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La ACB reduce deuda, pero mantiene su talón de Aquiles: supera los mil millones en pérdidas en dos décadas

Los clubes de la competición reducen su deuda hasta dos tercios de su facturación en la temporada 2018-2019, pero se mantienen durante veinte años seguidos en números rojos.

Christian de Angelis

18 sep 2020 - 05:00

La ACB reduce deuda, pero mantiene su talón de Aquiles: supera los mil millones en pérdidas en dos décadas

 

 

La línea de tres volverá a llenarse este fin de semana cuando la ACB estrene su temporada 2020-2021. La competición, marcada este año por el ascenso del Acunsa Gipuzkoa Basket, vuelve a estar presionada, más todavía tras el impacto del Covid-19, por una estructura débil de sus clubes, que acumulan pérdidas de más de mil millones desde 1999. El Covid-19 romperá previsiblemente la buena senda tomada en la temporada 2018-2019, en la que siete clubes lograron entrar en beneficios. Estructuras dependientes de otros deportes o de mecenas e ingresos muy inferiores a los del deporte rey, el fútbol, condicionan la viabilidad.

 

La pasada temporada terminó de la manera más atípica posible, con una fase final de la competición que ganó el Kirolbet Baskonia. Esta decisión permitió salvar 12 millones de euros de reparto de ingresos y limitó al mínimo posible las pérdidas económicas en la temporada 2019-2020, que habrían dejado un agujero en la facturación de los clubes de entre el 20% y el 25%.

 

Las perdidas presionan a la ACB. Un informe del Consejo Superior de Deportes (CSD) advierte de las “considerables pérdidas” que de forma continuada afectan al conjunto de los clubes de la competición y que, desde la temporada 1999-2000, copan un saldo acumulado de más de mil millones de euros. Esta barrera se superó precisamente en la temporada 2018-2019, última con datos disponibles, cuando la liga de baloncesto contó otros 66,5 millones de euros de números rojos y el sumatorio desde el arranque de siglo alcanzó los 1.059,4 millones.

 

 

 

 

“El principal problema de la competición -sostiene el informe- es que los equipos siguen generando, en total y de forma continuada, unas considerables pérdidas, algo que sólo es sostenible por aquellos clubes que compensan dichas pérdidas con los recursos generados por otras secciones de los mismos, como por ejemplo la sección de fútbol, o por aquellos que cuentan con un accionista mayoritario o un patrocinador que asume dichas pérdidas”.

 

El CSD pone de manifiesto una realidad evidente en el baloncesto español de élite que se hace aún más palpable atendiendo a que las pérdidas no se producen de forma temporal, si no que han sido continuadas, año a año y sin excepción desde la primera temporada del siglo XXI. Primero, por la imposibilidad de reducir unos gastos que amenazan con alcanzar los 200 millones de euros al año y, segundo, por la incapacidad de generar ingresos suficientes.

 

De hecho, la competición está todavía por debajo de los niveles de ingresos que lograba antes de la anterior crisis económica: en la temporada 2006-2007, última antes de la Gran Recesión, los clubes de la ACB ingresaron 138,8 millones de euros, frente a los 127,4 millones de la temporada 2018-2019.

 

 

 

 

 

“Hay que señalar -prosigue el CSD- que las pérdidas totales se han reducido de forma considerable durante este ejercicio, un 18% respecto a la temporada anterior, ya que los ingresos totales han continuado con su trayectoria ascendente mientras que ha habido una contención en el gasto, que incluso ha llegado a reducirse ligeramente en total”.

 

Por otro lado, el informe del CSD señala que las pérdidas “se concentran fundamentalmente en tres clubes” y apunta a una señal de esperanza: en la temporada 2018-2019 “ha aumentado el número de equipos que han obtenido resultados positivos, pasando a ser siete los clubes que han cerrado el ejercicio con beneficios cuando la temporada anterior sólo lo lograron cuatro”. “Aunque en la mayoría de casos, el resultado positivo no ha sido muy elevado”, apostilla.

 

Distribución de ingresos

La gran diferencia de la estructura económica de la ACB respecto al fútbol profesional está en la escasa generación de ingresos por derechos audiovisuales, que en la temporada 2018-2019 superaron por primera vez los diez millones de euros, pero cuyo peso sobre el total de ingresos ordinarios se quedó en el 8,7%.

 

“Los ingresos procedentes de los derechos televisivos crecieron un considerable 25% en la temporada 2018/2019 -subraya el CSD-, alcanzando así la cifra más alta de todo el periodo analizado”. No obstante, “este incremento se concentró en un número reducido de clubes, fundamentalmente los que disputaron competiciones europeas”.

 

Por otro lado, en publicidad y comercialización, la principal fuente de ingresos ordinarios, también alcanzó un récord histórico en la última temporada analizada, hasta 53,8 millones de euros (el 43,9% del total). Abonados y taquilla, con un 27,3%, es el segundo canal más importante de generación de ingresos.

 

 

Deuda bajo control

Las magnitudes de deuda analizada en el informe del CSD arrancan en la temporada 2018-2019, cuando la deuda total de los clubes de la ACB ascendía a 118,3 millones de euros, el equivalente al 113% de su facturación.

 

La situación fue aún más grave en la temporada 2013-2014, cuando este ratio llegó al 123% a causa de la fuerte caída de ingresos, hasta sólo 78,8 millones de euros (la cifra más baja desde la temporada 1999-2000), pero mejoró en los años sucesivos.

 

 

 

 

De hecho, el ratio de deuda sobre facturación se redujo al 66,2% en la temporada 2018-2019, el ratio más bajo de la serie, con un montante total de 84,4 millones de euros: 24 millones con la Hacienda pública, 0,8 millones con la Seguridad Social, 19,7 millones con entidades de crédito y 39,7 millones con otras empresas privadas.

 

“Hay que matizar, prosigue el informe, que el descenso de la deuda en la última temporada se ha concentrado principalmente en unos pocos clubes y que, además, también ha influido el hecho de que los equipos que abandonaron la competición por haber descendido de categoría arrastraban mayores deudas que los que ascendieron”.