Entorno

Baleares: un modelo enfocado al retorno del turismo y del deporte profesional

La comunidad autónoma destaca por su oferta de turismo deportivo, que capta deportes marítimos y de montaña y, sobre todo, por la ingente cantidad de atletas que han surgido en sus islas, como Jorge Lorenzo, Rafa Nadal, Rudy Fernández y Enric Mas, entre otros.

Álvaro Carretero

1 abr 2019 - 04:56

La comunidad autónoma destaca por su oferta de turismo deportivo, que capta deportes marítimos y de montaña y, sobre todo, por la ingente cantidad de atletas que han surgido en sus islas, como Jorge Lorenzo, Rafa Nadal, Rudy Fernández y Enric Mas, entre otros.

 

 

Baleares respira deporte. La comunidad no sólo es uno de los principales destinos del turismo deportivo en España, sino que ha apostado por priorizar el desarrollo del deporte base en los últimos años. En sus islas se han formado algunos de los atletas de mayor renombre, como Rafa Nadal, Jorge Lorenzo, Sergio Llull, Rudy Fernández, Mario Mola, Alba Torrens y jóvenes promesas como Enric Mas y Patricia Guijarro, entre otros. Su desarrollo se explica por la presencia del centro de tecnificación insular, donde se han concentrado la mayoría de esfuerzos de una región que no está en el top ten nacional en ninguna de las disciplinas. Así se desprende del tercer capítulo de la serie que iniciada por Palco23 para analizar la salud del deporte en cada comunidad autónoma.

 

A falta de una base de practicantes que genere un mayor impacto en la industria del deporte, Baleares ha fiado su desarrollo al turismo deportivo y al retorno que obtiene de sus atletas profesionales. Por un lado, la región ha apostado por acoger eventos outdoor, con pruebas como el Ironman, la Challenge y la Copa del Rey Mapfre de vela, las tres celebradas en Mallorca. Esta última dejó un impacto económico de 17,5 millones de euros en la ciudad en 2018, según un estudio de la Universitat de les Illes Balears (UIB).

 

Por otro lado, aunque Baleares no cuenta con la presencia de las grandes ligas nacionales ni es la comunidad con más eventos deportivos de relevancia internacional, ha encontrado en Rafa Nadal uno de sus pilares para impulsar el deporte. El tenista ha llevado a cabo diferentes proyectos a través del centro de tecnificación y su academia, que ha doblado su tamaño con una inversión de diez millones de euros para abrirse al turismo deportivo.

 

 

 

 

Sin embargo, pese al crecimiento de este tipo de eventos, el tráfico de turistas deportivos internacionales cayó en las islas mediterráneas un 12% durante los últimos doce meses, hasta 1,8 millones de visitantes. El practicante extranjero estuvo un día menos en las islas (8 días de media) y, aunque el gasto medio aumentó hasta 1.152 euros por persona, el gasto total disminuyó un 10%, hasta 2.170 millones de euros, según los últimos datos del Instituto Nacional de Estadística (INE).

 

Esta caída puede guardar relación con la estrategia del Gobierno insular de combatir la masificación turística para preservar los parajes naturales de la región. La Administración ha priorizado fomentar esta actividad durante la temporada baja y media para “encontrar el equilibrio entre la sostenibilidad y el turismo, porque cualquier práctica deportiva tiene un impacto ambiental”, argumenta Carles Gonyalons, director general de deporte y juventud de Baleares.

 

Los Presupuestos Generales del Consell Balear han experimentado una subida constante durante los últimos cinco años, de la cual se ha beneficiado la cartera de deporte, que se encuadra junto a la Consejería de Cultura y Participación. En concreto, la región destinará al deporte un total de 22,5 millones de euros en 2019, aunque apenas representa un 0,4% del presupuesto total aprobado para este año.

 

 

 

 

El impacto del deporte en el territorio balear no alcanza ni el 1% del Producto Interior Bruto (PIB), que ha encontrado en el turismo a su principal motor económico, ya que aporta casi la mitad del total. No obstante, el PIB balear se sitúa por encima de la media de España y de la zona euro, según las previsiones de la dirección general de ocupación y economía y del informe del BBVA.

 

De hecho, la inversión pública tampoco ha sido de las más relevantes a nivel nacional. Según los datos facilitados por la patronal de la construcción Seopan, en la región se sacaron a concurso contratos para construir o remodelar centros deportivos municipales por valor de 19,52 millones de euros, el 2.2% de toda España, que corresponde casi en su totalidad a las administraciones locales, que son las encargadas de gestionar las instalaciones deportivas municipales.

 

Las peculiaridades de este territorio han condicionado tanto el gasto público como el de las compañías privadas. La comunidad ha apostado tradicionalmente por un modelo centralizado en el que Mallorca es su centro neurálgico, pero entre los planes de futuro del deporte balear se encuentra alcanzar un mayor equilibrio entre el resto de islas.  

 

 

 

 

En el caso del sector privado, pese a haber acelerado sus inversiones durante los últimos años, tampoco ha encontrado en Baleares un enclave prioritario. McFit eligió Mallorca para entrar en España con su primer gimnasio lowcost hace diez años y abrió camino para que otros operadores de fitness como Grupo Duet, Viva Gym y Anytime Fitness hayan inaugurado nuevos centros. Sin embargo, todos ellos se concentran en la capital insular y ninguno tiene previsión de expandirse por el resto de la comunidad.

 

Pese a todas estas peculiaridades intrínsecas de la región, Baleares es la tercera comunidad en gasto deportivo, con una media de 167,47 euros por persona en 2017, sólo por detrás de Navarra y Cantabria, según los últimos datos disponibles. Entre las razones que explican esta cifra está el PIB per cápita de la región, de 26.287 euros, el sexto a nivel nacional, y la presencia de deportes que implican un mayor desembolso económico, como los náuticos y el golf.

 

Otro de los motivos que explica este mayor gasto es su demografía, ya que Baleares es la comunidad que más población ganó en 2018, según los datos del Padrón Continuo de Población. Para 2030 se espera que su tasa poblacional continúe aumentando y rebase el millón y medio de personas, beneficiada por el desarrollo de la industria turística, que representa casi la mitad del PIB de la región, el más alto de toda España.

 

Sin embargo, este sector aún está ligado a la estacionalidad y no se reparte de forma homogénea entre sus islas. El 75% de los habitantes se concentran en Mallorca, lo que explica que la mayor parte de la inversión pública y privada vaya a parar a esta provincia y que, además, sea el principal foco donde han surgido los distintos clubes baleares. La cuestión geográfica también tiene una repercusión directa en la aparición de equipos y federaciones en el territorio balear, el decimotercero a nivel nacional tanto en número de clubes (1.534) como en licencias federativas (98.357).

 

 

 

 

Los viajes entre islas han de producirse en barco o en avión, una gestión logística que requiere de un mayor despliegue económico a la hora de organizar competiciones en la comunidad, tanto para las instituciones como para los deportistas. En 2019, la Administración ha previsto una inversión de 1,5 millones de euros en ayudas en este tipo de movilidad.

 

De hecho, Baleares no cuenta con ningún club que ejerza de palanca para potenciar el deporte, como sucede en otras comunidades. El fútbol, que es la modalidad con mayor número de practicantes con 27.642, sólo cuenta en la élite con el RCD Mallorca, que compite en LaLiga 1|2|3, aparte del Palma Futsal, que juega en la Lnfs; en Ibiza también hay un proyecto de relanzamiento del club de la mano de Amadeo Salvo, antiguo presidente del Valencia FC. Esta tendencia se prolonga al resto de deportes, como el baloncesto, que ocupa el segundo lugar con 8.648 licencias en Baleares, donde el Bahía San Agustín, en LEB Oro, es el club más relevante.

 

Para compensar la falta de un motor que impulse la actividad física en el territorio insular, la comunidad ha apostado por impulsar su centro de tecnificación, de donde han salido la mayoría de sus deportistas de élite. No obstante, la diferencia entre el deporte de élite y el de base no es tan grande, y el reto en Baleares es que uno alimente al otro para generar un retorno mutuo más allá de la industria del turismo deportivo.