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La deconstrucción de los grandes torneos para salvar un 2020 en rojo

Fútbol, baloncesto, tenis, motor o balonmano han asumido cambios en su formato habitual para minimizar el coste económico de haber parado las competiciones un mínimo de tres meses, con la televisión como gran tabla de salvación.

M. Menchén / P. López

28 abr 2020 - 05:00

La deconstrucción de los grandes torneos para salvar un 2020 en rojo

 

 

Sin público, si hace falta sin sonido, pero que las televisiones puedan entrar. Esa es la tabla de salvación hoy para el deporte de alta competición, que asume que el cumplimiento de los contratos con los operadores audiovisuales marcará la viabilidad económica de los próximos meses. Se da por hecho que no podrá haber público en las gradas durante muchos meses, un roto en términos de ingresos pero que puede dar más flexibilidad en el uso de formatos impensables hace unos meses para poder finalizar todos los torneos a tiempo.

 

La deconstrucción de los sistemas tradicionales de competición está adoptando diversas formas, pues directamente va desde la declaración de año en blanco a un esfuerzo por salvar a las grandes citas en detrimento de las pequeñas. Mientras unos se debaten entre si el deporte es o no industria, los grandes reguladores son los que más empujan para que así sea tras pasar a 2021 citas de envergadura como los Juegos Olímpicos de Tokio o la Uefa Euro. Ahora, la pelota está en los múltiples tejados de los gobiernos de cada país. 

 

Misión ¿imposible? para Uefa: salvar 7.500 millones de ingresos estirando el calendario


Nadie quiere pasar a la historia como el hombre que estaba al frente del fútbol europeo en su mayor debacle de la historia, y tampoco Aleksander Ceferin. El dirigente esloveno logró un gran acuerdo con las ligas nacionales para reformular el calendario y asegurar que las ligas nacionales pueden concluir 2019-2020 sin mayores sobresaltos. ¿El problema? Las buenas intenciones de la confederación y los gestores de los torneos deben afrontar la asimetría en la toma de decisiones del gobierno de cada país, que puede afectar al consenso alcanzado hace unas semanas para evitar que los clubes pierdan aproximadamente 7.500 millones de euros en ingresos.

 

 

 

 

La idea es que los campeonatos domésticos acaben antes de julio, de modo que la Europa League y la Champions League se acaben de disputar en agosto, aprovechando que son muchos menos los equipos implicados en las fases finales de los dos torneos internacionales. Sin embargo, todo está supeditado a que las autoridades sanitarias permitan volver a entrenar al menos a mediados de mayo, para que dé tiempo a realizar una pequeña pretemporada y que se juegue ya el fin de semana del 6-7 de junio.

 

LaLiga confiaba en hacer este fin de semana los primeros tests para asegurarse de que no hay ningún futbolista contagiado, pero finalmente deberá esperar hasta que el Ministerio de Sanidad apruebe el protocolo preparado por el Consejo Superior de Deportes (CSD). “No puedo garantizar que el fútbol reinicie su actividad antes del verano”, se limitó a señalar el ministro del ramo, Salvador Illa. Pese a todo, hay confianza en la patronal en poder cumplir con la petición de Uefa de que se juegue todo antes del 31 de julio.

 

Alemania es el país que aparentemente ha tomado ventaja, pues hace días que empezaron a entrenar y se barajaba el 9 de mayo como primer fin de semana de competición. La Ligue-1 prevé volver a jugar el 17 de junio, mientras que la Serie A ya sabe que el 4 de mayo podrán empezar los entrenamientos individuales y el 18 de mayo en equipo, por lo que también sería a primeros de junio cuando se podría jugar. La Premier League no vislumbra su regreso hasta el 17 de junio, después de haber sido uno de los últimos países en confinar a la población por el coronavirus. En su caso, incluso ha barajado un formato de Mundial en seis estadios de Londres para elevar las garantías sanitarias, asumiendo que se jugará a puerta cerrada.

 

Todos comparten el mismo objetivo de LaLiga, que no es otro que completar todas las jornadas que quedan sin alteraciones. Es la única manera de asegurarse que el dinero de la televisión llega y se limita el coste económico de la crisis a las devoluciones de parte de los abonos, el descenso de recaudación en taquilla y hospitality, o la pérdida de ventas de merchandising.

 

En función de todo esto dependerá el formato definitivo que se elija para resolver la Champions y la Europa League. Aunque no hay nada definitivo, algunos medios han señalado que se baraja una final a ocho en una misma sede, una vez se resuelvan los cuatro partidos de vuelta de octavos de final que no se jugaron. Sólo así podría darse por bueno el sacrificio económico hecho por Fifa y Uefa, por el que la Eurocopa de 2020 se pasa a 2021 y el Mundial de Clubes a 2022 con tal de preservar sus formatos y los compromisos ya adquiridos. 

 

El deporte de la canasta busca fórmulas para acabar la temporada


La NBA es la única de las grandes ligas de baloncesto que no ha anunciado un deadline para decidir si sigue adelante con la competición o no. Sí lo han hecho la Euroliga y la ACB, que han marcado en rojo el 24 y el 31 de mayo para anunciar si reanudan sus respectivas competiciones o no. Eso sí, mientras la liga norteamericana ya planea reabrir los centros de entrenamiento de las franquicias donde sea seguro y aún no habla de cambiar el formato (la Casa Blanca les dejaría volver a jugar en mayo), en Europa no ha quedado más remedio. Tanto Euroliga como ACB han modificado el formato de competición para acabar a tiempo sin problemas.

 

 

 

 

La Euroliga y la Eurocup contemplan que los entrenamientos se reinicien el 12 de junio, de manera que el 4 de julio pueda volver a disputarse la Eurocup, que finalizará como tarde el 17 de julio en una única sede, en la que se medirán los ocho equipos que quedan en liza. La Euroliga lo haría el 26 de ese mes. El calendario de la competición europea contempla disputar los 54 partidos que quedan de fase regular, no disputar play-offs y transformar la Final Four en una fase final con ocho equipos que se enfrentarán a partido único en una única sede.

 

La ACB, por su parte, ha dado por finalizada la fase regular y los doce primeros equipos clasificados disputarán una gran fase final, siempre y cuando las autoridades sanitarias lo permitan. De ser así, se han creado dos grupos de seis equipos, donde se enfrentarán a partido único y los dos primeros de cada grupo accederán a semifinal y posteriormente a la final. En total, se disputarán 33 partidos (entre 5 y 7 por club) en un plazo de dos semanas y una misma ciudad. La medida se aprobó con unanimidad en la ACB y se aprobó suprimir los dos descensos que cada año se certifican. Aún no se ha decidido si habrá ascensos desde LEB Oro.

 

Las ligas norteamericanas buscan alternativas


Al igual que la NBA, la NHL disputa una larga fase regular que arranca en octubre y finaliza en abril, con un total de 82 partidos. La liga de hockey hielo se paralizó el 12 de marzo y, desde entonces, ha estado a la expectativa. El comisionado del torneo, Gary Bettman, ha aclarado que “queremos estar listos para volver tan pronto las autoridades nos den luz verde”.

 

El plan de Bettman incluso plantea la posibilidad de jugar en verano, aunque asegura que “estamos analizando todas las opciones y no hemos descartado ninguna”.  El comisionado ha asegurado que las condiciones climatológicas no serán un impedimento para jugar en verano. De hecho, la NHL tiene franquicias al sur de California, Las Vegas, Dallas e incluso Arizona.

 

En cuanto a la MLB de béisbol, la competición espera alzar el telón esta temporada, y se ha debatido la posibilidad de jugar todos los encuentros en un único estado, Arizona. Sin embargo, en los últimos días ha ganado enteros la posibilidad de concentrar los partidos en cinco, diez o hasta doce estados, una decisión que no podrá tomarse hasta que las autoridades sanitarias lo autoricen. Eso sí, los propietarios de las treinta franquicias sí que están a favor de reanudar la temporada, aunque sea disputando menos partidos. Por la oposición de Donald Trump no será, ya el presidente de Estados Unidos ha aclarado que su deseo es que el deporte vuelva en cuanto sea posible.

 

La Asobal, más cerca de un cierre de temporada sin descensos


El balonmano español sí está más cerca de dar por finalizada la temporada, ya que el músculo económico de los clubes es inferior al del resto de disciplinas y el coste de anticipar el final del curso es menor al de esperar semana a semana. La Real Federación Española de Balonmano (Rfebm) ha comunicado que solicitará a la comisión delegada del organismo la finalización de las campañas 2019-2020 en todas las competiciones nacionales, incluida Asobal. La decisión no está tomada, pero presumiblemente la temporada finalizará y no habrá descensos, aunque sí ascensos en todos los torneos.

 

En paralelo, la Federación Europea de balonmano (EHF) decidió la semana pasada que su fase final de 2019-2020 se solape con el próximo curso, pese al efecto que eso tendrá en las plantillas. Su decisión supone suspender definitivamente las rondas de octavos y cuartos de final de la Champions League, trasladando la Final Four de Colonia al 28 y 29 de diciembre, de modo que sorteará la prohibición de Alemania a las grandes concentraciones, pues su deseo es que haya público en las gradas. Barça, el THW Kiel, Paris Saint-Germain (PSG) y el Telekom Veszprém lucharán por el trofeo.

 

MotoGP y Fórmula 1, calendario reducido y concentrado para salvar el lío logístico


Todas las competiciones miran cada fin de semana del calendario y echan cuentas de cuántos necesitarían para cumplir con sus compromisos. En el caso del motor, con una complejidad añadida: no es lo mismo el equipamiento que necesitan dos equipos de fútbol para enfrentarse, que las toneladas que periódicamente mueven los equipos que compiten en Fórmula 1 y MotoGP. En ambos casos, la hoja de ruta elaborada pasa inevitablemente por una reducción de carreras y renunciar al parón del verano.

 

El Mundial de automovilismo anunció ayer un plan que le permitiría disputar entre 15 y 18 carreras en 2020, con una reducción de hasta siete grandes premios respecto a la planificación original. Mónaco ya anunció que directamente renunciaba a buscar nuevas fechas en 2020, Francia lo hizo ayer y Australia sería otro de los países por los que este año ya no pasarán los monoplazas, que harán tres giras: Europa, Asia-América y Oriente Medio, sin apenas descanso más allá del necesario para trasladar las cuarenta toneladas que aproximadamente mueve cada equipo. Con la complejidad logística que eso representa y la cantidad de personas que se hacen necesarias.

 

De hecho, ese es otro de los debates que aún no ha resuelto Liberty Media. La compañía ya da por hecho que los primeros grandes premios serán sin público en las gradas, y probablemente sea en todos, pero no ha definido cuánto personal podrá tener cada equipo en boxes para poner a punto los coches, entre otros.

 

 

 

 

MotoGP se encuentra en una situación muy similar. Su patrón, Carmelo Ezpeleta, aseguró este fin de semana en As que trabajan con diferentes escenarios, el primero de los cuales supone “empezar a finales de julio con alguna de las carreras que ha sido aplazada; si eso no pudiera ser se empezaría en agosto con Brno y Austria, y a partir de ahí seguir un calendario que no es el que hemos publicado hasta ahora y hacer las carreras hasta finales de noviembre”. Aquí, contarían con entre doce y catorce pruebas.

 

El segundo escenario que baraja la gestora española del campeonato “es que no podamos empezar ni en julio ni en agosto”. “Sería una temporada de septiembre, octubre, noviembre y hasta mitad de diciembre, con un calendario distinto al actual y carreras primero en Europa, mientras hay buen tiempo, y luego fuera, donde se puedan hacer”, añadió. Aquí ya se podrían disputar dos grandes premios consecutivos en un mismo circuito, circunstancia que se llevaría al extremo si sólo pueden correr en noviembre y diciembre: tres carreras en cada uno de los tres circuitos escogidos.

 

Del tenis al golf: los circuitos internacionales, en el aire


Tenistas y golfistas viajan a lo largo del año para jugar torneos que se disputan alrededor del mundo, lo que hace aún más complicado el regreso a la competición. Aunque algunos torneos, como Roland Garros, se han aplazado de primavera a otoño, otros se han cancelado definitivamente ante lo apretado del calendario. Los circuitos ATP y WTA estudian cancelar todas las citas hasta principios de agosto, aunque oficialmente están suspendidas hasta el 13 de julio. Dando por hecho que no habrá gente en las gradas, el circuito masculino daría hasta por bueno un 2020 en el que puedan salvarse los Grand Slam, los Masters 1000 y las finales de Londres.

 

El World Padel Tour (WPT) también se ha visto afectado. De sus 23 citas, 15 se celebran en España, y de momento sólo ha podido jugarse el Marbella Master, entre el 2 y el 8 de marzo. El resto de citas previstas hasta el 28 de junio han sido suspendidas y, de retomarse el circuito, sería de cara al Valencia Open, que arranca el 13 de julio. De poderse retomar la temporada entonces, restarían 14 eventos por disputarse, contando el Master Final de Madrid, programado para diciembre.

 

 

 

 

En cuanto al golf, la disciplina cuenta con el punto favorable de que se disputa al aire libre y, al igual que el tenis, no es un deporte de contacto. El PGA Tour es el que ha tomado la delantera y ha anunciado su calendario. De momento, los cuatro torneos se disputarán a puerta cerrada y el primero, el Charles Schwab Challenge, será del 11 al 14 de junio en lugar de mayo.  La Ryder Cup se mantiene tal y como estaba programada, del 22 al 27 de septiembre en Wisconsin (Estados Unidos).

 

El European Tour, por su parte, ha cancelado dos de sus citas más relevantes, el BMW International Open y el Open de Francia, y ha pospuesto el Scottish Open. “No podemos comprometernos con una fecha de inicio porque no reanudaremos hasta que sea seguro y se nos permita hacerlo. Ahora tenemos 14 semanas sin torneos, pero esos tres meses y medio también son el momento en que la situación global puede comenzar a mostrar signos de mejora”, ha explicado Keith Pelley, director del circuito.

 

En el mundo de la piscina, la nueva Liga Internacional de Natación ha movido ficha y, coincidiendo con la puesta en marcha de la ISL, ha anunciado que organizará un gran evento en el que se citen los mejores nadadores del mundo. Será entre el 14 de octubre y el 17 de noviembre, y la idea es organizar “un torneo comercial con un formato revolucionario y con gran exposición a nivel mundial que ayudará a mejorar la popularidad de este deporte”, ha apuntado la ISL.

 

La federación internacional (Fina) ha anunciado que reubicará el Mundial de Fukuoka (Japón) de 2021 para que no se solape con los Juegos Olímpicos de Tokio, pero aún no ha tomado la decisión de cuándo se celebrará.

 

La temporada ciclista se reduce a tres meses

 

No será hasta mediados de mayo cuando la Unión Ciclista Internacional (UCI) dé a conocer el nuevo calendario para la temporada, pero no cabe duda de que el Tour de Francia es el eje alrededor del cual gira el resto de la temporada. La ronda gala ha anunciado su aplazamiento hasta el 29 de agosto, y se prolongará hasta el 20 de septiembre, lo que provocaría un solapamiento con La Vuelta, que estaba prevista del 14 de agosto al 6 de septiembre. El Giro de Italia, por su parte, no tiene fecha en el calendario, pero el ministro de Deportes de Italia, Vincenzo Spadafora, se ha mostrado confiado al desear que se celebre en octubre.

 

La crisis sanitaria ya ha obligado a aplazar unas 600 pruebas ciclistas homologadas por la UCI en todo el mundo, y la última en solicitar su suspensión en 2020 es la Volta Ciclista de Catalunya. La prueba, que este año alcanzaba el centenario, ha optado por irse directamente a marzo de 2021, con tal de no solaparse con las tres grandes rondas y los cinco monumentos, que con toda probabilidad coparán el foco mediático y atraerán a los mejores atletas en la segunda mitad del año.

 

El atletismo más mediático y el popular, sin viso de regreso


World Athletics ha suspendido toda su actividad hasta nuevo aviso, ya que al aplazamiento de Tokio 2020, que afecta a muchos clasificatorios de los próximos meses, se le une la Diamond League. Este es el producto estrella del regulador del atletismo a nivel global, pero de momento ha suspendido o aplazado los siete campeonatos que se deberían haber celebrado en el primer semestre, tanto de esta prueba como en los que se enfrentan los países. El 10 de julio se volverá a reunir el congreso del organismo, y ahí deberían adoptarse decisiones de reubicación en el calendario.

 

 

 

 

Aunque a menor escala, la pandemia también ha supuesto un duro golpe para las miles de pruebas que se disputan cada fin de semana por todo el mundo y que están abiertas a los deportistas aficionados. Son probablemente el eslabón más débil de toda la cadena, pues se trata de pequeños promotores que ahora deben negociar con ayuntamientos y patrocinadores su encaje en algún momento del año si es posible, con las complicaciones logísticas que eso supone para los municipios.

 

Los eSports, el gran beneficiado que no ha salido indemne


Estos días ha sido frecuente oír hablar de que los eSports pueden salir reforzados de la actual crisis, en tanto que sus competiciones pueden continuar disputándose incluso en medio del confinamiento. Sin embargo, la prohibición de las aglomeraciones sí va a pasarles factura y privarle de una de las pocas fuentes de ingresos que tiene: el ticketing de los pocos eventos presenciales que celebran y que atraen a miles de jóvenes.

 

Riot Games anunció la semana pasada la cancelación del Mid-Season Invitational (MSI‌) de League of Legends de este año por motivos de seguridad ante la pandemia global. Se trata de uno de los principales eventos de la industria, y a esta cancelación podrían seguirle más en las próximas semanas, pues sus eventos se ven tan afectados como un partido de fútbol, un concierto o una obra de teatro. Aquí, el entretenimiento sufre por igual.