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Los ultramaratones, la última palanca de crecimiento del ‘running’ que capta a 600.000 corredores

Las carreras de resistencia y larga distancia muestran una tendencia al alza que contrasta con las pruebas de 42 kilómetros y media distancia, que acumulan tres años de caída en el número de participantes.

Álvaro Carretero

11 sep 2020 - 04:53

Los ultramaratones, la última palanca de crecimiento del ‘running’ que capta a 600.000 corredores

 

 

Durante las últimas décadas, el running se ha convertido en uno de los deportes con más penetración social, especialmente tras la crisis económica de 2008. Sin embargo, a medida que ganaba en popularidad y cualquier corredor medio estaba en disposición de finalizar un maratón, otros corredores empezaban a virar hacia otro tipo de pruebas de resistencia, como los ultramaratones, los Ironman o los triatlones, motores de la participación en pleno descenso de la venta de rosales para el resto de pruebas.

 

La participación en carreras de larga distancia, de más de 42 kilómetros, congregó a 611.100 runners en 2018, según el último informe elaborado por RunRepeat y la Federación Internacional de Ultrarunners (IAU, por sus siglas en inglés). Son seis veces más participantes que hace una década y, a diferencia de los maratones y medios maratones, que acumulan tres años consecutivos de caída en el número de corredores, los ultramaratones aún están lejos de encontrar su techo.

 

El auge en la demanda por este tipo de carreras ha conllevado una gran diversidad de gestoras, como Ironman, vendida por Wanda Sports a Advance por 730 millones de dólares o Tough Mudder, comprada por Spartan Race también este año, entre muchas otras. Según el citado estudio, en 1996 sólo un 14% de los corredores participaba en este tipo de eventos, mientras que actualmente lo hace más del 40% de los runners.

 

 

 

 

Este perfil de atletas, además, está más fidelizado que el participante medio de los maratones y medios maratones. El 25% de ellos realiza un mínimo de dos pruebas al año y un 9,5% compite en más de tres eventos anuales, y la representación femenina ha pasado de ser apenas un 14% antes del siglo XXI a superar el 23% en 2018.

 

De hecho, según los últimos datos disponibles, cuanto mayor es la distancia, menor es la diferencia por género en los tiempos. Por ejemplo, en las pruebas de cinco kilómetros los hombres corren un 18% más rápido que las mujeres, mientras que en un maratón la distancia se reduce al 11%. En un ultramaratón de 160 kilómetros, el crono sólo baja un 0,6% entre unos y otras.

 

Aun así, este efecto también se debe a la popularización de este tipo de carreras. Al igual que sucedió en su día con los maratones, cuanto más popular es la disciplina, más se abre a diferentes perfiles de participantes. Anteriormente, finalizar los 42 kilómetros en Londres o Nueva York era al running amateur lo que alcanzar los Juegos Olímpicos para un profesional. Hoy ese logro ha perdido dicha consideración deportiva y están centrado en cuestiones ligadas a la salud, la psicología y la sociedad.

 

Así lo indicaba el último informe elaborado por RunRepeat y World Athletics, en el que se señalaba que los maratones aún no habían sabido capitalizar este movimiento de forma adecuada. De hecho, advertía el estudio, “la masificación y que hoy día están al alcance de cualquiera ha impulsado los ultramaratones, el trail running y otras pruebas, que gozan de su mejor estado de salud”.

 

 

 

 

Las carreras de resistencia, obstáculos y larga distancia han abierto nuevos desafíos y, además, permiten una mayor innovación en sus recorridos para atraer a los corredores y plantear más retos. El maratón, en cambio, está ligado a la experiencia que cada organización impulse y al componente de peregrinaje a cada ciudad, pero apenas ha cambiado desde su concepción en el formato en que se disputa.

 

Según los datos del informe, que cubre el 85% de las carreras de larga distancia en todas sus modalidades, “los atletas más dedicados buscan cada vez desafíos mayores, especialmente a medida que el running gana en popularidad en nuevos países y se considera más mainstream que deporte extremo”. Desde 2001 el ratio de crecimiento de los ultramaratones supera al del resto de pruebas atléticas.

 

La participación en carreras por encima de 80 kilómetros se ha multiplicado por 33 desde que se empezaron a recopilar datos, en 1996, hasta rozar los 200.000 corredores, equivalentes a un 28% del total. Eso sí, el grueso de la participación aún se concentra en las pruebas de menor kilometraje, que son las que aún generan el mayor volumen de un negocio de 4.000 millones de euros, un 30,6% más que hace cinco años.

 

El país que cuenta con un mayor número de participantes en ultramaratones es Francia, con un 12,4% de sus corredores totales, seguido de Estados Unidos, con un 12,1% sobre el total. España, por su parte, se sitúa en top-10 mundial, aunque la cuota de inscripción a este tipo de carreras es de apenas el 2,2%.