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En Badalona sí, en Barcelona no: ¿qué hay detrás del protocolo del Joventut?

La Generalitat no permite la entrada al público en el partido entre el Barça y el Madrid de la Euroliga pero sí permite hasta 3.159 espectadores cuando el Badalona juega de local.

Miquel López-Egea

23 oct 2020 - 04:50

En Badalona sí, en Barcelona no: ¿qué hay detrás del protocolo del Joventut?

 

 

Los partidos del Joventut de Badalona de la Eurocup en el Olímpic de Badalona son el evento público en España que más afición permite. Paradójicamente, el Joventut de Badalona jugó el martes ante 1.258 espectadores contra el Reyer Venezia y el partido en el Palau Blaugrana entre el FC Barcelona y el Real Madrid de hoy no podrá tener público. ¿Por qué en Badalona sí y en Barcelona, no? ¿Qué está pasando en Badalona?

 

Las claves están en la instalación y el protocolo hecho en Badalona, que ha sido autorizado por la Generalitat catalana en el marco del Plan de Protección Civil de Cataluña (Procicat). El 16 de agosto, el día en el que Procicat publicó una serie de normas a seguir, el Joventut empezó ya a trabajar en la posibilidad de tener público adecuando su pabellón. El primer plan fue pensado para una distancia de un metro y medio entre las personas, pero el segundo, el válido, ya fue de de dos metros, porque la entidad, según explica, vio que el primer plan era “insuficiente”.

 

A partir de aquí, todo fue viento en popa y el Procicat, una vez que la organización de la competición confirmó que la decisión del aforo dependía de la administración, lo autorizó. ¿Qué tiene el Olímpic de Badalona? Muchas puertas y mucho aforo, ya que en total tiene una capacidad de 12.253 espectadores, pero ahora sólo se permite la entrada a 3.159 personas.

 

 

 

 

El protocolo empieza por separar el pabellón en cinco grandes sectores. Cada uno tiene entre dos y tres entradas, ya que, en total, la instalación tiene doce accesos que permiten la entrada escalonada del público. Por este motivo, el club ideó un plan para que la entrada fuese tranquila y no hubiera flujos de colas. Cada una de las doce entradas tiene dos filas de personas y, en cada fila, se toma la temperatura, se comprueba la entrada con el DNI y un responsable indica dónde hay gel hidroalcohólico.

 

La medida del DNI es esencial porque, en caso de rebrote, el club pone a disposición de la policía la base de datos de todos los aficionados que han asistido al partido. Hecho que, por el momento, no ha sido necesario.

 

Antes del partido, los espectadores han recibido toda la información de las medidas, con una serie de newsletters y vídeos, en los que se recuerdan las medidas básicas como el uso de la mascarilla, del gel o evitar desplazamientos innecesarios dentro del pabellón.

 

Una vez dentro de la instalación, sólo se puede utilizar una silla de cada cuatro, por lo que el abonado no puede sentarse en su asiento habitual, si no que está obligado a sacar una entrada antes de asistir al partido dónde se le indica su ubicación. Además, la entidad controla los flujos de gente, por lo que el público que entra se mueve por un lado, y el que sale, por otro.

 

 

 

 

Durante el partido, hay un equipo de limpieza en cada lavabo que desinfecta cada diez minutos, el doble de seguridad privada y más Mossos d’Esquadra. No hay servicio de restauración, ni acciones comerciales y el guardarropa está cerrado. Sólo un speaker y un DJ. Además, los niños menores de diez años tienen prohibido el acceso a los partidos. Esta medida se toma porque el club considera que es muy difícil controlar la movilidad de un niño durante un partido de tres horas.

 

Una vez finalizado el enfrentamiento, el DJ indica a las filas cuando pueden salir, de manera que se evita una salida masificada y la instalación se va vaciando de arriba a bajo, por filas. Además, la instalación está perfectamente ventilada gracias a sus cuarenta rejillas que funcionan de manera mecánica y que permiten corrientes de aires.

 

El Joventut de Badalona, fundado en 1930, es un club con un importante arraigo social y emblemático de la ciudad. Cuenta con una masa importante de afición y siempre ha militado en la máxima categoría del básquet español. Juan Antonio Morales es su presidente.

 

El club de baloncesto, que en 2018 fue adquirido por Scranton, participado por la familia Grifols, ha finalizado el ejercicio 2019-2020 con unas pérdidas de sólo 791.000 euros. Los números rojos son consecuencia de no haber logrado la venta del patrocinio principal de la entidad, un proceso que sigue en marcha pero con un objetivo mínimo: un millón de euros. El Joventut de Badalona ha finalizado el último ejercicio con unos ingresos de 5,03 millones de euros, frente al presupuesto inicial de 6,5 millones de euros.