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Turismo y visibilidad: por qué los países quieren su Mundial de fútbol

Proyectar la marca al exterior y generar impacto económico a través del turismo son dos de los motivos por los que los países presentan candidatura para albergar una cita.

Patricia López

5 jun 2018 - 04:56

El turismo deportivo y el empleo generado son los dos principales motivos por los que los países quieren celebrar u Mundial

 

 

El Mundial de Fútbol es, junto a los Juegos Olímpicos, el mayor espectáculo deportivo del mundo. Es un escaparate al mundo tanto por los extranjeros que planean visitar Rusia durante la cita, como por el visibilidad que ganará el país. “Creemos que 1,5 millones de personas nos visitarán para seguir el Mundial”, explica Oleg Safonov, director de la Agencia Federal de Turismo de Rusia.

 

Por el momento se han vendido más de 2,5 millones de entradas, y el 54% de ellas han sido adquiridas por aficionados extranjeros  que viajarán al país, con Estados Unidos, Brasil, China, Colombia y Alemania a la cabeza. El 45% restante de las entradas corresponden a los seguidores del país, que se espera que también tengan que desplazarse para acudir a alguna de las once sedes y doce estadios que albergarán alguno de los 64 partidos que se disputarán en total.

 

Medio millón de aficionados han solicitado el carnet de fan, una tarjeta personal emitida gratuitamente a cada aficionado que quiera asistir a los partidos del Mundial, que permite entrar al país sin necesidad de visado y favorece el acceso rápido al estadio. Con el fin de facilitar los desplazamientos de los turistas entre las once sedes, el Gobierno habilitará trenes adicionales y gratuitos para todo aquel que disponga de este carné.

 

 

 

 

Pero, ¿qué impacto impacto económico generará esta cita? El precedente más inmediato es Brasil, cuyo mundial de 2014 generó un impacto que multiplicó por cinco el coste de las inversiones realizadas para albergarlo, según el informe Social and Economic Impacts of the 2014 World Cup. La cifra estimada fue de 142.000 millones de reales (32.617 millones de euros) entre 2010 y 2014, gracias a la creación de empleo, la construcción de equipamientos y los ingresos por turismo deportivo.

 

Sólo el gasto turístico en hoteles y restauración fue de 3.029 millones de reales (695 millones de euros) a través de los cuatro millones de turistas nacionales y extranjeros que se desplazaron durante los treinta días que duró el Mundial de 2014. Aquel año el país logró el récord de turistas con 6,4 millones, según la oficial del Ministerio de Turismo del país, una cifra que se rebasó en 2016 por la celebración de los Juegos Olímpicos.

 

Sandra Carvao, responsable de inteligencia de mercado y competitividad de la Organización Mundial de Turismo (Unwto), asegura que los motivos que llevan a un país a albergar un certamen de estas magnitudes son el aspecto financiero, de desarrollo de recursos humanos y nuevas infraestructuras, pero también de turismo y de proyección de la imagen a nivel internacional. "Lo importante no es el impacto inmediato, sino el legado que deja en el largo plazo, y no sólo tiene que ver con lo económico, sino con aspectos intangibles como la imagen que se proyecta al exterior”.

 

Para Rusia, se prevé que la contribución del turismo al PIB sea de 2.000 millones de dólares (1.714 millones de euros). De hecho, la agencia de calificación de deuda Moody’s fía al turismo el impacto positivo del Mundial. Según un informe que ha emitido, “vemos un impacto económico muy limitado a nivel nacional por la corta duración del Mundial y por el gran tamaño de la economía del país, pero el impulso adicional del turismo beneficiará a sus ingresos”.

 

 

 

 

Esta realidad ha provocado que numerosos países que tradicionalmente no han sido futboleros hayan presentado candidatura para albergar un Mundial. Sin ir más lejos Sudáfrica celebró la edición de 2010 tras imponerse a Marruecos y Egipto, y aunque Brasil ganó el concurso para 2016, Rusia y Qatar celebrarán las dos próximas citas.

 

De cara a 2026, Canadá, Estados Unidos y México han presentado una candidatura conjunta y es la favorita para resultar la vencedora, por delante de Marruecos, que vuelve a aspirar a albergar su mundial. El país del Norte de África ha situado la candidatura en línea con su plan estratégico, que pasa por “doblar el tamaño del sector turístico en un plazo de diez años con el apoyo de inversión pública y privada”, según refleja la oferta enviada a la Fifa.

 

El Mundial de 2022 juega un papel protagonista en el plan estratégico que Qatar ha definido hasta 2026, y que pasa por duplicar los ingresos generados por el turismo hasta 81.200 millones de riales qatarís (19.072 millones de euros). De cumplir las previsiones, el 7,3% del PIB lo generaría esta actividad. Sólo en España, el sector generó 172.900 millones en 2017, un 14,9% del PIB.

 

La organización del Mundial no es la única estrategia que utiliza el país de Oriente Medio para proyectar su marca al exterior en el sector del fútbol. A través de Qatar Airways, compañía aérea controlada por la familia real del emirato, ha sido patrocinador principal del FC Barcelona, y ahora también esponsoriza al Bayern de Múnich, la AS Roma y a la Fifa. En virtud de este acuerdo, la marca, y por ende el país, tendrá visibilidad en todos los torneos que se disputen hasta 2022, por lo que será una de las marcas con mayor presencia en el Mundial de Rusia 2018.

 

En cuanto a Rusia, son varios los economistas que se preguntan por el impacto real que la cita tendrá en el crecimiento económico del país. Según ha declarado el economista jefe del Banco de Desarrollo de Eurasia, Yoraslav Lissovolik, a Reuters, “la pregunta es hasta qué punto Rusia podrá usar las oportunidades brindadas por la Copa del Mundo para aumentar su potencial de crecimiento económico a través de una mejor infraestructura y un mejor reconocimiento mundial”.