoles (AFE), que es el sindicato mayoritario y hasta hace un año el único en el país, sólo obtiene a través de sus asociados el 7% de un presupuesto que en 2018 era de 14,1 millones de euros; una proporción que se repite Futbolistas ON, que maneja 500.000 euros en su primer año completo. Una razón que ayuda a entender la batalla que se ha abierto en los últimos meses sobre quién debe gestionar las ayudas de los distintos reguladores, sea LaLiga o la Federación.

 

El último capítulo de este duelo por los recursos para apoyar a la comunidad de jugadores lo ha protagonizado la Real Federación Española de Fútbol (Rfef). Tal y como adelantó Palco23, el ente presidido por Luis Rubiales convocó en enero ayudas por un millón de euros para asociaciones de futbolistas, pero ni dio publicidad a la convocatoria como ha hecho con el resto de concursos y presentó unos pliegos cuyos criterios subjetivos parecían hechos a medida para que AFE monopolizara todo el dinero en detrimento de Futbolistas ON y UGT.

 

“Vamos a tomar las medidas que consideremos oportunas en defensa de nuestros intereses y, sobre todo, en defensa de los intereses de sus afiliados, a quienes la Rfef discrimina y desprecia en esta convocatoria de ayudas”, criticó ayer Futbolistas ON, que ha basado su crecimiento inicial en Segunda B y Tercera División, un colectivo al que se daba una puntuación inferior que a los de Primera División.

 

 

 

 

Esta subvención viene a sustituir la aportación de un millón de euros que la Federación realizaba a AFE a través de la taquilla que generara un partido amistoso de La Roja que este 2019 no se podrá disputar debido al calendario de encuentros internacionales diseñado por la Uefa. Es una ayuda que, habiendo otros sindicatos, era difícil de justificar que se entregara directamente en vez de a través de un concurso, como se ha querido hacer.

 

Esta aportación es importante, pero no es la más relevante que recibe la asociación presidida por David Aganzo. El presupuesto de 2018, que es el último disponible, contemplaba ingresos de 7,4 millones de euros procedentes de los derechos de televisión de LaLiga, que en 2015 se comprometió a cederle el 0,5% de todo el dinero que se obtenga por las retransmisiones. De esta manera se pudo evitar que los futbolistas de Primera y Segunda División fueran a la huelga, pero también se consiguió establecer que el uso de ese dinero fuera destinado a programas concretos y no a sostener la gestión diaria del sindicato.

 

Este no es el único pago que realiza la patronal presidida por Javier Tebas, pues el convenio colectivo incluye otro pago anual que en 2017 fue de 2,7 millones de euros. En total, unos diez millones de euros que el primer ejecutivo de la competición se ha abierto a repartir entre todos los sindicatos que presenten proyectos concretos. Futbolistas ON pidió un reparto a partes iguales del fondo social (2,7 millones) y participar en la gestión de ese dinero procedente de las retransmisiones, aunque sin especificar en qué proporción.

 

“LaLiga considera esas propuestas, en aras de garantizar el derecho de la libertad sindical, razonables y conformes a Derecho”, señaló la competición. Por el momento existe información poco clara sobre la implantación real de cada colectivo en Primera y Segunda División, si bien documentación del Gobierno refleja que AFE contaba con 4.881 afiliados con licencia para competir a nivel nacional en España en 2017-2018, por los 2.128 de Futbolistas ON.

 

 

 

 

El sindicato más antiguo tiene la ventaja de contar con miembros ya retirados o que actualmente compiten en el extranjero, razón por la que oficialmente aseguran contar con más de 9.000 miembros. Entre todos ellos generaron unos ingresos de 932.640 euros en 2017, un 50% más que en 2016; la previsión para 2018 era rozar el millón de euros. En el caso de Futbolistas ON, que buscó captar asociados regalando suscripciones a beIN Sports y botas de Nike, percibe menos de 50.000 euros, pues sus asociados sólo pagan 18 euros al año, una décima parte de lo que se puede llegar a pagar en AFE.

 

Al margen de los pagos de LaLiga, Rfef y asociados, AFE también ha conseguido sacar partido a su imagen, con acuerdos de patrocinio que en 2017 supusieron 207.000 euros y que se suman al millón de euros que reciben del sindicato internacional FifPro por derechos de imagen. Su principal socio en la actualidad es Adidas, a los que se añaden la arrendadora de barcos Charterblu, el banco privado de células madre Vidacord y un concesionario local de BMW en Madrid. Además, ayer anunció un acuerdo con Lanzadera para fomentar que los futbolistas lancen sus propios negocios.

 

Aquí surge otro de los caballos de batalla que históricamente se le ha criticado, y es el excesivo gasto en estructura que no redunda en programas de apoyo al gremio. Las cuentas de 2017 y el presupuesto de 2018 muestran que el pago de nóminas consume una cuarta parte de todo el gasto (el 16% en el caso de UGT), siete puntos menos de lo que representaba antes de que acordara con LaLiga la percepción del 0,5% de todos los ingresos por televisión.

 

Aun así, el presupuesto del último año refleja que los gastos de personal (3,61 millones de euros, un 21% más) superan a los asociados a las ayudas monetarias, que se situaron en 711.000 euros en 2017 y debían subir a 1,11 millones en 2018. La diferencia es mayor si se tiene en cuenta que al pago de nóminas a sus 59 trabajadores a cierre de 2017 se añaden más de dos millones de euros repartidos entre actividad sindical y colaboraciones del órgano de gobierno, entre otros.

 

A las ayudas monetarias para jugadores con problemas económicas hay que añadir el plan de ahorro de futbolistas, que en 2016 recibió 1,75 millones, en 2017 otros 2,18 millones de euros y para 2018 se preveía un importe similar. Este programa también es fruto de los acuerdos a los que se llegó con LaLiga en 2015, por el que este fondo se nutre con parte del 0,5% que reciben de los ingresos por televisión.

 

AFE ha decidido que los futbolistas que quieran optar a estas ayudas deben estar afiliados únicamente a su sindicato, razón de más por la que LaLiga ha querido abrir el reparto de este dinero a todas las asociaciones sindicales. Cierto es que en la industria del deporte ha sido habitual que sólo hubiera una organización velando por los intereses de los jugadores, sea la NBA, la NFL o la Premier League, pero el convenio colectivo del fútbol femenino ha evidenciado la ventaja de contar con más fuerza en la mesa de negociación. Las urnas deberán hablar en los vestuarios de LaLiga antes de que finalice 2018-2019.