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África, cámaras subjetivas y TV: el plan de la Ligue-1 crecer

La liga francesa de fútbol ha marcado su propia hoja de ruta hasta 2022, tiempo en el que espera crecer un 22,7%.

M.Menchén

26 abr 2017 - 04:55

 

La Ligue-1 es la más pequeña de las cinco grandes ligas europeas de fútbol, pero la competición quiere recortar la actual brecha existente con un plan estratégico que irá hasta 2022. Un lustro en el que la patronal espera que la facturación agregada de los clubes crezca un 22,7%, hasta 2.700 millones de euros. Además, esperan que por entonces sea estructuralmente rentable y, a diferencia de hoy, no haya varios equipos en números rojos.

 

El torneo considera que en el último año se ha producido el punto de inflexión que necesitaba, después de que por primera vez en muchos años el resultado neto acumulado fuera positivo, aunque sólo de tres millones de euros. Ahora, el objetivo es aprovechar ese aparente saneamiento y la llegada de nuevos inversores para hacer más atractiva la competición, a partir de cinco ámbitos de actuación.

 

Uno de los puntales de la estrategia es la preservación de su modelo de formación de jóvenes talentos, que esperan que pase de generar unos ingresos por plusvalías en traspasos de los 400 millones de 2016-2017 a 500 millones de euros en 2021-2022. Para ello, permitirán alargar de tres a cinco años la duración máxima de los primeros contratos profesionales, de forma que se puedan evitar fugas antes de lo previsto. También se relajarán los límites de contratación de jugadores extracomunitarios

 

“Hay que maximizar los ingresos para reinvertir en el producto y en los recursos del club”, explica la patronal, sobre mejorar las capacidades para generar nuevas estrellas, pero también para abrir nuevas fuentes de ingresos comerciales.

 

Basándose en algunas de las iniciativas de estas dos competiciones, la Ligue-1 quiere proponer a los clubes que se centralice la explotación de determinados activos y se busquen sinergias entre los clubes para optimizar costes y compartir información, por ejemplo, a la hora de gestionar las bases de datos en entornos digitales y disponer de herramientas de ticketing.

 

 

La idea es mejorar la experiencia del aficionado, para lo que se animará a los equipos a invertir en sus estadios, ya de por sí actualizados gracias a las inversiones realizadas para la Uefa Euro 2016. Sólo así podrá cumplirse el siguiente reto: “desarrollar las relaciones con las grandes compañías”, según se expone en el plan estratégico. En este apartado, aunque sin entrar en detalle, hablan de merchandising, la venta de los naming rights de determinados activos y la penetración en el segmento de los eSports. También aspiran a ganar credibilidad con estas multinacionales y con potenciales inversores, de manera que se reforzarán las competencias de control económico.

 

Por otro lado, la LFP considera que el negocio audiovisual crecerá de por sí gracias a la tendencia alcista de este negocio, convirtiéndose en el motor de un negocio ordinario que, si se cumplen sus perspectivas, pasará de 1.800 millones esta campaña a 2.200 millones de euros en cinco años. Para ello, también se plantean usar cámaras subjetivas incorporadas en las camisetas. Ahora bien, para eso buscarán tanto un crecimiento a nivel interno como una expansión internacional hoy inexistente, con la Premier League y La Liga copando los principales mercados.

 

En el extranjero, el fútbol francés ve grandes posibilidades en África, donde existen importantes vínculos por el pasado colonial de muchos países. La patronal prevé emular a La Liga y contar con su propia cartera de exfutbolistas que ejerzan como embajadores, además de introducir modificaciones en los horarios para fijar un carrusel de partidos desde las 13:00 horas hasta las 19:00 horas. En una propuesta más discutible, también se incentivará a los clubes para que contraten a las estrellas locales de algunos países.