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La NBA exprime la burbuja y se lo juega todo a los 290 millones en televisión

La competición encara la recta final de la temporada más compleja de la historia, en una burbuja en Disney World y sin público.

Adrià Fernández

1 oct 2020 - 04:52

La NBA exprime la burbuja y se lo juega todo a los 290 millones en televisión

 

 

Pistoletazo de salida a las finales de la NBA. La madrugada del 30 de septiembre al 1 de octubre dará inicio el primer partido de las finales de la máxima competición mundial de baloncesto. Los Angeles Lakers, campeones de la Conferencia Oeste, y Miami Heat, de la Conferencia Este, lucharán por el anillo de la NBA más atípica de los últimos años al mejor de cinco partidos. En juego, más de 280 millones de dólares por publicidad, casi la única fuente de ingresos que no ha quedado congelada por la pandemia.

 

El año pasado, las finales de la NBA generaron 288 millones de dólares en publicidad en otros partidos, frente a los 336 millones de dólares de la Super Bowl, por ejemplo. Aunque esta última tiene más audiencia televisiva, la recta final de la competición de baloncesto se extiende durante varios partidos, incrementando el impacto de los anunciantes sobre el público. Columbia Pictures, Youtube TV, Universal Pictures y iPhone fueron los rpincipales anunciantes en 2019.

 

En 2019, las finales de la NBA fueron seguidas, de media, por 14,3 millones de espectadores en la cadena estadounidense ABC, frente a los 17,6 millones de espectadores del año anterior. Este año, el más complejo en la historia de la competición, todos los huevos estarán puestos en esta única cesta: sin público en las gradas, la gran esperanza es el seguimiento que los encuentros finales tengan en el seguimiento televisivo.

 

Un total de 259 partidos se han disputado este año a puerta cerrada. Se calcula que cada uno genera aproximadamente 2,25 millones de dólares. Un total de 575 millones de dólares en pérdidas de ingresos en taquilla y relacionados.

 

 

Solo unos pocos se habrían atrevido a afirmar que esta final se acabaría disputando por la complejidad del acontecimiento. El coronavirus ha tenido una gran incidencia en Estados Unidos: el país acumula más de siete millones de casos y más de 200.000 fallecidos desde el inicio de la pandemia. Estas cifras hacían presagiar el peor de los finales para decidir el campeón de la NBA 2020. Sin embargo, la organización se ha puesto el mono de trabajo y ha sido el ejemplo a seguir a escala mundial de cómo gestionar el aislamiento de los deportistas.

 

Los 22 equipos que han formado parte de la reanudación de la competición se han alojado dentro del complejo de Walt Disney World Resort de Orlando (Florida). Tras la suspensión sine die del campeonato el 11 de marzo, los equipos han estado parados y la incertidumbre se apoderó de todos los afectados. El 5 de junio se hizo oficial la reanudación de la competición, con la aprobación de los representantes de la Asociación Nacional de Jugadores de Baloncesto (Nbpa).

 

Los cerca de mil millones de dólares que habrían supuesto la anulación de la competición, obligaban a buscar una alternativa viable a toda costa. Antes del brote de coronavirus, la NBA proyectaba unos ingresos para la temporada 2019-2020 de alrededor de 8.000 millones de dólares, de los cuales 2.400 millones de dólares procedían de los derechos televisivos.

 

En total, la previsión es que los ingresos desciendan hasta 7.000 millones o 6.000 millones de dólares. La hoja de ruta contemplaba mantener más de 1.500 personas en la llamada burbuja de Orlando. Pese a barajar otras opciones como Las Vegas o Atlantic City, la decisión final se decantó por celebrar las finales en la casa de Mickey Mouse. Los equipos han estado alojados en tres hoteles diferentes dentro de Disney, divididos según sus posiciones en la tabla de cada Conferencia. Los partidos y entrenamientos también han sido divididos en tres pistas distintas dentro del Espn Wide World of Sports Complex: The Arena, HP Field House y el Visa Athletic Center.

 

 

El protocolo sanitario ha sido muy estricto. Todos los jugadores y el staff deportivo han sido sometidos, cada dos días, a un test de coronavirus. Los positivos, como por ejemplo Kevin Durant o Ricky Rubio, han permanecido en cuarentena en el alojamiento de aislamiento hasta no tener más síntomas y haber presentado dos resultados negativos separados por 24 horas. Todo ello, con un permiso de ampliación de la plantilla hasta 17 jugadores.

 

Estas finales estarán también marcadas por el Black Lives Matters, un movimiento que cuenta con un amplio respaldo entre los jugadores, de mayoría afroamericana, y que estuvo a punto de motivar la suspensión de la competición. En junio, varios jugadores contemplaron desmarcarse de la competición en protesta por la muerte a manos de un policía de George Floyd, que motivó una enorme respuesta social en Estados Unidos.

 

Las estratosféricas cifras del fichaje de LeBron por los Lakers

Un factor que puede incrementar la repercusión mediática de este encuentro es que se trata del regreso de Los Angeles Lakers a una final tras diez años. Los Angeles Lakers se han plantado en la final gracias al buen juego de su flamante fichaje: LeBron James. El alero de Ohio, a sus casi 36 años, se ha cargado el equipo a la espalda y está a un paso de certificar el décimo séptimo anillo de la NBA para los Lakers; un hito que no consiguen desde el 2010. La inversión de la familia de Jerry Buss para alcanzar, de nuevo, el título, pasaba por las manos de LeBron. Su fichaje rompió la banca hace dos veranos: 153 millones de dólares en cuatro años. Esta cifra ha sido posible porque, pese a la deriva deportiva, desde el 2013, la franquicia ha pasado de 103 a 3.705 millones de dólares de valor de mercado y de 203 a 411 millones de dólares en ingresos.