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Especial 2021: Un año para volver

Los maratones vuelven a correr con menos atletas y aún sin pleno en el calendario

Los corredores se calzaron las zapatillas y volvieron a competir, pero entre pruebas PCR, vacunas y mascarillas. En España, el Maratón de Barcelona tuvo 15.000 inscritos, mientras que el Maratón de Valencia tuvo 16.000 inscritos.

Los maratones vuelven a correr con menos atletas y aún sin pleno en el calendario
Los maratones vuelven a correr con menos atletas y aún sin pleno en el calendario
Generalmente, las carreras que han aguantado han sido aquellas que contaban con una estructura empresarial detrás, una administración o un mecenas

M.L.E.

30 dic 2021 - 05:00

Especial 2021: un año para volver

 

Volvieron los maratones. Con mucho sudor, pero al final, y tras varias reprogramaciones, se pudo competir. En 2021, varios maratones y carreras populares se debieron reprogramar a después del verano. En otoño, los participantes en las carreras se contaron por decenas de miles. Sin embargo, en otoño, los organizadores encontraron un calendario apretado que provocó mucha competencia en el negocio de las carreras populares, tanto a escala nacional como internacional.

 

Según el calendario oficial de la Real Federación Española de Atletismo (Rfea), en 2021 estaban agendadas 66 pruebas de ruta, incluyendo los campeonatos nacionales de la modalidad y otras carreras que se disputan en el mismo circuito y recorrido, pero con distancias diferentes. Entre estas pruebas han figurado algunas tan emblemáticas como los maratones y medio maratones de Barcelona y San Sebastián, organizados por RPM-Mktg, Logroño o Bilbao, además de la emblemática San Silvestre.

 

Este contexto fue bastante más positivo que el del año del Covid-19, cuando estaban previstas un total de 83 carreras, pero finalmente sólo se pudieron celebrar 28 pruebas en el país. Antes de que el Gobierno decretase el primer estado de alarma, en marzo de 2020, se habían celebrado veinte carreras en el país.

 

 

Posteriormente, se desarrollaron sólo ocho carreras bajo el paraguas de la Rfea, aunque en algunas sólo pudieron participar corredores profesionales, como fue el caso del Maratón de Valencia o los diez kilómetros de Alcobendas. En 2021, la tendencia siguió a la baja, y finalmente, la normalidad volvió en los dos últimos meses del año.

 

En noviembre, con 15.000 inscritos, el Maratón de Barcelona se convirtió en la carrera popular española con más corredores desde el inicio de la pandemia. Casi la mitad de los atletas que participaron en el evento provinieron del extranjero, de países tan diversos como Singapur, Colombia o Sudáfrica.

 

El evento, que fue suspendido el año anterior debido a la pandemia del coronavirus, volvió a escena con más de 2.000 voluntarios. En octubre, la carrera anunció que, igual que en el resto de grandes maratones europeos, en Barcelona se exigiría la pauta completa de vacunación o una PCR negativa a todos los corredores. Posteriormente, la organización dio marcha atrás y no obligó a los competidores a presentar los certificados correspondientes para tomar la salida.

 

Aun así, tal y como ocurrió, por ejemplo, en el Maratón de Nueva York, todos los corredores inscritos en la prueba debieron llevar la mascarilla puesta tanto en el momento de la salida como en la llegada a meta, pero no durante la disputa de la competición.

 

Juan Roig catapulta el Maratón de Valencia

Posteriormente, la carrera que rompió todas las previsiones fue el Maratón de Valencia, con 16.000 inscritos. En este caso, la competición resistió gracias a la Fundación Trinidad Alfonso, presidida por el fundador de Mercadona, Juan Roig, que aportó la mitad del presupuesto de la competición de categoría platino que se celebró el pasado 5 de diciembre. En total, el presupuesto de la carrera fue de 4,9 millones de euros. El año anterior, la fundación aportó 4,6 millones de euros de los 5,3 millones de euros presupuestados, ya que se disputó sin público popular.

 

La competición, organizada por la SD Correcaminos y el Ayuntamiento de Valèecia, entidad que también gestiona el Medio Maratón de Valencia, contó con un 43% menos de inscritos que antes de la pandemia. Alrededor de 15.000 corredores fueron deportistas que ya tenían la inscripción pagada para 2020, ya que la organización, que devolvió el dinero a 13.000 inscritos, dio la opción de mantener la inscripción.

 

 

Por otro lado, la competición contó con 2.000 corredores que no estaban inscritos y que sustituyeron a los que se iban dando de baja tras formar parte de una lista de espera. Asimismo, la carrera contó con 300 corredores de élite. En este contexto, la aportación de los corredores populares supuso un 33% del presupuesto, alrededor de 1,6 millones de euros. El Ayuntamiento de Valencia aportó 100.000 euros.

 

El resto de los ingresos provinieron de otros patrocinios, entre ellos el de New Balance, que se convirtió en patrocinador técnico de la prueba, igual que hizo con el Maratón de Londres y el de Nueva York. Pese a esto, no todo fue un camino de rosas y, a causa de la pandemia, la organización optó por reducir la feria paralela al evento, por lo que sólo hubo los stands de los patrocinadores y otro para la entrega de dorsales en la Ciudad de las Artes y las Ciencias. De hecho, ni siquiera el Correcaminos tuvo stand.

 

Motorpress se adjudica Sevilla

La prueba que sí cayó del calendario fue el Maratón de Sevilla, que se adjudicó Motorpress Ibérica al ganarle la batalla a RPM, pero lo suspendió para esta edición alegando que las fechas que se les ofrecían para celebrar la prueba pondrían en peligro su viabilidad económica y los reconocimientos internacionales que ha venido cosechando en las anteriores ediciones. 

 

En este contexto, tras la pandemia, las carreras estaban obligadas a reinventarse, puesto que se tuvieron que centrar en cuidar todos los protocolos y aún están obligadas a controlar el límite de participantes, en muchos casos establecidos por las propias restricciones de las comunidades autónomas donde se celebran.

 

Otro de los escenarios en los que se ha trabajado en los últimos meses entre las organizaciones es dar prioridad o facilidades a todos los corredores que tengan su pauta de vacunación completa. Por otro lado, la no disputa de las carreras ha implicado que muchas pruebas perdieran a sus patrocinadores y, por lo tanto, tras el Covid-19, algunas no han podido regresar al calendario nacional.

 

Generalmente, las carreras que han aguantado han sido aquellas que contaban con una estructura empresarial detrás, una administración o un mecenas; mientras que todas aquellas que formaban parte de un club de atletismo amateur lo han tenido más complicado. Asimismo, muchas pruebas también consideraron que no les salía rentable su celebración con un grupo pequeño de corredores, ya que los costes se mantenán con menos ingresos.

 

Los ‘Majors’ resisten parcialmente

A escala internacional, a finales de septiembre se disputó el Maratón de Berlín con la participación de 25.000 corredores, lo que supuso más de un 40% de su capacidad habitual, que ronda en torno a 62.000 participantes. Los organizadores de la maratón alemana aseguraron que el 90% de los participantes contaron con al menos una dosis de la vacuna, mientras que el resto de los corredores debieron someterse a un test PCR 48 horas antes del inicio de la prueba.

 

No tuvo la misma suerte el Maratón de Tokio, que canceló su cita para el 17 de octubre y la aplazó al 6 de marzo de 2022, su fecha habitual. Por su parte, el Maratón de Chicago contó con más de 35.000 corredores, entre los que se encontraban los atletas de élite. Para competir, todos los participantes debían proporcionar un comprobante de vacunación contra el Covid-19 o una prueba negativa.

 

 

El Maratón de Londres 2021, que se disputó también en octubre, llenó las calles de la capital británica como antes lo hacía cada último domingo de abril. Después de que en 2020 fuera el único Major en celebrarse, aunque en versión reducida sólo para la élite, en 2021 más de 40.000 personas corrieron la histórica. Por su parte, el Maratón de Boston, que también se concentró en octubre, redujo sus plazas a 20.000 inscritos, lejos de los más de 30.000 atletas de la última edición pre-Covid.

 

Finalmente, el Maratón de Nueva York, que se celebró en noviembre, contó con 33.000 inscritos. El evento neoyorquino, que en condiciones habituales congrega a más de 50.000 atletas, se celebró con mayor seguridad para los participantes. Se siguió un estricto protocolo sanitario diseñado para la ocasión, basado en la distancia social, la eliminación de puntos de contacto o protocolos mejorados de salud y seguridad, así como pruebas PCR y rastreo.

 

Además, en este caso, los corredores registrados para la carrera de 2020 pudieron optar por recibir el reembolso completo del importe de la inscripción en la carrera o garantizarse la participación gratuita en las sucesivas ediciones del maratón de la ciudad de Nueva York de 2021, 2022 o 2023. P