Entorno

Blanco (COE): “La solución no es aumentar el dinero público, sino atraer patrocinadores”

El presidente del COE encara su cuarto y último mandato con el objetivo de que el Gobierno dé una dimensión transversal al deporte. “Madrid es la ciudad más preparada del mundo para albergar unos JJOO”, añade, sobre el deseo de optar a unos Juegos.

Patricia López

12 jun 2017 - 05:00

alejandro blanco presidente COE

 

Han pasado 12 años desde que Alejandro Blanco (Orense, 1950) llegó a la presidencia del Comité Olímpico Español (COE) y, desde entonces, el deporte de este país ha vivido una época de esplendor, sufrido una crisis económica sin precedentes, y perdido dos candidaturas para albergar los Juegos Olímpicos, “un sueño al que España no debe renunciar”, comenta a Palco23 el presidente más longevo de la historia del organismo olímpico. Tras ser reelegido por tercera vez, Blanco encara su cuarto y último mandato con el objetivo de lograr que el deporte sea entendido desde un enfoque global y transversal. “Dieciséis años como presidente del COE son suficientes, lo que no haya conseguido hacer hasta ahora, no voy a poder hacerlo ya”, explica en entrevista con este diario.

 

¿Qué retos tiene para su nuevo mandato?

Tenemos que trabajar para que el deporte tenga la dimensión transversal que debe tener, ese es mi sueño y mi reto. Creo que va mucho más allá de la competición de fin de semana, no podemos entenderlo sólo como la actividad mediante la que la élite gana torneos y medallas. Es salud, educación, cultura, innovación, economía, etcétera. Si no somos capaces de entender el deporte así no lograremos abstraernos del resultado y de la competición. Hoy día hay 3,5 millones de federados, 22 millones de personas practican actividad física y el deporte se ha convertido en el mayor factor de integración en este país. La transmisión de valores a través del deporte es lo que la sociedad está demandando a gritos, y para atenderles hay que entender el deporte como un todo.

 

En la práctica, ¿en qué se traduciría esa dimensión transversal?

Se traduce en muchas esferas. El deporte es el embajador ideal para lanzar una campaña que explique los hábitos de vida saludable a los ciudadanos, pero a través de sus valores también se puede fomentar la educación, cultura y la igualdad. También tiene mucha incidencia en la economía, porque esta industria mueve mucho dinero, sin olvidarnos de que los deportistas españoles se han convertido en los mejores embajadores del país en el extranjero.

 

¿Cree que también lo tendrán en cuenta en la nueva Ley del Deporte que se está preparando?

Nosotros nos hemos encargado de entenderlo así y de comunicarlo, ahora lo tienen que asumir los responsables políticos, y creo que lo van a hacer. José Ramón Lete [presidente del CSD] lo entiende perfectamente. Pero además tenemos que adaptar esta ley de 1990 al momento real que vive nuestro país cambiándola de manera integral.

 


 

¿Qué aspectos no tiene en cuenta el marco jurídico actual?

Ni al deportista ni a los clubes. La nueva regulación debe tener en consideración no sólo al deportista profesional, también a la gran mayoría que dedica toda su vida a la competición, y que gana medallas, pero que cuando acaba su carrera no tiene ni un día trabajado en su informe de vida laboral porque no está dado de alta. Están en terreno de nadie. Por otro lado, España es un país en que el éxito deportivo se basa en la estructura de clubes, y la ley actual no contempla un marco para estas entidades. También es importante que la nueva regulación tenga en cuenta las competencias de las comunidades autónomas y las federaciones, que ensamble mejor el trabajo de esos organismos a nivel español y autonómico, delimitando de manera clara cómo trabajar con unidad, sin completa independencia de las federaciones regionales.

 

La independencia de las federaciones respecto al Gobierno está reconocida en la Carta Olímpica. ¿La Administración la ha respetado?

Ha habido de todo. Creo que no puede existir una línea que límite hasta donde incide el Gobierno porque al final debe trabajar de la mano de las federaciones. Pero sí que es cierto que la Ley del Deporte es muy intervencionista, como también lo es que todas las modificaciones que se han hecho de esa ley han sido para intervenir aún más. Por supuesto que el deporte tiene que adecuarse a las leyes del país y al control económico que exige el Gobierno, pero a su vez tiene su propio camino, sus reglas y sus comportamientos que deben ser respetados.

 

Este año el Gobierno destinará 46,6 millones de euros a las federaciones. ¿Es suficiente para mantener su estructura, su operativa a nivel autonómico y mejorar los resultados deportivos?

El deporte español en competición profesional es un milagro y no me cansaré de decir que con la inversión que tenemos no se pueden conseguir mejores resultados. Si dividimos la inversión en deporte entre los resultados, somos el primer país del mundo. En España, el Gobierno invierte 46,6 millones de euros, pero en Italia son 280 millones de euros, y en Francia más de 400 millones. En los últimos cinco años, en España ha habido una disminución del 70% en la inversión pública, y sin embargo se siguen consiguiendo resultados deportivos.

 

¿A qué se debe?

A la colaboración público-privada. Han aparecido programas y empresas que han posibilitado que los deportistas puedan competir, entrenar y paliar las deficiencias que tendrían si el deporte sólo se financiara con dinero público. Por ejemplo, Telefónica financia el programa Pódium que desde 2014 posibilita que deportistas menores de 23 años y que no forman parte de las becas ADO puedan prepararse para asistir a los Juegos Olímpicos. En dos años y medio, esos chicos han participado en 770 competiciones a las que no hubieran asistido porque las federaciones no podían correr con los gastos. También ha aparecido el dinero de la UCAM, que ha becado a once medallistas y 55 de sus deportistas asistieron a los Juegos Olímpicos.

 

alejandro blanco marcus cooper

 

¿Quién se hace cargo de aquellos costes que no cubre ni la ayuda pública ni la privada?

Los costean ellos mismos, o con ayuda de sus familias, clubes y comunidades autónomas. Pero el deporte tiene que financiarse mediante ayudas públicas y privadas. No puede ser es que la familia pague para que el deportista represente a España. Tiene que haber una ley que invite a las empresas para que apoyen el deporte, porque, si no, no podrá salir adelante. Con el dinero público no podemos competir, así que cuando algunas voces hablan del dinero público y de los buenos resultados, no están contando toda la verdad. Claro que salen resultados, pero no imaginas cuántas familias han pagado para que sus hijos puedan asistir a los Juegos Olímpicos. Lo que hay que hacer es cambiar el chip y conseguir atraer a los patrocinadores.

 

¿Vamos hacia un modelo de financiación en que cada vez tenga más peso el sector privado?

Sin duda. A día de hoy hay federaciones en que la base de los ingresos proviene de las subvenciones, y otras, como la de fútbol, que no depende del CSD. Aquellos organismos que no tengan capacidad de conseguir recursos propios porque no tienen visibilidad mediática, porque no tienen una estructura ni medios económicos para crear un departamento de márketing, deben contar con una Ley que les permita que en cuanto haya una ayuda especial a empresas esas federaciones también tengan posibilidad de conseguir sponsors. Sino habrá federaciones que operen a diferente velocidad.

 

¿Cómo se convence a las marcas?

Garantizando que obtiene un beneficio de ese patrocinio. Hay que entender lo que quiere la empresa al ofrecerse como sponsor, comprender sus valores y qué imagen y difusión quiere tener. Algunas sí piden un retorno económico, pero otras no porque sólo buscan el retorno social. Un claro ejemplo son la mayoría de empresas que participan en el plan ADO.

 

¿Se está notando la salida de la crisis y la política de exenciones fiscales que ha propuesto el Gobierno?

Hay mucho por hacer. La Ley de Mecenazgo no ha salido adelante y ahora mismo hay pocos eventos deportivos de excepcional interés que sean y que por lo tanto generen desgravaciones. En 2017, sólo 5 de las 26 citas de interés excepcional son deportivas. Hay que tener una consideración especial con las empresas que ayudan al deporte, y esa ley debe llegar. Otros países europeos fomentan la inversión en deporte con ayudas públicas, pero también mediante empresas de lotería, de telefonía, u ofreciendo desgravaciones fiscales a aquellas compañías que destinan parte de su beneficio a financiar el deporte. En definitiva, no hay un solo camino para fomentar la financiación privada y, si no lo vemos, el deporte tendrá un recorrido muy corto.

 

¿Le preocupa Tokyo 2020?

Mucho. A la caída de presupuesto le sigue un relevo generacional muy importante. El camino es largo y duro, y no podemos asegurar nada. Confío en que si se da una recuperación real de la economía haya más recursos para las federaciones, pero insisto en que la solución no está en aumentar el dinero público, sino en atraer a los patrocinadores. Y ADO es el mejor ejemplo de ello.

 

 

¿Qué retos plantea la celebración de los Juegos del Mediterráneo?

Es una cita muy especial porque va mucho más allá de lo que es una competición deportiva. Es un punto de encuentro y una mezcla de culturas entorno al deporte. El Gobierno ha cumplido con todo lo que habíamos hablado Mariano Rajoy y yo, y ha aportado 10,5 millones de euros para que los juegos se puedan celebrar en las mejores condiciones. Hay una frase que no me gusta y que escucho mucho, y es la de “los mejores juegos de la historia”. Pero la verdad es que creo que los de Tarragona van a ser los mejores Juegos del Mediterráneo de la historia.

 

¿Cómo se garantiza su sostenibilidad?

La clave está en que se han diseñado unos juegos sostenibles económicamente y medioambientalmente. Prueba de ello es que no se ha realizado ninguna inversión en la villa olímpica, porque hemos reservado tres hoteles para que se hospeden los participantes. Si hoy día es posible dar con un espacio reservado a los atletas sin invertir ni un euro en una villa, ¿por qué hay que invertirlo? Y si puedes optimizar instalaciones que ya están construidas, ¿por qué hay que invertir en un complejo con 20.000 localidades si al acabar el evento sólo asistirán 2.000?

 

Tokyo 2020 está recortando su presupuesto. ¿Se están cambiando las prioridades de organización de unos Juegos Olímpicos?

Creo con convicción que las próximas generaciones plantearán de otra manera las candidaturas. De hecho, numerosos comités olímpicos ya han adoptado el modelo que implantamos en la candidatura de Madrid 2020. Perdimos con una estrategia diferente, y que se adaptaba a la realidad económica y social de un país, en un momento en que predominaba la pomposidad y el hacer las instalaciones más grandes. En 2014, un año después de perder, en Mónaco se presentó cómo tenía que ser el futuro de los Juegos Olímpicos y, a día de hoy, el modelo de Madrid es el que se están adoptando en otros países.

 

De cara a 2028 o 2032, ¿Madrid está en la carrera para albergar sus primeros Juegos Olímpicos?

Es un sueño sin realizar. España, por el nivel competitivo y organizativo que tiene, por lo que la sociedad ama y entiende el deporte, debe organizarlo. Con este nuevo modelo que se ha incorporado, no hay ciudad en el mundo que esté más preparada para albergar unos JJOO. Ahora está si el Comité Olímpico Internacional otorga la sede de los Juegos de 2024 y 2028 a la vez. De ser así, Madrid tendría que esperar 2032. Pero, sinceramente, no me importa cuándo sea. Lo importante es que el sueño olímpico no muera.