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El Open de Australia busca el ‘break’ al Covid-19 para salvar un negocio de 388 millones

A diferencia de los otros Grand Slams, el primer gran torneo del calendario tenístico se prepara para acoger una edición como la del año pasado, pero con la mitad del público en las gradas.

Albert Ferrer

8 feb 2021 - 04:49

El Open de Australia busca el ‘break’ al Covid-19 para salvar un negocio de 388 millones

 

 

Vuelve a deslumbrar el suelo azul de Melbourne. Australia se prepara para acoger, a partir de este lunes, el primer Grand Slam del calendario tenístico. Tras una controvertida y polémica cuarentena de los tenistas extranjeros, el torneo se disputará de manera habitual con la única diferencia de la reducción del público a la mitad.

 

Mientras Wimbledon se tuvo que cancelar por primera vez en su historia, el US Open se disputó bajo una estricta burbuja sin aficionados y Roland Garros rebajó el aforo para no obtener pérdidas tras una gran inversión, el Open de Australia celebra su torneo con 33.000 espectadores. ¿El objetivo? Salvar un negocio que reporta 387,7 millones de dólares anuales.

 

En 2020, el Open de Australia recogió su mayor audiencia mundial de retransmisiones desde que se puso en marcha el torneo en 1927. Un total de 99.556 horas de transmisión vistas en todo el mundo, un 12% más que en 2019 o, lo que es lo mismo, 11,4 años de cobertura televisiva.

 

El torneo provoca el aumento del empleo en sectores como la hostelería, el turismo o los eventos, generando más de 1.700 puesto de trabajo. Por otro lado, de los más de 800.000 asistentes a la competición, el 54% procedían de otros rincones de Australia y el 13% se desplazaron desde el extranjero.

 

Para poder garantizar la seguridad de los aficionados en las distintas pistas, la organización del evento ha considerado oportuno dividir las localidades en tres zonas, estableciendo una distancia de seguridad entre los distintos grupos, que estarán formados por burbujas de hasta seis personas.

 

Pese a haber disputado la edición anterior con total normalidad (el virus aún no se había llegado a extender), Tennis Australia, la empresa que organiza el evento, tiene previsto usar las reservas de 80 millones de dólares australianos (89,1 millones de euros) para poder mantener la financiación del torneo. Además, el estado de Victoria ayudará a cubrir los gastos que se produzcan en la competición.

 

 

 

 

La posibilidad de que se expanda el virus durante el transcurso de la competición ha causado un gran temor, tanto en los ciudadanos como en los organizadores. Aunque las restricciones en Australia son más severas que en otros lugares y se ha podido lidiar con la pandemia, la incógnita sobrevuela las pistas azules.

 

El torneo de Traralgon se suspendió el pasado enero a causa de los rebrotes en la zona, muy cercana a Melbourne, donde se disputa el torneo. Además, durante los vuelos de algunos tenistas hacia Australia, algunas personas que iban en ellos dieron positivo, incrementando el interrogante sobre si llegarían a tiempo para poder salir a pista tras la cuarentena. Andy Murray y Madison Keys fueron dos de los tenistas damnificados por estos hechos.

 

Asimismo, hasta 600 personas entre jugadores, personal y funcionarios han tenido que aislarse en Melbourne tras detectarse un positivo en el hotel Grand Hyatt, uno de los tres hoteles en que los jugadores han hecho cuarentena. La noticia hizo que se suspendiera una jornada entera de la ATP Cup y los otros cinco torneos que se venían disputando, además de establecerse la incertidumbre sobre la realización del torneo en el caso que salieran más positivos.

 

 

 

 

En la última edición del Open de Australia, celebrada del 20 de enero al 2 de febrero de 2020, más de 800.000 personas fueron testigos directos del primer Grand Slam del año. En las primeras rondas se permitirá el acceso hasta 30.000 espectadores y, a partir de cuartos de final, la presencia de público se reducirá hasta las 25.000 personas.

 

Para evitar cualquier tipo de contagio o rebrote, el estado de Victoria ha endurecido aún más las restricciones: las reuniones en domicilios se han reducido a un máximo de quince personas, los ciudadanos deben llevar obligatoriamente la mascarilla en cualquier lugar y, además, se ha aumentado la cantidad de gente que debe teletrabajar.

 

Pese a aumentar el premio acumulado total del evento a 71,5 millones de euros el año pasado, la edición de 2021 verá recortadas en un 33% las ganancias para los campeones del Open de Australia respecto a 2020. De los más de 4 millones que se embolsó Novak Djokovic el pasado invierno, la cantidad se reducirá a 2.7 millones.

 

La organización del torneo ha querido ayudar así a los jugadores de fases previas y primeras rondas para que obtengan mayores ingresos tras sufrir en mayor medida las consecuencias del parón de la competición durante varios meses.