Villar, el gran perdedor de la batalla audiovisual

Este fin de semana se han producido multitud de felicitaciones entre los clubes, La Liga, el Consejo Superior de Deportes (CSD) y los deportistas profesionales. La venta centralizada de derechos de televisión augura un nuevo panorama económico mucho mejor que el actual, pero las duras negociaciones que ha exigido dejan un perdedor: Ángel María Villar. El presidente de la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) no ha logrado ninguno de sus objetivos, y el organismo ha guardado un silencio sepulcral desde el viernes.

Villar ha retrasado la aprobación del decreto con exigencias inasumibles por el resto de las partes e incluso logró poner a todo el fútbol aficionado en contra del Gobierno. El dirigente exigía que la titularidad de los derechos audiovisuales recayera en la Rfef amparándose en los estatutos de la Fifa, participar en la gestión de los ingresos y que el organismo que encabeza recibiera un 5% de todos los recursos que obtenga el fútbol español por sus derechos de televisión. Sin éxito.

El Real Decreto Ley aprobado el jueves en Consejo de Ministros concede a la Rfef sólo un 1% de todos los ingresos. Eso sí, Villar podrá optar a un 1% adicional o diez millones de euros si a cambio cede a la LFP la comercialización de la Copa del Rey para que pueda venderse forma conjunta con La Liga. Este importe triplica los 3,8 millones que actualmente ya paga la patronal a la federación por la cesión de estos derechos. Como hasta ahora, el organismo que representa al fútbol aficionado retendría la venta de la retransmisión de la final de este torneo y de la Supercopa de España.

En total, Villar se aseguraría unos 20 millones de euros anuales, que se verían complementados con una parte de los ingresos de La Quiniela si finalmente sella la paz con el CSD y acepta las auditorías de cuentas y dotar de mayor transparencia al organismo federativo.