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La vela marca su hoja de ruta tras la suspensión de la Barcelona World Race

Distintas competiciones como la Volvo Ocean Race mueven sus fichas para intentar hacer económicamente más sostenible este deporte, con propuestas que van desde una nueva clase de barcos para la cita barcelonesa hasta el traslado de la prueba.

La vela marca su hoja de ruta tras la suspensión de la Barcelona World Race
La vela marca su hoja de ruta tras la suspensión de la Barcelona World Race

Guillermo G. Recio

13 abr 2018 - 04:59

La Barcelona World Race busca cómo encajar su próxima edición, después de haber suspendido la presente campaña

 

 

La suspensión de la próxima edición de la Barcelona World Race ha agitado al mundo de la vela. Su repercusión ha ido más allá de las fronteras marítimas de la capital catalana y ha puesto en relieve la dificultad de encontrar patrocinadores, el principal sustento para este deporte. Ahora, distintas voces de este mundo empiezan a buscar soluciones para poder hacer económicamente más sostenibles las competiciones sin depender del sector público.

 

El motivo de la caída de la Barcelona World Race fue la falta de apoyo político para conseguir que los patrocinadores tuvieran subvenciones fiscales, pero la dificultad de encontrar recursos para competir en esta vuelta al mundo va mucho más allá, empezando por los equipos. Una de las propuestas que más fuerza ha cogido a la hora de replantear esta cita ha sido la de cambiar los barcos por otros más económicos, es decir, pasar de la clase Imoca a la Class40, por ejemplo.

 

Una de las propulsoras de esta iniciativa es Anna Corbella, la primera española en dar la vuelta al mundo a vela sin escalas y sin asistencia. Junto a Guillermo Altadill, su idea es competir con barcos menos costosos para poder hacer viable la participación de los equipos. “Los materiales son más baratos y permite a los navegantes poder competir con un mínimo de 300.000 euros”, mientras que ahora es necesario una inversión mínima de un millón de euros, detalla a este diario.

 

 

 

 

No es una idea nueva, puesto que la propuesta lleva encima de la mesa del Ayuntamiento de Barcelona varios años, pero Corbella considera que ahora sería el momento de analizarla con detenimiento para repensar la viabilidad de la Barcelona World Race. En la regata transatlántica de la Ruta del Ron, que va de Francia a Guadalupe en el Caribe, ya hay más inscritos en la versión de la Class40 que en la clase Imoca, puesto que se puede participar con ambos barcos.

 

Precisamente, esta semana, la junta general anual de la clase Imoca votó a favor de permitir la incorporación de la próxima edición de la Volvo Ocean Race en el calendario de regatas de Imoca, por lo que la competición deberá decidir si finalmente da paso a una nueva categoría en su organización. Esta decisión puede ser favorable a la gestión de equipos de esta clase, que verán posible competir tanto en la Vendeé Globe como en la Volvo Ocean Race con el mismo barco, donde actualmente el presupuesto mínimo ronda los diez millones de euros. Es decir, garantizar más impactos mediáticos a los patrocinadores.

 

Sin embargo, contar con dos competiciones para un mismo barco en un calendario tan concurrido como el de la vela haría que la Barcelona World Race pasase a ser la tercera opción a escoger para los navegantes de Imoca. Corbella explica que actualmente ya es difícil encontrar participación en la regata barcelonesa, “mientras que la Vendeé Globe tiene incluso lista de espera”.

 

 

 

 

Pero la Fundació Navegació Ocenànica de Barcelona (Fnob), propietaria de la Barcelona World Race, considera que “no debería tener lugar en otro formato”, ya que señalan que “no está planeado en absoluto” que se pueda organizar una regata internacional con la Class40. Desde la entidad defienden que ya han aparecido ciudades españolas, portuguesas y croatas para albergar un evento de este tipo, aunque “decidimos no hacerlo, porque es muy difícil organizarlo a los diez meses del evento y porque es una regata que estamos haciendo con Barcelona, con la que tenemos contrato para dos ediciones”, afirma el presidente de Imoca, Antoine Mermod.

 

Más allá del tipo de barco, el consejero delegado de OC Sport, Guillaume Semblat, explica a Paclo23 que “si quieres sobrevivir hay que adaptarse a los nuevos ecosistemas”. “Es muy importante contar con apoyo público, ya que en Europa es muy difícil conseguir financiación. El reconocimiento es más relevante que en otros sitios, como en Asia y Oriente Medio, aunque allí sea más fácil captar recursos”, apunta el ejecutivo, con la experiencia de que destinos turísticos como Omán dan un gran apoyo a las Extreme Sailing Series, competición que organizan.

 

El directivo de OC Sport, que también gestiona La Solitaire du Figaro e iba a ser colaborador de la Barcelona World Race montando el evento de Sidney, opina que “nosotros, las Extreme Sailing Series, la Volvo Ocean Race y otros eventos como la Barcelona World Race nos dirigimos a la misma base de fans, pero somos complementarios”.

 

Uno de los puntos más importantes, según Samblet, es “conseguir patrocinadores de grandes mercados como Estados Unidos y Asia, por lo que tener una exposición internacional es clave para conseguir esta financiación”. No obstante, “muchas cosas pasarán en el mundo de la vela en los próximos años”.