Competiciones

Tokio 2020: unos Juegos aplazados un año con restricciones de público y con estrictas reglas sanitarias

Los Juegos Olímpicos que se disputarán en Japón poco tendrán que ver con lo que los aficionados y los propios atletas han vivido hasta ahora, ya que estarán marcados por las consecuencias de la pandemia del coronavirus.

Javier Trullols

25 jun 2021 - 04:53

Tokio 2020: unos Juegos aplazados un año con restricciones de público y con estrictas reglas sanitarias

 

Japón se prepara para los Juegos Olímpicos. Será una cita completamente diferente a la que la candidatura japonesa diseñó para seducir al Comité Olímpico Internacional (COI), en la que la pandemia del coronavirus marcará la celebración del evento, sin público extranjero, con limitaciones de aficionados locales, y estrictas medidas sanitarias que harán que los atletas vivan una experiencia diferente.

 

El 24 de marzo de 2020, Japón y el COI acordaron posponer los Juegos Olímpicos de Tokio 2020 por la pandemia un año, según informó el primer ministro de Japón, Shinzo Abe. Abe aseguró que el COI aceptó la petición de su gobierno de aplazar el evento, asegurando que “propuse posponer un año y el presidente (del COI) Thomas Bach respondió que lo aceptaba”. Apenas seis días después, anunciaron el acuerdo sobre las nuevas fechas para los Juegos Olímpicos de Verano de 2020, que comenzarían el 23 de julio de 2021 con la Ceremonia de Apertura, y concluirían el 8 de agosto con la Ceremonia de Clausura.

 

Empezó entonces una carrera contrarreloj del comité organizador, plagada de obstáculos fruto de las consecuencias de la pandemia, para determinar cómo iban a ser los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Asistencia de público, restricciones, protocolos de seguridad, la obligatoriedad o no de las vacunas se convirtieron en asuntos a la orden del día que la organización ha ido poco a poco concretando.

 

Juegos con público local limitado


El pasado marzo, Tokio 2020 cerró la puerta a los espectadores extranjeros de manera definitiva. La decisión sobre la presencia de público local en las gradas, en cambio, no se ha adoptado hasta el pasado lunes. Tal y como había anticipado la presidenta del comité organizador de Tokio 2020, Seiko Hashimoto, y había propuesto el ministro de Japón a cargo de las medidas contra el coronavirus, se permitirá un máximo de 10.000 espectadores en las competiciones olímpicas.

 

Por otro lado, esta misma semana, el COI y el Gobierno de Japón han llegado a un acuerdo para que durante la celebración del evento deportivo del mes que viene haya un máximo del 50% del aforo en los estadios donde se celebren las competiciones, sin poder sobrepasar los 10.000 espectadores en cada sede olímpica.

 

“En línea con las restricciones del Gobierno para eventos multitudinarios, hemos decidido establecer el límite de espectadores en el 50 % de la capacidad de los estadios, hasta un máximo de 10.000 espectadores”, explicó la presidenta del comité organizador, Seiko Hashimoto, el pasado lunes. Al mismo tiempo, advirtió que si se declarase un nuevo estado de emergencia o se tuvieran que adoptar nuevas medidas de prevención de contagios, “se podrían aplicar restricciones en el número de espectadores, incluyendo la celebración de eventos sin público”.

 

El público extranjero no podrá acudir a los Juegos Olímpicos de Tokio 2020

La presencia de público en las gradas, aunque sea con limitaciones, es un mal menor para Tokio 2020, unos Juegos Olímpicos que iban a requerir de un rescate público de alrededor de 800 millones de dólares (660 millones de euros) si se llevaban a cabo a puerta cerrada.

 

Los atletas, en una burbuja 

 

La incidencia del coronavirus en Japón va a la baja. La cifra de nuevos contagios se sitúa en unos 1.500 nuevos casos diarios. El Gobierno ha diseñado un plan para que los Juegos no aceleren la transmisión del coronavirus en el país, obligando a los atletas y al resto de miembros de la comitiva olímpica a someterse a un estricto protocolo sanitario.

 

Como ha sucedido en destacados eventos deportivos celebrados desde la propagación de la pandemia, los Juegos adoptarán un formato de burbuja, por el que los deportistas y los miembros de los equipos técnicos serán sometidos a estrictos protocolos de testeo, al mismo tiempo que ven restringida su libertad movimientos. Por otro lado, es obligatorio el uso de la mascarilla, y se ha recomendado vacunarse antes de viajar a Japón.

 

La vacuna contra el Covid-19 no es obligatoria sino una “recomendación” para los deportistas que participen en los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Tokio 2020. Para facilitarla, a principios de mayo el COI llegó a un acuerdo con Pfizer para poder vacunar a los deportistas olímpicos, dejando en manos de los Comités Olímpicos Nacionales la tarea de coordinar la distribución con sus respectivos gobiernos, “no sólo para contribuir al entorno seguro de los Juegos, sino también por respeto a los residentes de Japón” según detalló el COI.

 

 

El pasado febrero, el comité organizador desveló una guía para los deportistas, un documento de 33 páginas en el que les anticipaba que “si ya ha participado en unos Juegos, sabemos que esta experiencia será diferente en muchos aspectos”, invitándoles a “limitar tanto como sea posible los contactos con otras personas”.

 

La mascarilla es obligatoria “salvo en los entrenamientos o en competición, cuando coman o duerman, o si están en el exterior y pueden estar a dos metros de los otros”.

 

Los deportistas serán sometidos a controles al menos cada cuatro días. En caso de positivo, no se les permitirá participar en las competiciones. Además, serán sometidos a estrictas reglas sanitarias, cuyo incumplimiento podría acarrear la exclusión de los Juegos, ya que “faltas repetidas o graves a estas reglas pueden llevar a la retirada de su acreditación”.

 

Los deportistas “no deben acudir a los gimnasios, zonas turísticas, comercios, restaurantes o bares”, debiendo limitarse a acudir a “los sitios oficiales de los Juegos y a un número limitado de otros lugares”. Y se limita su estancia en Japón “para reducir el riesgo de infección”, al tiempo que invitan a los residentes en la Villa Olímpica a “evitar formas de contacto físico inútiles”.

 

Por otro lado, los atletas no podrán usar el transporte público si no han sido previamente autorizados. Cuando acudan a alguna de las sedes deportivas se les someterá a un control de temperatura, y en caso de que superen 37,5 grados centígrados dos o más veces se les impedirá el acceso y se les someterá a un test.

 

Tokio levantó el estado de emergencia a un mes de los Juegos


A pocas semanas para la inauguración de los Juegos Olímpicos en Tokio, el Gobierno de Japón empezó a relajar las restricciones a mediados de junio. El pasado 21 de junio levantó el estado de emergencia, aunque mantuvo restricciones en Tokio y otras regiones para evitar un repunte a poco más de un mes para los Juegos Olímpicos.

 

“La presión en el sistema sanitario está mejorando” y desde mayo “se aprecia una continua reducción del número de nuevos contagios en todo Japón”, aseguró el primer ministro, Yoshihide Suga.

 

Los Juegos se realizarán un año después de lo que estaba previsto pese a la opinión contraria expresada por la mayoría de los japoneses y de asociaciones de médicos japoneses, que en primera instancia pidieron su cancelación para luego exigir que se disputen sin público.

De acuerdo a los datos de la Universidad Johns Hopkins, hace una semana Japón sumaba 781.241 contagios por Covid-19 y 14.277 muertes. Además, un total de 27,6 millones de personas habían recibido al menos la primera dosis de la vacuna.