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Los clubes de la ACB amplían sus pérdidas con 73 millones más en la temporada del Covid

Los ingresos se redujeron un 5,5%, hasta 120,4 millones de euros. Los clubes no han logrado entrar en números negros en 21 temporadas.

Palco23

1 jul 2021 - 12:00

Los clubes de la ACB amplían sus pérdidas con 73 millones más en la temporada del Covid

 

 

 

Los clubes de la ACB siguen de rojo. En la temporada 2019-2020 las pérdidas totales de la competición han vuelto a crecer, un 10,2%, hasta 73,3 millones de euros, debido a que los gastos alcanzaron prácticamente el mismo volumen, pero los ingresos se redujeron un 5,5%, hasta 120,4 millones de euros. Los clubes han logrado entrar en números negros en 21 temporadas: en la temporada anterior las pérdidas fueron de 66,5 millones. 

 

En esta disminución hay que tener en cuenta el impacto negativo que ha tenido la crisis sanitaria, que sí ha afectado a los ingresos ordinarios de los clubes, pero no ha tenido reflejo en una contención del gasto, que fue de 193,7 millones de euros, según se desprende del balance de la situación económico-financiera del baloncesto español elaborado por el Consejo Superior de Deportes (CSD).

 

En la temporada 2020-2021, los resultados apuntan a seguir en la misma línea o incluso a empeorar, puesto que la competición no pudo tener público hasta la última jornada de la liga regular. Además, los clubes pidieron ayuda al CSD, por lo que el Gobierno se comprometió a repartir 13 millones de euros entre ACB, Asobal y otros deportes que hayan visto mermados sus ingresos por la ausencia de público en sus estadios y pabellones debido a la crisis sanitaria del coronavirus. En la temporada del Covid-19, no hubo descensos y sólo ascendió Acunsa GBC. Por otro lado, hay que tener en cuenta que los datos de este informe se ven afectados principalmente por Real Madrid y FC Barcelona, que dependen de sus equipos de fútbol, y por el Valencia Basket, que tiene a Juan Roig, quie se encarga de compensar las pérdidas del club año tras años. 

 

En 2019-2020, los ingresos cayeron debido principalmente a la disminución de ingresos ordinarios como los de taquilla y abonados, la partida más afectada por la crisis sanitaria provocada por el Covid-19, y los incluidos en la partida de otros ingresos. Concretamente, los ingresos por taquilla, abonados y competiciones se redujeron un 9% en el ejercicio 2019-2020, hasta 29,6 millones de euros.

 

 

 

 

En este sentido, debe tenerse en cuenta que no pudieron disputarse varias jornadas de la competición debido a la crisis sanitaria y además la fase final tuvo que jugarse sin público. No obstante, el efecto de la pandemia en esta partida, que venía mostrando una trayectoria ascendente en las últimas temporadas, fue dispar, ya que a pesar de que la mitad de los equipos de la competición vieron reducidos los ingresos, la mayor parte de la disminución de estos ingresos se concentró en solo tres clubes, mientras que la mitad restante de equipos no vieron perjudicados sus ingresos en esta partida, al menos en este ejercicio.

 

Al igual que ocurrió en el ejercicio anterior, los ingresos procedentes de los derechos televisivos volvieron a crecer de forma considerable en la temporada 2019-2020, un 28,6%, hasta 12,9 millones de euros, alcanzando nuevamente la cifra más alta de todo el periodo analizado. Asimismo, los ingresos de publicidad y comercialización aumentaron ligeramente, un 1,3%, hasta 52,2 millones de euros. Este incremento se debe principalmente a que los equipos recién ascendidos tuvieron un mayor volumen de ingresos en esta partida que el que tenían los clubes que descendieron, lo que ha compensado la reducción que han tenido algunos de los demás equipos en esta partida.

 

Los ingresos que no se derivan del propio objeto social del club, sino que son complementarios al mismo, tales como los ingresos financieros, subvenciones a la explotación, arrendamiento o indemnizaciones, disminuyeron un 24% respecto a la temporada anterior hasta 18,8 millones.

 

 

 

 

En el ejercicio 2019-2020 los gastos de la competición, de 193,7 millones, se mantuvieron prácticamente al mismo nivel que la temporada pasada, puesto que el incremento que se produjo en los gastos extraordinarios se compensó con una ligera reducción de los gastos ordinarios. Por lo tanto, en estos datos agregados la pandemia no tuvo incidencia en la contención del gasto.

 

El gasto de personal, que es el principal componente del gasto de la competición, aumentó un 6,5% respecto al ejercicio anterior, hasta 135,4 millones. Muchos equipos incrementaron este gasto a pesar de que casi todos ellos o bien firmaron acuerdos de reducción salarial con sus trabajadores o aplicaron un expediente de regulación temporal de empleo (Erte) a sus trabajadores, para intentar compensar con ello las pérdidas de ingresos derivadas de la crisis sanitaria. En esta línea, hay que tener en cuenta que el gasto superior era superior en comparación con la temporada anterior a principio de temporada. 

 

Por otro lado, los gastos por la amortización de los derechos de adquisición de jugadores aumentaron un 4,7%, hasta 6,6 millones. Los otros gastos fueron de 43,1 millones de euros, un 10,6% más que en la temporada anterior, que se corresponden principalmente con los pagos ordinarios como transportes o suministros.

 

 

 

 

El endeudamiento total de la competición aumentó un 9,1% en la temporada 2019-2020, aunque gran parte de este incremento se produjo por el hecho de que los clubes que ascendieron a la competición tenían mayor volumen de endeudamiento en total que los que descendieron de categoría. La deuda total a cierre del ejercicio era de 96,7 millones de euros, con 44,9 millones a corto plazo y 51,8 millones a largo plazo. Lo que más creció es el endeudamiento privado, ya que el endeudamiento público disminuyó en total.

 

Durante el ejercicio la deuda con la Hacienda Pública volvió a disminuir por cuarto año consecutivo hasta alcanzar la cifra más baja del periodo analizado, tras reducirse un 12,8% respecto a la temporada anterior, hasta 21 millones. Esto se debe a que prácticamente todos los clubes de la categoría redujeron su endeudamiento con la Hacienda Pública, salvo tres que incrementaron ligeramente sus deudas corrientes.

 

En el mismo sentido, la deuda con la Seguridad Social aumentó un 23,8%, hasta un millón de euros, respecto a la temporada anterior, debido a que casi todos los equipos de la incrementaron ligeramente sus deudas corrientes con este organismo.

Las deudas con entidades de crédito se redujeron ligeramente, un 3%

 

 

Por otro lado, las deudas con entidades de crédito se redujeron ligeramente, un 3% respecto a la temporada anterior, hasta 19,1 millones de euros, debido fundamentalmente a que los equipos que ascendieron a la competición tenían una menor deuda bancaria en total que los que descendieron, lo que compensó el incremento de estas deudas que se han dado en otros clubes de la categoría durante el ejercicio 2019-2020. Finalmente, las deudas de proveedores, los acreedores comerciales, las deudas con entidades deportivas y las remuneraciones pendientes de pago aumentaron un 8,6%, hasta 43,2 millones de euros.

 

En este contexto, el CSD asegura que “la competición sigue generando, en total y de forma continuada, unas considerables pérdidas”. “Aunque, como en ejercicios anteriores, las pérdidas totales de la competición se concentran fundamentalmente en tres clubes que han acumulado casi el 97% de las mismas y que tienen capacidad para asumir tales pérdidas compensadas con los recursos generados por otras secciones deportivas de los mismos, como por ejemplo la sección de fútbol, o gracias a las aportaciones del accionista mayoritario”, afirma.

 

También recuerda que “el fondo de maniobra, diferencia entre el activo y el pasivo corriente, se ha mantenido prácticamente al mismo nivel que la temporada anterior con una ligera mejoría, puesto que la disminución de las deudas corrientes ha sido algo mayor que la de los créditos corrientes”. “Por tanto, la competición está ligeramente más cerca de lograr un equilibrio financiero, aunque mantiene cierto riesgo de insolvencia ya que continúa siendo un fondo de maniobra negativo”, concluye.