El Open de Australia contará con 30.000 aficionados en las gradas

El Open de Australia contará con hasta 30.000 espectadores . Los jugadores dejan atrás dos semanas de estricta cuarentena para evitar la propagación del coronavirus y se preparan para el estreno del primer torneo del Grand Slam en el que contarán con el apoyo de los aficionados en las gradas.

Martin Pakula, ministro de deportes de Victoria, ha anunciado la apertura del torneo al público . Durante los primeros ocho días de competición, en los que hay más jugadores en liza y más partidos, se permitirá la entrada de hasta 30.000 espectadores. Una cifra que se reducirá hasta 25.000 personas a partir de los cuartos de final, lo que representa alrededor de la mitad de la capacidad habitual.

“No será lo mismo que en los últimos años, pero  será el evento internacional más significativo con aficionados que el mundo ha visto en muchos, meses ”, expone el ministro para recordar la importancia del Open de Australia. “En el Rod Laver Arena, cuando lleguemos al final del torneo, tendremos una atmósfera increíble, no tan diferente a la que hemos visto en años anteriores”, detalla Pakula.

El público se prepara para volver al primer torneo de Grand Slam del año, con limitaciones de capacidad y con estrictas normas de seguridad

Para dar respuesta a la demanda de entradas y garantizar la seguridad de los seguidores,  los responsables del Open de Australia han dividido las localidades en tres zonas , con la debida distancia de seguridad entre grupos y permitiéndose burbujas formadas por hasta seis personas.

El director del torneo, Craig Tiley, recuerda que “ todos los aficionados necesitarán una entrada que incluir un asiento en el estadio en una de las tres zonas , y que también facilita el acceso a una excelente comida, música y otras activaciones dentro de su zona específica ”. 

La apertura al público del torneo coinciden con la vuelta al confinamiento de la ciudad de Perth , una decisión adoptada después del positivo de un trabajador de uno de los hoteles previstos para la cuarentena, una mala noticia tras 14 días sin contagios comunitarios en el país y más de diez meses en el estado de Australia Occidental.