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La federación de fútbol americano recorta su presupuesto tras disparar su deuda

La entidad cuenta con un presupuesto para la temporada 2021-2022, un 10% menos que el curso anterior. La federación española  acumula una deuda de 180.000 euros, resultado del Covid-19 y de cuatro años en números rojos. 

La federación de fútbol americano recorta su presupuesto tras disparar su deuda
La federación de fútbol americano recorta su presupuesto tras disparar su deuda
La Fefa conseguirá cerrar el curso en números negros, tras cuatro años de pérdidas.

Miquel López-Egea

14 oct 2021 - 05:00

Placaje a la Fefa. La Federación Española de Fútbol Americano (Fefa) no vive su mejor momento y, pese a que España es el séptimo país del mundo en el que liga estadounidense de fútbol americano (NFL) tiene más audiencia, este resultado se no ha podido traducir en patrocinios. Actualmente, la entidad no cuenta con ningún patrocinador.

 

La Fefa cuenta con un presupuesto de 540.000 euros para la temporada 2021-2022, un 10% menos que en el curso anterior. La entidad tiene una deuda acumulada de 180.000 euros, por lo que tendrá que hacer un plan de viabilidad con el Consejo Superior de Deportes (CSD) de entre tres y cinco años. Pese a este contexto, la entidad conseguirá cerrar el curso en números negros, tras cuatro años de pérdidas.

 

“Tenemos un déficit importante y ahora tenemos que paliar la deuda, espero que en 2022 podamos realizar todos los proyectos que la federación tiene preparados”, explica el presidente de la entidad, José Luis Soler, a Palco23, que asumió el cargo hace nueve meses. “El fútbol americano no es el fútbol o el baloncesto, nos regimos por nuestras propias contribuciones, a excepción de las subvenciones del CSD para las selecciones nacionales que compiten en Europa o en los Mundiales”, comenta el directivo.

 

 

 

 

“Esta temporada conseguiremos que nos cuadre el presupuesto, pero tenemos que negociar con el CSD, que está al tanto de las cuentas; además estamos pendientes de una auditoria”, reconoce el directivo, recordando que las federaciones no pueden recibir subvenciones si tienen deudas y que en 2020 “se dejó de ingresar mucho”. “Había subvenciones para las competiciones internacionales de las selecciones españolas, pero se gastaron en otras cosas y, al no poderlo justificar, se ha tenido que devolver, y, si no se ha podido, ha quedado pendiente”, revela.

 

La entidad, que terminó 2020 con 5.526 federados, apostará por aumentar el canon a los clubes y a las licencias para poder paliar la deuda, puesto que son los únicos ingresos que obtiene la federación. “Nadie tiene una remuneración, excepto la secretaria, y no tenemos ningún patrocinador porque todo proviene de las cuotas; y no está previsto que podamos conseguir ninguno”, sostiene. En el pasado, cuando la entidad contaba con algún espónsor, este aportaba entre 10.000 euros y 20.000 euros.

 

En este contexto, el directivo recuerda que “si no hay ayudas, no hay negocio” y que “la televisión es la que te vende”. “El rugby es el ejemplo, ha tenido promoción y visibilidad”, remarca. “A pesar de no tener recursos hemos seguido ganando adeptos, pero nos gustaría que la élite fuera como la de los demás deportes, si tuviéramos recursos y visibilidad”, subraya.

 

El directivo recuerda que “no hay una difusión como para que una empresa quiera invertir”, pese a que los clubes emiten sus partidos en la Red. “Si no recibimos ayudas, seguiremos siendo minoritarios porque no tenemos una televisión, aunque ahora hay hasta retransmisiones deportivas de petanca”, alerta.

 

Por otro lado, Soler asegura que los nuevos Barcelona Dragons, equipo de Reus del empresario Bart Iaccarino que compite en la Liga Europea de Fútbol Americano (ELF), “sirven para sumar”, pero recuerda que la ELF “es una competición privada de unos empresarios que tiene dinero”. “En Austria o en Polonia, el fútbol americano sí tiene audiencia, pero aquí no, por este motivo la NFL se marchó, porque el negocio no funcionaba”, recuerda.

 

“Para tener un negocio, primero se tiene que invertir, y de momento, nadie está dispuesto a hacerlo”, crítica, recordando que “actualmente el jugador se lo tiene que costear todo”. “O lo haces por amor al deporte o satisfacción o no te compensa, porque cuando alguien se cansa, el negocio se va al traste”, lamenta. “Es posible que algún día, cuando tengamos 50.000 licencias, la situación cambie, aunque, de momento, hay adeptos”, remarca.