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La FEB marca jugada: vuelven los test al deporte amateur

La federación de baloncesto obligará a las jugadoras de Liga Femenina 2 a realizarse pruebas de detección del coronavirus 72 horas antes de cada encuentro. Otras federaciones también están estudiando la incorporación de los test rápidos.

Marc Romero

5 oct 2020 - 04:46

La FEB marca jugada: vuelven los test al deporte amateur

 

 

La realidad le da poco a poco la razón al Consejo Superior de Deportes (CSD). Las federaciones españolas de deportes no profesionales empiezan a incorporar la obligación de realizar los test anti-Covid-19 en un plazo de 72 horas antes de cada encuentro. La primera en hacerlo oficial ha sido la Federación Española de Baloncesto (FEB), quien ya ha notificado a los clubes de Liga Femenina 2 (LF2).

 

El cambió de posicionamiento de las federaciones ha llegado tras la entrada en escena de los test de antígenos, comúnmente llamados test rápidos. El precio facilitado a la federación por parte de la empresa IES Medical es de entre seis y nueve euros por prueba, lejos de los cien euros que suelen costar las PCR. Esto implica reducir drásticamente el coste de la inversión total, lo que ha supuesto un punto de inflexión que ha llevado al cambio de postura de la entidad.

 

A pesar de que el coste se ha reducido sustancialmente, el problema continua siendo el mismo: ¿quién asume el pago de todas las pruebas necesarias? La Liga Femenina 2, la segunda división femenina, cuenta esta temporada con 42 equipos. El número de clubes se ha disparado tras la decisión de la FEB de no descender a ningún conjunto la pasada campaña, pero sí promocionar a aquellos que estaban en la pelea por el ascenso. En total, los equipos bajo la tutela de la FEB son 232, contando categorias como LEB Oro y LEB Plata.

 

 

En un documento entregado a los clubes, al cual ha tenido acceso Palco23, se recoge que en “las tres primeras jornadas la FEB sufragará el coste de los test antígenos”. De hecho, el inicio de la competición, previsto para este fin de semana, se aplazó una semana debido a que el organismo competente no había conseguido todas las pruebas necesarias para poderlas distribuir entre los clubes.

 

Más allá de esta fecha, fuentes de la FEB señalan que el coste de los test deberá ser sufragado por los clubes, los cuales, en la mayoría de los casos, cuentan con presupuestos muy ajustados. Consultados por Palco23, varias entidades señalan la inviabilidad de poder asumir ese coste extra, teniendo en cuenta que la realización de pruebas tampoco asegura el funcionamiento normal de la competición, ya que casi todas las jugadoras de LF2 compaginan la vida laboral con la deportiva.

 

Basados en los precios facilitados por la FEB, el coste total que debería asumir un club durante esta temporada rondaría los 3.000 euros, una cifra que, por escasa que parezca, supone los ingresos totales en una temporada de algunas de las jugadoras de nivel medio-alto de la liga. Por ello, los clubes defienden la necesidad de que sea la FEB quien asuma el coste para toda la campaña, lo que implicaría un desembolso total de unos 700.000 euros.

 

 

“El problema real será no poder acabar la competición antes del 30 de junio y tener que alargar los contratos”, señalan desde un club. De hecho, ya la temporada pasada este mismo problema se puso encima de la mesa en competiciones mucho más profesionalizadas como el fútbol sala, que se tuvo que apresurar en hacer un play-off exprés para salvar el conflicto contractual.

 

Otras federaciones se suman, ahora, a los test

Por otro lado, la Federación Española de Rugby (FER) ha confirmado que ha puesto en marcha un plan de test grupales, el denominado pool testing. Este sistema implicaría recoger muestras de diez jugadores para realizar una única PCR. En el caso de que esta sea positiva se procedería a realizar pruebas PCR a todos los jugadores, según Expansión.

El rugby ya ha practicado estos test grupales a las selecciones de seven, concentrada en Granada, y a la femenina de XV, concentrada en Getxo. Aun así, no se ha especificado quién debería asumir el coste de dichas pruebas, ni cuantas se deberán hacer a lo largo de la temporada.

 

 

Otras federaciones consultadas también reconocen que “el escenario ha cambiado totalmente” con la entrada de estas nuevas pruebas mucho más económicas, aunque siguen viendo complicado que se pueda asumir el coste íntegro o que lo puedan hacer los clubes.

 

El fondo del CSD entra en escena

Este giro de posicionamiento llega después de la guerra que se produjo entre el Consejo Superior de Deportes (CSD), las Federaciones y las comunidades autónomas, que durante semanas negociaron un protocolo unificado para el retorno del deporte no profesional que acabó con el CSD cediendo, pasando de la obligación a la recomendación de realizar pruebas de detección del coronavirus.

 

Desde el organismo público señalan ahora que este nuevo posicionamiento de las federaciones, el Comité Olímpico Español y de la Comunidades Autónomas demuestra que el plan inicial del CSD era el correcto, si bien reconocen que la entrada en escena de los test rápidos ha facilitado el cambio de posturas.

 

Además, desde el CSD mantienen la mano tendida en relación con la creación de un fondo para ayudar a las federaciones a hacer frente el coste de las pruebas.