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Los clubes someten a examen a la ACB con una auditoría antes de elegir presidente

La organización de la máxima categoría de baloncesto en España está revisando todas las funciones de sus empleados con el objetivo de sacar una fotografía de la entidad y ser más eficientes. A ello se une la negociación con Movistar, aunque hasta marzo no habrá ningún primer ejecutivo.

Guillermo G. Recio

16 ene 2018 - 05:00

Aumentar el reparto entre los clubes de ACB sería un elemento adicional para contentar a los equipos que priorizan la Euroliga

 

 

El control de una sociedad propiedad de 18 equipos no es fácil, y más cuando hay distintos intereses que intentan tensar la cuerda más de la cuenta. Sin embargo, hay una cuestión en la que todos los clubes de la ACB están de acuerdo: el reparto de ingresos debería ser mayor. Bajo esa premisa, y aprovechando la salida anticipada de Francisco Roca de la entidad, los equipos han encargado una auditoría para analizar al detalle el funcionamiento de la patronal.

 

Más allá de conocer al detalle las cuentas de 2016-2017, que ya se aprobaron en la última asamblea, los clubes de la máxima categoría del baloncesto español quieren saber cómo se estructura la ACB para poder exprimir al máximo los recursos que ésta da. “Los clubes quieren recibir más dinero del reparto, ya que más del 50% se queda por el camino”, señalan fuentes de la competición. De esta forma, la pregunta que se realizan los directivos es: ¿Por qué sólo se reparten diez millones cuando se ingresan treinta millones de euros?

 

Los clubes son conscientes de que para mantener una organización de primer nivel debe haber una inversión significativa, pero con la mayoría de entidades en pérdidas y con una elevada participación pública en ellas, quieren recoger el máximo de frutos por disputar la liga. Además, sería un elemento adicional para contentar a los equipos que priorizan la Euroliga por su potencial económico. “No tiene sentido que la estructura de la ACB se coma tantos ingresos”, apuntan.

 

 

 

 

La auditoría encargada, que ya lleva siendo uno de los temas regulares a debatir en las asambleas que se celebran mes a mes, se está centrando específicamente en la parte laboral. Es decir, saber si los salarios son demasiado altos; si hay exceso de personal, si hay funciones que no se cubren o se duplican, y si se pueden externalizar más servicios en eventos como la Copa del Rey, por ejemplo.

 

A fecha de 30 de diciembre de 2016, la ACB contaba con 32 personas en plantilla, una cifra similar a la de LaLiga en 2015. Aunque el número de empleados de la liga de baloncesto sigue situándose alrededor de las 30 personas entre las oficinas de Barcelona y Madrid, en la competición de fútbol los asalariados se han disparado hasta más de 100, impulsados por su mejoría en ingresos por televisión, principalmente.

 

Aunque desde la patronal no hay todavía ninguna conclusión que se pueda desvelar, indican que se trata de tener una foto actual para dársela al nuevo presidente, ya que ello servirá como punto de partida para que tome decisiones en una dirección u otra, siempre bajo la supervisión de los equipos.

 

 

 

 

La lista de candidatos está formada actualmente por unos veinte ejecutivos, que está empezando a ser filtrada por los clubes para acotar la terna de aspirantes y que el elegido se vote en las próximas asambleas. Ello implica que los clubes ya den por hecho que hasta finales de marzo o principios de abril no se pueda nombrar todavía un nuevo presidente.

 

Mientras, la responsabilidad de la gestión recae en Esther Queraltó, secretaria general de la ACB, y Gerard Freixa, director financiero y de eventos. A ellos se une la implicación de la comisión delegada de nueve clubes, reunida ya dos veces desde diciembre, creada para encargarse también de estos asuntos mientras se escoge a un nuevo directivo.

 

Una de sus prioridades es renovar su contrato televisivo con Movistar, que representa unos ocho millones de euros anuales, o lo que es lo mismo, un tercio de su negocio. En 2015, en el momento de la firma, se indicó que el importe a percibir podría llegar a ser de 81 millones de euros en total hasta la temporada 2020-2021, de haberse aumentado el patrocinio a los naming rights.