Competiciones

Fallece David Stern, el hombre que convirtió a la NBA en negocio

El que fuera comisionado de la liga norteamericana de baloncesto ha fallecido a causa de un derrame cerebral. Abogado de profesión, está considerado como el ejecutivo que transformó la NBA en un negocio y el que promovió su expansión global.

Álvaro Carretero

2 ene 2020 - 09:41

El que fuera comisionado de la liga norteamericana de baloncesto ha fallecido el primer día del año tas pasar semanas hospitalizado a causa de un derrame cerebral. Abogado de profesión, está considerado como el ejecutivo que transformó la NBA en un negocio y el que promovió su expansión global.

 

 

David Stern (1942-2020), ha fallecido a los 77 años de edad. El que fuera comisionado de la NBA durante treinta años había pasado las últimas tres semanas hospitalizado, como consecuencia de un derrame cerebral. El ejecutivo está considerado el padre de la NBA moderna, aquel que supo transformar una liga aún en desarrollo en un negocio multimillonario de alcance global, que hoy supera los 8.000 millones de dólares anuales (7.257 millones de euros) en ingresos.

 

Stern, que abandonó su puesto como comisionado en febrero de 2014 para dar el testigo a Adam Silver, asumió el control de la NBA en febrero de 1984, como relevo de un Larry O’Brien. Por aquel entonces, la liga vivía sus momentos más bajos, sumida en una profunda crisis económica y de imagen. Diferentes franquicias cambiaron de ciudad o de propietario para salvarse de la bancarrota, y los problemas de drogadicción y violencia en las canchas habían llegado a tal extremo que The Wall Street Journal llegó a cambiar su nombre por el de National Boxing Association.

 

Su visión de negocio y los profundos cambios que introdujo para transformar la NBA en un producto de valor para las televisiones y los aficionados fueron el germen de la actual competición. A finales de la década de 1980 los equipos comenzaron a ser rentables, aupados por la influencia de la rivalidad deportiva de Larry Bird y Magic Johnson.

 

 

 

 

Sin embargo, entre bambalinas fueron el propio Stern y el propietario de Los Ángeles Lakers, Jerry Buss, quienes introdujeron el concepto de showbusiness sobre el que pivota la NBA. La prueba de su legado: la liga pasó de una situación generalizada de crisis económica a principios de los años ochenta a rebasar por primera vez la barrera de los 5.000 millones de dólares de facturación en 2014, cuando Stern anunció su retirada.

 

En su legado también se encuentran importantes hitos deportivos, en los que su fuerte personalidad también marcó una era. Se enfrentó a la asociación de jugadores en tres cierres patronales (1999 y 2010), introdujo el código de vestimenta cuando se sintió incapaz de controlar el fenómeno hip hop que Allen Iverson trajo a la liga, creó la ceremonia del draft, donde se convirtió en tradición escuchar los abucheos del público hacia su figura e, incluso, apostó en firme por llevar dos nuevas franquicias a Canadá en contra del sentido común de la época. Hoy, los Toronto Raptors, son los vigentes campeones.

 

Otra de sus metas personales, al menos la inicial, fue resucitar el concurso de mates, la piedra de toque para dar una nueva vida al All-Star Game, que aspiraba a ser el ariete a través del que introducirse en los mercados internacionales. Stern lo transformó en un fin de semana entero, que se extendería a cuatro días con el tiempo, convirtiéndolo en un producto televisivo de primer nivel y en un ensayo de lo que estaba por llegar.

 

 

 

 

Por otro lado, las Finales ni siquiera se emitían en directo cuando Stern llegó a la liga. Subido a los hombros de Magic y Bird y, posteriormente, de Michael Jordan, exprimió el ciclo de mayor talento deportivo que había conocido la NBA hasta la década de 2010. Como comisionado no hizo sino recoger sus propios frutos, pues ya como vicepresidente había ayudado a crear NBA Entertainment, una productora para grabar y gestionar todos los partidos de la liga, y nada más asumir el relevo de O’Brien firmó el primer acuerdo con la televisión por cable.

 

Entonces el acuerdo televisivo apenas superaba los 22 millones de dólares (19,6 millones de euros). Cuando se marchó en 2014, los ingresos por los derechos audiovisuales ascendieron a 19.000 millones de dólares (17.000 millones de euros), y con el último contrato firmado en 2016 ascendieron a 24.000 millones.

 

Eran los primeros pasos para construir una idea que se ha mantenido intacta hasta ahora: construir el fenómeno en el ámbito nacional para luego exportarlo a todo el mundo. Aun así, su legado no sólo estará vinculado al despegue de la NBA, sino también a un sinfín de polémicas y conflictos que marcaron la evolución de la competición. La pelea en el Palace de Detroit, saldada con las sanciones más duras de la historia del deporte, y hasta las acusaciones de amañar diversas loterías del draft para favorecer a los equipos que estaban en los mercados más grandes, como Nueva York.

 

Son sólo algunos de los múltiples ejemplos que han marcado el mandato de Stern, el más longevo de todas las competiciones estadounidenses. “Gracias a David, la NBA es una verdadera marca global, lo que le convierte no sólo en uno de los grandes comisionados de la historia del deporte, sino en uno de los hombres de negocios más influyentes de su generación”, expuso Adam Silver, su mayor discípulo y sucesor al frente de la NBA tras conocer la noticia de su fallecimiento.

 

 

 

 

 

Stern antes de Stern

 

Sin embargo, para cuando Stern llegó a la NBA en 1984 no era, ni mucho menos, un desconocido. El directivo aterrizó en la década de los setenta, como abogado de la firma Proskauer Rose, desde la que se hizo cargo de algunos de los casos más delicados en los tribunales. Bajo su mando se creó el primer grupo de trabajo para cambiar el reglamento y minimizar la violencia en las canchas, que sería el primer paso para recuperar la imagen de la liga antes de asumir cambios de mayor calado.

 

En paralelo, lideraría el pleito con la asociación de jugadores entre 1970 y 1976. De ahí surgirían las bases de la actual NBA, ya que Oscar Robertson, entonces presidente de la Nbpa, llevó a los tribunales una demanda contra la liga por vulnerar los derechos de la libre competencia.

 

Stern negoció entonces los términos de la transformación de la NBA, donde se incluyó la absorción de la ABA, una liga paralela que surgió a finales de los años sesenta, la revisión de la estructura del Draft y el fin de las denominadas cláusulas de reserva que tenían las franquicias de la liga, que impedían a los jugadores decidir su futuro profesional. Este sería el origen del actual mercado de agentes libres, que este verano alcanzó su techo histórico: se firmaron contratos por más de 3.500 millones de dólares (3.120 millones de euros).

 

Además, también introdujo el concepto del techo de gasto, poniendo fin a la barra libre con la que entonces operaban las franquicias, una de las razones por las que apenas podían sostener sus finanzas. 

 

Creo que él y James Naismith (creador del baloncesto) son dos de las personas más importantes de este deporte”, afirmó LeBron James tras conocer la noticia de la defunción de Stern. Odiado y alabado a partes iguales durante años, el directivo goza hoy del respeto unánime a su trabajo, siempre condicionado por su personalidad. Pero Stern siempre lo tuvo claro: había que estar por encima de las nociones de héroes y villanos.