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La realidad de la Premier League: ¿quién tiñe de rojo las cuentas del fútbol inglés?

Pese al lucrativo contrato de televisión de que disponen, Chelsea, Liverpool o Sunderland siguen sin lograr estabilizar sus cuentas por la fuerte inflación salarial y el gasto en fichajes. Siete de los veinte clubes están en pérdidas.

Marc Menchén

8 ago 2017 - 05:00

chelsea liverpool premier league

 

En muchas ocasiones, desde España se observa con cierta envidia la evolución de la Premier League. Estadios llenos, un contrato de televisión al alza y un sistema de reparto de los ingresos muy igualitario. No obstante, a estas virtudes hay que añadir una debilidad: la incapacidad de muchos de sus equipos para utilizar esas fortalezas en pro de la sostenibilidad de sus negocios. Siete de los veinte equipos que participaron en la temporada 2015-2016, la última con datos disponibles, registraron números rojos, según los datos recopilados por Palco23 a través del Registro Mercantil de Reino Unido.

 

En total, la competición británica sufrió unas pérdidas netas agregadas de 114 millones de libras (127 millones de euros), y entre aquellos incapaces de rentabilizar su actividad figuran clubes de todo tipo de tamaño, desde el Chelsea FC o el Liverpool FC, hasta el Aston Villa o el Swansea. Y eso que no se incluye al Manchester City, cuya reestructuración societaria ha permitido centrifugar a la matriz City Football Group algunos gastos administrativos y los costes de su expansión internacional mediante franquicias. Así, los citizen ya acumulan dos años ganando dinero.

 

Los números también serían considerablemente peores si no fuera por la ingeniería contable del Manchester United, que en el primero de los años analizados logró esquivar unas pérdidas millonarias gracias a la activación de créditos fiscales por 155 millones de libras. No obstante, el caso de los Red Devils no es de los más preocupantes, ya que el club ha logrado estabilizar su negocio en los últimos años, con beneficios sostenidos, gracias también a la última refinanciación de deuda, que ha permitido rebajar los costes financieros de 70 millones a menos de 30 millones de libras por temporada.

 

 

El problema para muchos de estos equipos es que sus pérdidas no son una cuestión puntual, como por ejemplo puede haber sucedido en España con el Valencia CF y el impacto extraordinario de la sanción de Bruselas. Sólo Arsenal, Tottenham Hotspur, Newcastle, West Bromwich Albion y Crystal Palace han podido encadenar las últimas cuatro temporadas en positivo, aunque son once los que en el acumulado desde 2012-2013 registran números negros.

 

El Chelsea, que durante años ha estado bajo la lupa de la Uefa por sus desequilibrios presupuestarios, perdió 85,37 millones de libras en 2015-2016. La entidad controlada por Roman Abramovich trató de tranquilizar los ánimos asegurando que 75 millones de libras correspondían a costes extraordinarios, como la rescisión anticipada del contrato con Adidas para firmar con Nike.

 

Entonces, ¿por qué difieren tanto estos datos de los incluidos en el último Deloitte Annual Review Football Finance? El documento de la consultora atribuye un resultado operativo a la Premier de 683 millones de euros, una cifra muy superior a los 397 millones de La Liga o los 284 millones de la Bundesliga, pero ello únicamente se debe a que ese cálculo deja al margen los extraordinarios, como pueden ser indemnizaciones por despido, o lo que en Reino Unido denominan player trading, que equivale al saldo neto de la amortizaciones de los fichajes una vez restadas las plusvalías por traspasos.

 

No es una cuestión menor, ya que si algo ha evidenciado la Premier en los últimos años es su poderío económico a la hora de fichar, tanto a nivel internacional como en el mercado doméstico; por el contrario, es de las competiciones que menos exporta. Según los últimos datos de la Fifa, la liga ha acumulado un déficit comercial de más de 3.000 millones durante los últimos cinco años, en los que básicamente ha invertido casi el doble en comprar talento foráneo respecto a lo que ha logrado vender.

 

 

La ausencia de control económico a priori, clave

Esta circunstancia ha hecho que muchos clubes se encuentren en una situación de fondos propios negativos, por lo que su viabilidad solo está siendo posible gracias a las aportaciones de los actuales accionistas, o de los nuevos que han ido llegando desde China. Un vuelco en el perfil de la propiedad que tampoco acaba de gustar en la patronal, que ha decidido imponer ciertas restricciones en la compraventa de clubes. Incluso el Liverpool, un club más de perfil comprador que vendedor, sufre si no es por salidas como la de Luis Suárez en su día.

 

Por el momento, la organización presidida por Richard Scudamore no tiene un sistema de control económico tan estricto como el de La Liga, algo que se traduce en situaciones como la del Everton FC, que en 2015-2016 disparó sus números rojos tras quedarse fuera de la Europa League y, aun así, aumentar el gasto en salarios. Más grave es el caso del Aston Villa, que tuvo que registrar pérdidas por 80 millones para asumir el deterioro del valor de determinados activos intangibles.

 

Estos datos revelan la problemática a la que se enfrentan muchos clubes en España, con dificultades para poder retener a sus mejores jugadores sin incumplir las normas de control. Cada verano, los clubes de la Liga Santander y la Liga 1|2|3 deben presentar una propuesta de presupuesto ante la patronal que debe ser validado, una supervisión que cada día está más aceptada. Y es que los resultados están ahí: cuatro años consecutivos de beneficios agregados, con un total de 634 millones de euros, sin que la capacidad de competir haya mermado y con mayor disposición a invertir en el futuro.