La NBA podrá rebajar automáticamente los sueldos de los jugadores por el coronavirus

La NBA ya lo tenía previsto. No la pandemia del coronavirus, pero sí cómo actuar en caso de que se produjera una catástrofe que impidiera disputar los partidos como ahora. El convenio colectivo firmado en 2017 incluyó una cláusula que permite a las franquicias dejar de abonar la nómina de los jugadores en casos de “fuerza mayor”. En concreto, se reducirían los pagos en aproximadamente un 0,93% del salario por encuentro no jugado durante el periodo afectado.

El acuerdo define esta situación como aquella que “haga imposible que la NBA cumpla con sus obligaciones bajo este acuerdo, o frustra el propósito subyacente de este acuerdo, o hace que sea económicamente impracticable que la NBA cumpla con sus obligaciones bajo este acuerdo”. 

Más claro: guerras o acciones bélicas, reales o amenazadas; sabotaje, terrorismo o amenazas de estos; explosiones; epidemias; desastres naturales o climáticos, incluidos, entre otros, incendios, inundaciones, sequías, huracanes, tornados, tormentas o terremotos, y cualquier orden o acción gubernamental (civil o militar).

Las partes acordaron que la reducción salarial sólo se aplique en aquellos casos en los que no pueda recuperarse la disputa de estos partidos, ya que sería especialmente en esos momentos en los que las franquicias verían caer sus ingresos por televisión y taquilla. Para asegurar un mínimo de ingresos, el cálculo del salario final de la temporada sería el equivalente a 82 partidos de fase regular, cinco amistosos y 5,6 encuentros de playoff.

Esta cláusula forma parte de un convenio que debía permitir que el importe medio que cobran los jugadores alcanzara los 8,5 millones de dólares (7,9 millones de euros) en la temporada 2017-2018 y los 10 millones de dólares (9,4 millones de euros) en 2020-2021. En total, se situaba la capacidad de gasto de las franquicias en casi 100 millones de dólares anuales.

De momento, la decisión de la NBA ha sido suspender temporalmente la actividad durante un periodo de treinta días, para evaluar a partir de entonces cuál es la viabilidad de continuar con la competición. Ahora, además, todo está sujeto a los pasos que dé la Casa Blanca, después de que decretara el estado de emergencia.