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La deuda de la Serie A rebasa los 4.000 millones y acumula pérdidas por 1.692 millones

Los problemas de Inter y AC Milan revelan el déficit estructural de la competición, cuyos ingresos empezaron a crecer en 2016-2017 tras cuatro años de estancamiento.

M.Menchén

31 may 2018 - 04:57

La deuda de la Serie A rebasa los 4.000 millones y acumula pérdidas por 1.692 millones

 

 

La Uefa aún no ha decidido si el AC Milan podrá jugar competiciones europeas y la AS Roma y el Inter de Milán están bajo supervisión. Son tres casos puntuales, pero que evidencian los problemas estructurales de una competición (Serie A, Serie B y Lega Pro), que acumula unas pérdidas de 1.692 millones de euros desde 2012-2013 y cuya deuda total se incrementó un 14,1%, hasta 4.009 millones. Eso sí, el último año parecía producirse un punto de inflexión que esperan consolidar con el próximo ciclo audiovisual si se despejan pronto las incógnitas.

 

El fútbol italiano logró reducir a más de la mitad sus números rojos en 2016-2017, si bien aún fueron de 156 millones de euros, según un estudio presentado hoy por la Federación Italiana (Figc). Los ingresos subieron un 17,2%, hasta 3.350 millones de euros, aunque el organismo recuerda que sus equipos “están creciendo a un ritmo más lento que el de otros países europeos”.

 

El principal agujero de este deporte en el país es el equivalente a la Segunda B, que perdió 77 millones de euros en el último ejercicio auditado. El déficit se redujo a 49 millones en el caso de la Serie B y a 30 millones en la Serie A, ya que los altos beneficios de algunos equipos como la Juventus o el SC Nápoles compensaron las importantes pérdidas del resto.

 

 

 

 

La actividad de los clubes mejoró en todos sus apartados, especialmente en cuanto a plusvalías por traspasos de jugadores, que subieron un 71,4% y alcanzaron los 749 millones de euros en 2016-2017. La principal fuente de ingresos continúa siendo la televisión como en el resto de grandes ligas (1.260 millones, un 9,3% más), mientras que la llegada de patrocinadores vinculados a los nuevos accionistas explica el alza comercial del 12,8%, hasta 525 millones. La recaudación por matchday subió un 2,9%, hasta 278 millones, y el resto de ingresos se estabilizaron en 537 millones.

 

Esta estructura de ingresos no está siendo suficiente para sostener los gastos del fútbol profesional transalpino, que hace dos temporadas no permitió la inscripción de tres quipos por incumplir las normas vigentes de control económico. En total, los equipos participantes en las tres categorías destinaron 1.693 millones de euros a salarios (+3,7%) en 2016-2017. Las amortizaciones de inmovilizado y correcciones de valor de activos exigió 696 millones de euros, un 13%, mientras que los gastos financieros se dispararon un 43,9%, hasta 95 millones.

 

“La comparación con los parámetros macroeconómicos italianos muestra que la industria del fútbol ha crecido más rápido que la economía del país en los últimos cinco años: cada año, el valor agregado de la producción ha crecido más que el producto interno bruto italiano”, señala el estudio, en el que también ha participado Pwc.

 

 

 

 

Ello, pese al evidente estancamiento de la asistencia a los estadios, que en la Serie A fue de 21.262 personas por partido (-1,7%), por los 6.503 seguidores de la Serie B (+4,3%) y los 2.312 de la Lega Pro (+8,6%), que sería el equivalente de la Segunda División B. Uno de los retos, según se desprende igualmente del estudio, es la renovación de los estadios, un proceso en el que hoy sólo está inmerso el Roma. En la actualidad, el 95% de las infraestructuras son públicas y la edad media de los recintos es de sesenta años.

 

En general, Italia ha superado el millón de futbolistas federados, repartidos entre 12.795 clubes que controlan 83.142 plantillas entre las distintas categorías por edad. Las regiones de Lombardía y el Veneto son las únicas que superaron los 100.000 jugadores inscritos, con el sueño de que algún día de ahí salgan las próximas estrellas de la Azzurra y puedan volver a disputar un Mundial.