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Ligas en verano y pretemporada exprés: el escenario del baloncesto español post Covid-19

La crisis del coronavirus no sólo ha puesto en jaque la generación de ingresos de las ligas y los clubes de baloncesto, sino que también les obligará a repensar el calendario a futuro y sacrificar ascensos y descensos.

P. López

21 abr 2020 - 04:58

La FEB deberá decidir si habrá ascensos a la ACB, que ha decidido que no descienda ningún equipo

 

 

El baloncesto español navega en un mar de incertidumbre idéntico al que sortean el resto de industrias, con el añadido de que las competiciones están paralizadas, que el crono no deja de correr, y que semana a semana se estrecha el margen para finalizar una temporada. El objetivo de la mayoría de equipos es finalizarla, pues hay en juego millones de euros en contratos audiovisuales y de patrocinio, pero el reto en hacerlo en unos plazos que no comprometan el buen desarrollo de la próxima temporada.

 

La ACB ha aprobado por unanimidad modificar el formato de competición y se ha dado como fecha límite el 31 de mayo para tomar una decisión y el 10 de julio para finalizar el curso. Si para entonces las autoridades sanitarias dan el visto bueno a la celebración de partidos, la Liga Endesa seguirá adelante con una fase de grupos, una semifinal y una final a un partido en la sede única. Si las autoridades no dan el visto bueno, la liga quedará cancelada y desierta.

 

Con todo, hay optimismo, sobre todo después del acuerdo alcanzado entre LaLiga, la Real Federación Española de Fútbol (Rfef) y el Consejo Superior de Deportes (CSD) para la vuelta a los entrenamientos individualizados a mediados de mayo con vistas a que el fútbol profesional regrese a los estadios a principios de junio. Pero, ¿cuál es el escenario en el que juega el baloncesto español?

 

 

 

 

Si bien aún no ha trascendido el calendario, fuentes del sector apuntan a que la fase final de la ACB se disputaría a lo largo de dos semanas, por lo que si sigue los tiempos que maneja el fútbol no entraría en conflicto con el calendario de la Euroliga y la Eurocup, que se han dado hasta finales de julio para finalizar sus respectivas temporadas.

 

“Estamos completamente en contra de alargar la temporada hasta septiembre u octubre, porque eso pondría en peligro la siguiente temporada, sólo incrementaríamos el problema y tendría un gran impacto negativo”, reconoció Jordi Bertomeu, presidente de la Euroliga, la semana pasada.

 

La Fiba, por su parte, sí ha decidido reprogramar sus competiciones de clubes para después de agosto, por lo que podrían solaparse con 2020-2021 y afectar a la composición de las plantillas de sus participantes. Eso sí, las tres competiciones europeas se plantean finalizar los partidos de fase regular y alterar el formato del torneo en el tramo final para que se disputen en una única sede y en formato de final a ocho.

 

Al disputarse torneos en verano, el sindicato de jugadores ha puesto el foco en la seguridad de los jugadores, tanto durante la crisis del Covid-19 como de cara al futuro. “Los jugadores deben contar con sus vacaciones establecidas en el convenio y se debe garantizar una buena pretemporada para evitar lesiones”, explica el presidente del sindicato ABP, Alfonso Reyes, que no ve con buenos ojos una pretemporada exprés.

 

Al periodo de descanso y peligro de solapamiento con la próxima temporada se suman los intereses de los clubes. Si bien en la ACB se ha decidido de manera unánime que no descienda ningún equipo, en LEB Oro varios conjuntos estaban en la batalla por abandonar la segunda categoría y dar el salto a la Liga Endesa. Según ha podido saber este diario, la Federación Española de Baloncesto (FEB) es la que tendrá que tomar cartas en el asunto y decidir si se dan ascensos o no, pues es su competencia. Por el momento, continúan las conversaciones con el CSD y la ACB.

 

 

 

 

Hay dos posibilidades: que no se realicen saltos de categoría, que es la opción más probable, o que la próxima temporada la Liga Endesa cuente con hasta veinte participantes. Fuentes del sector afirman que es improbable que esta situación se dé, sobre todo en un momento en que los clubes que disputan Euroliga han reclamado reducir el número de miembros de la ACB. Los clubes que año a año luchan por la permanencia tampoco ven con buenos ojos esta opción, ya que el calendario estaría más sobrecargado y supondría firmar cuatro descensos en 2020-2021 para reequilibrar la competición.

 

Es una cuestión que ya se intentó abordar durante la época de Francisco Roca al frente de la ACB, y que incluso se pactó con el CSD y la FEB, organizadora de LEB Oro. Sin embargo, no hubo acuerdo y es una de las asignaturas pendientes que algunos clubes apuntan que tiene Antonio Martín, actual presidente, una vez el país inicie la nueva normalidad post Covid-19.

 

Jorge Garbajosa, presidente de la FEB, afirma que desde los despachos se están intentando conciliar los distintos intereses que tienen los clubes de LEB Oro. El punto de acuerdo es que todos desean finalizar la temporada, pero las posibilidades de ascenso y descenso generan discrepancia. El organismo descarta que la temporada pueda finalizar tal y como estaba programada, de modo que la opción de disputar un play-off o una competición por concentración en una única sede gana enteros.

 

Lo que está claro es que las decisiones que se tomen impactarán en LEB Plata y en la ACB, puesto que de no haber ascensos algunas entidades podrían sentirse agraviadas. “Necesitamos respaldo jurídico; con cualquier decisión que se tome fuera de la cancha corremos un serio riesgo porque uno se puede sentir agraviado y eso provocaría demandas judiciales que pueden llevar a la paralización de la competición o a un desequilibrio por estar sobredimensionada”, explicó Garbajosa en Teledeporte.

 

Otra de las prioridades es que el problema se resuelva este año para que no afecte en futuras temporadas y reducir los daños colaterales de cara al futuro. “Si el problema no se acota a este año, en vez de arreglarlo lo haremos más grande”, reconoció. En cuanto a Liga Femenina, la FEB tampoco ha tomado una decisión, pero al igual que en otros torneos, está la posibilidad de que la liga se declare desierta.